Esta misma semana Asier González se ha visto obligado a enviar un comunicado a los medios de comunicación en nombre de los familiares de Yolanda González, joven asesinada en Madrid en 1980 por Emilio Hellín Moro en un atentado reivindicado por el Batallón Vasco Español (BVE). Hellín, que solo cumplió 12 de los 43 años a los que fue condenado -con una fuga de por medio amparado por la dictadura militar en la Paraguay de Stoessner-, ha sido contratado como perito informático a propuesta de la defensa de la suspendida presidenta del Parlament Laura Borràs (JxCat) en su presunto caso de corrupción. Antes ha pasado por otros casos en defensa de representantes políticos -caso de Cristina Cifuentes en el caso Master, entre algunos otros ejemplos- o diferentes instituciones. La indignación de los allegados es más que patente. 

Antes que nada, ¿qué tal se han sentido ustedes, los familiares, y los allegados de Yolanda, durante esta semana? 

Ha sido una semana complicada. Estamos indignados completamente desde que hemos sido conocedores de la noticia. Nos ha indignado profundamente, especialmente porque no es la primera vez que este asesino ejerce de perito en casos de tintes políticos. ¿Qué nos indigna especialmente? Cada uno tendrá sus propios límites en los que ubica sus valores éticos, pero en el ámbito institucional se deben de tener un mínimo de valores. Lo decimos en la nota pública que hemos emitido esta semana: exigimos a cualquier representante político y organismo internacional que actúe en todo momento con unos niveles mínimos de ética y valores humanos respecto a las víctimas del terrorismo. 

¿Les indigna profundamente que sus reclamaciones parezcan haber caído en saco roto durante tantos y tantos años?

En nuestro caso, no es la primera ocasión en la que somos revictimizados, cuando las leyes sobre memoria histórica precisamente abogan por lo contrario. Ya en 2013 supimos que esta persona (Emilio Hellín…) había estado dando formación a miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado… Llueve sobre mojado. Y a ello se suman unas horribles manifestaciones del abogado de Borràs (Gonzalo Boye). La verdad es que estamos muy indignados y más que hartos. Y quiero que quede bien claro que mi hermana está reconocida oficialmente como víctima del terrorismo desde el año 2000. 

Apunta a que las redes de contactos tejida por Hellín en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en los tiempos de la Transición son las que hacen que ahora que participe en muchos casos.

Así es. No es que parezca que Hellín sea el mejor en su campo (su especialidad es el rastreo de pruebas en teléfonos móviles, ordenadores y dispositivos digitales), que no entramos a valorar. Lo que nos cuestionamos es si no hay algún otro especialista de similares aptitudes en España, en Francia o en Alemania. Se sigue amparando en la red tejida en aquellos tiempos con lo que él mismo denominó como sus camaradas. 

¿Camaradas? 

Según sus propias palabras, camaradas, sí. Camaradas de las fuerzas policiales de aquellos años oscuros. Y me gustaría bien dejar claro que no ha mostrado un ápice de arrepentimiento. Así lo señaló en una entrevista a cargo de una periodista de Interviú, en la que vino a decir que hizo lo que tenía que hacer.

"Emilio Hellín no ha pedido perdón en ningún momento y se ha valido de su red de contactos para seguir con su vida"

¿Creen en la reinserción?

Creemos firmemente en la reinserción, desde luego. Pero este no es el mejor ejemplo de ello. Porque Emilio Hellín no ha pedido perdón en ningún momento y se ha valido de su red de contactos para seguir con su vida.

La Fiscalía parece haber sido el único estamento institucional que ha movido ficha. La gravedad del crimen cometido por Hellín, por el que fue condenado a 43 años de cárcel en 1982, condicionaría su “fiabilidad y credibilidad”. ¿Qué opinión le merece?

No puedo estar más de acuerdo. Ahora bien, ya que se habla de fiabilidad y credibilidad, considero que es más una cuestión de un mínimo de valores humanos que de los anteriores conceptos. Una cosa es el ámbito privado, donde cada uno pone sus límites donde puede o quiere. Y otra bien diferente es el ámbito institucional, donde debe de haber un mínimo.

¿Se han sentido desamparados por las instituciones?

Han habido algunos actos de resarcimiento, que se agradecen enormemente, pero han sido más por impulso de la familia y allegados que por parte de las instituciones. Llevamos luchando 42 años por que se respete la memoria de mi hermana, que fue asesinada cuando yo apenas tenía 6 años. Y ahora tengo 48 años.

En todo caso, ustedes seguirán firmes en la defensa de la memoria de Yolanda González. 

Desde luego que sí. La educación que recibimos de nuestros padres es no caer para nada en el odio o la venganza. Y así nos mantendremos, pero siempre defendiendo la memoria de mi hermana.