Que el PP lleva semanas diseñando su respuesta a la cada vez más que posible llegada de Pedro Sánchez al Gobierno es un hecho. Y ayer, toda vez conocido que el pacto entre el PSOE y ERC incluye una condonación de la deuda de Catalunya –estimada en alrededor de 15.000 millones de Fondo de Liquidez Autonómica–, sus líderes regionales salieron en tromba contra los socialistas, a los que acusan de “dinamitar la nación” con una medida que solo busca “repartir miseria”.

La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, consideró que “el pago de 15.000 millones de euros” a Catalunya lo sufragarán “el resto de españoles”. “Esto no está en el marco de la búsqueda de una mejor financiación autonómica sino que está en el marco de una cesión a un partido político concreto a cambio de siete votos”, remarcó. La número dos popular continuó por la senda fijada por su líder Feijóo anteayer al advertir a Sánchez de “ninguno” de los alcaldes y presidentes del PP va a permitir que en España “haya españoles de primera y españoles de segunda, única y exclusivamente, porque haya un político llamado Pedro Sánchez que necesite siete votos” para ser investido presidente del Gobierno.

Las “cesiones” que Sánchez está dispuesto a asumir para seguir en Moncloa, que “significan hipotecas para todos los españoles” y “la entrega de la igualdad de los españoles ante la ley”, citó Gamarra, suponen un “fraude electoral absoluto”. Además aseguró que el PP se movilizará desde el punto de vista jurídico, político e institucional con todos los instrumentos a su alcance. ““El PP lo que le dice a los españoles es que no nos vamos a quedar ni callados ni quietos”, enfatizó.

Ayuso de ariete

Por su parte, la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, que suele ejercer de ariete contra Sánchez, aseguró que el PP pondrá pie en pared ante la iniciativa, si bien todas las comunidades autónomas de régimen común –no entran ni Navarra ni la CAV– podrán acogerse a los beneficios. Ayuso lo expresó con claridad. Formar parte de ese plan “que pretende dinamitar la nación” supone “imponer un régimen totalitario”. Además alertó del “peligro inminente es que España deje de existir como nación centenaria“ y ahondó en que “no se trata de un mero problema de igualdad, como tanto se está utilizando” sino de “repartir miseria”. “Es sumisión y el germen de la violencia y la ruina, tiene que haber pluralidad, igualdad ante la ley, seguridad jurídica”, concluyó.