La aparición de 400.000 mascarillas caducadas en un almacén de municipal de Pamplona no solo ha puesto en evidencia una cuestionable gestión de los recursos sanitarios por parte del Ayuntamiento en el tramo final de la pandemia. También retrata la doble vara de medir de UPN y PP, en aquel momento en coalición dentro de Navarra Suma. Y define la oposición, cínica y destructiva, que el principal grupo de derechas ha venido haciendo al Gobierno foral durante toda la gestión de la crisis sanitaria.

Porque las mascarillas del Ayuntamiento llegaron a Pamplona en mayo de 2022, y se mantuvieron almacenadas durante más de un año hasta que caducaron en junio de 2023. Allí siguen a día de hoy, sin que ni siquiera se hayan llegado a desembalar, al menos la mayor parte de las 400.000.

Y es justo en ese periodo, entre mayo de 2022 y junio de 2023, cuando con mayor virulencia arremetió Navarra Suma contra el Gobierno foral. En ese momento por la compra de mascarillas por parte de Sodena al inicio de la pandemia para nutrir a las empresas de la comunidad en plena desescalada. Un contrato firmado con la CEN y Albyn que no se llegó a cumplir y que acabó con casi dos millones de mascarillas también almacenadas.

Aquello fue un escándalo para UPN. Que no solo pidió dimisiones y comisiones de investigación, también cuestionó desde un punto personal la capacidad de los miembros del Gobierno para gestionar la crisis sanitaria. Críticas y reproches que abanderó Cristina Ibarrola, entonces portavoz de Navarra Suma en la comisión de Salud del Parlamento. Y desde junio de 2023 alcaldesa de Pamplona.

Fue, casualidades de la vida, bajo su mandato en el ayuntamiento de Pamplona (llegó justo en junio de 2023) cuando caducaron las 400.000 mascarillas, que siguieron abandonadas en un almacén sin que su equipo de Gobierno les diera salida en un momento en el que la protección seguía siendo obligatoria en centros de salud, centros sociosanitarios y en el transporte público.

"Es una vergüenza"

Resulta por eso cuando menos curiosa y llamativa la hemeroteca. Recordar lo que justo en aquellos meses decía Ibarrola en el Parlamento, en ruedas de prensa y en redes sociales. Donde cuestionaba el precio que había pagada el Gobierno de Navarra, por los equipos de protección, los fallos en la distribución y su almacenaje a la espera que pudieran caducar.

"Cualquiera puede entender que en una situación en la que había necesidad de mascarillas en centros sanitarios, residencias, colegios y para la población en general, abandonar 1.700.000 mascarillas en un almacén es una auténtica vergüenza", relataba Ibarrola en agosto de 2022, con las mascarillas del Ayuntamiento ya almacenadas.

No es el único caso en el que Ibarrola reprochaba al Gobierno que las mascarillas fueran a caducar. Sin ir más lejos, en octubre de 2022 denunciaba en el Parlamento que el Gobierno tuviera "mascarillas almacenadas sin utilizar que cada día pierden más valor". En aquel momento las del Ayuntamiento todavía eran válidas.

Ejemplos hay muchos de aquellas fechas, en las que UPN denunciaba que hubiera "mascarillas pagadas con dinero público siguen cogiendo polvo en un almacén".

Pero no solo fue Ibarrola. El propio presidente de UPN, Javier Esparza, o parlamentarias como Marta Álvarez insistieron en sembrar sospechas sobre la gestión del Gobierno de Navarra, criticando que por su "inoperancia" fueran a "caducar".

Es parte de una hemeroteca extensa, que refleja la dureza de una oposición en la que no hubo contemplación ni medias tintas, y que hoy sigue presente en el debate público. UPN quiere que aquellas mascarillas de Sodena formen parte de la comisión de investigación que el PP ha abierto en el Senado. Pero deberá también dar sus propias explicaciones en el Ayuntamiento de Pamplona, donde la mayoría de gobierno prevé abrir una investigación sobre la adquisición y caducidad de las mascarillas que estaban bajo la gestión del partido regionalista.