El Gobierno de Navarra ha pactado ya el que será su cuarto presupuesto de la legislatura. Tras varias semanas de negociación interna, PSN, Geroa Bai y Podemos han cerrado el reparto por departamentos de los fondos disponibles para el año que viene. El acuerdo, que llega tras algunas discusiones entre los dos principales socios del Ejecutivo foral, implica un aumento del techo de gasto, fijado inicialmente en 5.215,9 millones. La cifra final será superior, lo que permitirá incorporar algunas de las demandas de los departamentos del Gobierno que inicialmente habían quedado fuera del presupuesto.

El acuerdo incluye mejoras en las ayudas a familias, empresas y comercio para hacer frente al precio de la energía, así como incentivos fiscales para rentas medias y bajas que el Ejecutivo foral prevé presentar en los próximos días. Este último punto está ya acordado con los socios parlamentarios, que han pactado una deducción del 3% para las rentas de menos de 32.000 euros. La medida no obstante podría ampliarse también a rentas superiores a esa cantidad. El presupuesto reserva además algunos fondos para que los grupos parlamentarios que apoyan al Ejecutivo foral puedan realizar algunas aportaciones vía enmiendas durante el trámite parlamentario.

Aunque Navarra contará con el mayor presupuesto de su historia, buena parte del gasto viene ya condicionado por el alza de los precios

Quedan en cualquier caso algunos detalles por definir. Hacienda tiene que concretar los cálculos de la reforma fiscal, que tendrá un coste elevado, por lo que todavía podrían realizarse algunos ajustes presupuestarios. El proyecto queda además pendiente del acuerdo con EH Bildu, que estos días está manteniendo encuentros con los distintos responsables de área del Gobierno para plantear sus propuestas al anteproyecto. Y aunque en materia fiscal las posturas con la formación abertzale siguen alejadas, las perspectivas son positivas dentro del Ejecutivo foral, que confía en cerrar un acuerdo en términos similares a los de los tres años anteriores.

La discusión interna

Fijado el techo de gasto por el Departamento de Hacienda, quedaba pendiente el reparto de los fondos en el seno del Ejecutivo foral. Una tarea siempre difícil que acostumbra a generar discusiones internas. Más si cabe en un contexto como el actual, en el que los gastos generales se han disparado en todos los departamentos, que reclamaban fondos adicionales para hacer frente a sus respectivos compromisos presupuestarios en un año que, además, es electoral.

Así que el acuerdo esta vez tampoco ha sido sencillo. Aunque Navarra contará con el mayor presupuesto de su historia, –un 9,4% superior al de este año y 450 millones más de margen de gasto– 2023 viene muy condicionado por la inflación. Especialmente en el capítulo energético, pero también en lo que se refiere al encarecimiento del resto de materias primas y materiales. Si a todo ello se suma el incremento salarial de los empleados públicos (costará 22 millones este año y otros 61 el que viene) y el aumento de la aportación que, por ley, hay que hacer al Estado y a los ayuntamientos (estos últimos recibirán un aumento del IPC + 2%), el margen real es más limitado de lo que parece.

Un escenario difícil que ha generado algunas tensiones entre los distintos departamentos y Hacienda, que es a fin de cuentas quien guarda le llave de la caja, y que ha accedido a algunos compromisos presupuestarios que inicialmente no estaban previstos. Como la mejora en las ayudas a la compra de VPO para compensar el aumento del precio del módulo (5 millones), la subida de las retribuciones para las educadoras del ciclo 0-3 años (4 millones) o el coste de estabilizar las plazas del profesorado de religión (2,5 millones). En este marco se han incorporado también nuevas ayudas para compensar el coste energético.

Apuesta estratégica

El acuerdo finalmente ha sido posible, según señalan los propios socios del Gobierno, gracias a la “voluntad política” de todas las partes por cerrar el presupuesto sin disputas internas, al menos públicas. Todos han tenido que ceder, subrayan las mismas fuentes, para acordar unas cuentas públicas estratégicas que nadie se podía permitir el lujo de poner en riesgo.

De entrada porqu e la coyuntura social y económica requiere respuestas concretas y huir de frivolidades que la ciudadanía difícilmente iba a entender. Pero sobre todo porque se trata de un presupuesto de gran relevancia política. En mayo hay elecciones y cualquier fricción interna podía generar dudas en un electorado que, más allá de las diferencias, asume con normalidad la continuidad de la actual mayoría.

En ese sentido, el acuerdo, que abarca a todo el ejercicio presupuestario de 2023, consolida las bases de una alianza que buscará la reelección en los próximos comicios. Evidentemente nada está decidido todavía –las urnas pueden dejar un escenario diferente al actual y dar pie a otro tipo de combinaciones– pero al menos desde el punto de vista público, el mensaje que envían los socios de coalición es de estabilidad, y con perspectiva de futuro.

El PSN destaca la apuesta "social"

118 millones. El PSN puso ayer en valor la inversión "social" que los presupuestos del Estado van a hacer en Navarra. "No todo es cuestión de hormigón", apuntó Ramón Alzórriz, en referencia a los 118 millones que el Gobierno central prevé destinar a obras en Navarra. "Para nosotros lo prioritario son las ayudas a quienes peor lo están pasando en esta crisis", argumentó Alzórriz, que puso como ejemplo la rebaja del impuesto a la energía, las ayudas al transporte, la revalorización de las pensiones o los 2,5 millones que se van a destinar a la jubilación anticipada de la Policía Foral. Geroa Bai tiene previsto preguntar sobre este tema en el pleno del jueves.