Primavera electoral, quien sabe si ventosa, con sucesión de citas en la Comunidad Autónoma Vasca el 21 de abril y en Catalunya el 12 de mayo, y con Europeas el 9 de junio en el conjunto del Estado. Trimestre para completar el mapa político, sensible a cualquier concentración extra de esporas narrativas o ideológicas. 

Pero los comicios inminentes en el territorio vecino, y el interés sobre cómo influye la amnistía en las elecciones catalanas no debe hacernos perder de vista que Navarra, al igual que el resto del Estado, vota el 9 de junio en unas Europeas objetivamente importantes, con una relevancia inusitada. No ya porque la situación política en el Estado induce a convertir en plebiscito cada convocatoria electoral. Es por mucho más. 

Que la ciudadanía es más consciente de la importancia de la UE en nuestro día a día venía siendo una afirmación consabida, un tanto manida, que mezclaba realidad con algo de lugar común. Esta vez no. Estas elecciones del 9J son las primeras tras la pandemia y la crisis subsiguiente, cuestiones de altísimo impacto donde Europa ha jugado un papel decisivo. 

Además, en esta ocasión la cita no estará enterrada por las autonómicas y municipales como en la vez anterior, en mayo de 2019. Por si fuera poco el clima bélico y militarista comienza a ser alarmante. La Unión Europea deberá situarse, la invasión sufrida en Ucrania y el genocidio en Gaza son dos escenarios paralelos donde la UE ha mostrado una posición diametralmente diferente. Muy beligerante ante Rusia y haciendo en gran medida la estatua ante Israel. Por lo tanto, la cita electoral es muy importante, si bien unos comicios en junio pueden invitar a la desmovilización. 

En cualquier caso, con los resultados que dejen las urnas, Europa completará prácticamente su tránsito por los años veinte hasta ahora sensiblemente contradictorio ante retos de enorme calado. La hegemonía resultante decantará el relato político, social, económico y militar, y la articulación del proyecto europeo el lustro que viene. Por ejemplo, si aumenta el gasto en dirección militar, en detrimento de qué partidas se acometerá ese incremento. 

 A falta de anuncios

A pesar de esa importancia, la mayoría de los partidos andan sumidos todavía en una considerable indefinición sobre sus planes y candidaturas. Hasta el 17 de abril no se publicará la convocatoria electoral en el BOE, y los partidos más afectados por la congestión electoral aprovechan los márgenes que concede el calendario. El PSOE y el PP andan más concentrados en completar el tetris organizativo de las campañas al Parlamento de Gasteiz y al Parlament de Catalunya, comunidades que junto a las elecciones celebradas en Galicia, dan buena parte de la foto del Estado plurinacional. 

De momento en Navarra hay más interrogantes que certezas, y el corte vacacional y el congreso de UPN tampoco ayudan a mayores concreciones. El partido vive un intenso momento interno y por el momento ha dejado pospuesta su decisión sobre si concurrirá el 9J. Desde 2009 no se ha presentado a estos comicios, cediendo ese espacio al PP. También han sido fechas cargadas para Génova, y aún no está decidido cómo abordará el PPN la campaña.

Barrena, candidato

La única candidatura confirmada en estos momentos es la de Pernando Barrena, traductor de formación, nacido en 1965. Uno de lo tres navarros de izquierdas que consiguió escaño hace 5 años como integrante de la coalición Ahora Repúblicas. Barrena valora como “un privilegio” trabajar en el Parlamento Europeo, y una oportunidad para el trabajo progresista entre diferentes grupos y el aprendizaje y el crecimiento político. Las bases de EH Bildu han ratificado esta semana la repetición de la fórmula, integrada por Bildu, ERC y BNG, en la que esta vez también se sumará la federación balear de partidos Ara Més. 

Todas esas formaciones presentaron este jueves en Barcelona la coalición. En el acto acudió por EH Bildu el propio Barrena. También estuvo presente el presidente de ERC, Oriol Junqueras, que esta misma semana, en clave de precampaña catalana, se mostró dispuesto a volver a la cárcel por un referéndum. Junqueras fue elegido eurodiputado en 2019, pero el Tribunal Supremo le impidió asumir el acta. 

Según Barrena, “en estos próximos cinco años se van a tomar decisiones muy importantes”, desde la dificultad de que “Europa no sabe lo que quiere ser de mayor. Todavía no ha decidido cuál va a ser el futuro del proceso de integración política, la aspiración federalista de construir los Estados Unidos de Europa, en una especie de gobernanza europea conjunta”. A su juicio esa indecisión se debe a una pugna entre los federalistas y quienes dicen que la integración ha ido demasiado lejos”. 

“Importancia palmaria”

Barrena observa con preocupación el vaticinio de un crecimiento de las posiciones de ultraderecha, ya presentes en la actualidad, lo que “puede condicionar muchísimo” las políticas europeas y su camino estratégico interno y en el mundo. Una hipótesis “muy real” y relevante, pues hoy día, subraya Barrena, la mayoría de las decisiones de calado en el Consejo Europeo se tienen que tomar por unanimidad, notable condicionante que ha limitado, señala, el reciente Pacto sobre Migración y Asilo aprobado en el Parlamento, en un contexto también de batalla discrepante en la lucha contra el cambio climático, y la cuestión de la seguridad, “que algunos la entienden solo desde una perspectiva de defensa”. Tampoco olvida el debate de la Inteligencia Artificial, que “ya está presente en muchísimos aspectos de nuestra vida”, donde también entiende que la ley recientemente aprobada en el Parlamento Europeo “está muy limitada” y quedará superada por la realidad en cuestión de dos años. “Jamás la Unión Europea ha tenido retos de tal calibre e importancia; todos ellos van a determinar el futuro de nuestras vidas como europeos, y muchos la viabilidad del proceso de integración”.  

Dos que no repiten

De los tres navarros de izquierda elegidos en las Europeas de 2019, no concurrirán ni la socialista Adriana Maldonado, hoy diputada en el Congreso, ni Idoia Villanueva, que apoyará a Irene Montero en su intento de lograr representación con Podemos, en unos comicios de circunscripción única. 

Maldonado destaca que desde 2019 el Consejo Europeo cada vez han sido más conservador, y la ultraderecha ha jugado un rol más importante en países como Finlandia, Italia u Holanda. Esa deriva dificulta crear un proyecto de “valores compartidos, de solidaridad o bienestar”. Por ello considera estas elecciones “vitales para la política de migración, de derechos fundamentales, o de la visión del mundo”, por ejemplo de Gaza, donde Maldonado piensa que el papel de la UE ha sido “muy laxo”. 

No está nada claro que Maldonado sea sustituida por otra candidatura socialista navarra con posibilidades de salir. Dependerá de los equilibrios territoriales de Ferraz, de las necesidades internas, de los perfiles preferidos y de los cuadros disponibles. Asimismo, está pendiente conocer quién encabezará la lista y cuál será su tirón. Borrell a sus casi 77 años no es precisamente un revulsivo, y la duda es si el PSOE se guarda un golpe de efecto o as en la manga ante la importancia y los augurios de la política exterior.

“Paz o guerra”

Tampoco repetirá Idoia Villanueva, que ha renunciado a optar a seguir en Bruselas. Villanueva apoyará la lista de Podemos, encabezada por Irene Montero. En el número dos estará Isa Serra, portavoz del partido, y en el tres Pablo Fernández. Según Villanueva “Europa se está jugando su credibilidad ante lo que está ocurriendo en Gaza”, y reclama “acciones concretas para parar la impunidad de Israel”. 

La todavía eurodiputada apela a la movilización ante unas elecciones fundamentales “para todos los navarros y navarras”, donde “se va elegir si queremos paz o la guerra”. A su juicio, suenan tambores bélicos en la UE, se está “preparando el camino para incrementar el gasto en la industria militar, y ya se empieza a hablar sobre la necesidad de la vuelta a la austeridad”, lo que supone “recortar una vez más en los derechos de todos y de todas”.  

Otra representante que dejará el Parlamento Europeo será la eurodiputada del PNV Izaskun Bilbao, presente en las tres últimas legislaturas. Su decisión, que enmarcó en el cierre de “un ciclo vital”, la anunció el 9 de diciembre, dos semanas después de conocerse que Urkullu no seguiría. Su sustituta será Oihane Agirregoitia, nacida en 1980, directora general en la Diputación foral de Bizkaia, exconcejala en el Ayuntamiento de Bilbao durante 12 años.

EAJ-PNV ya ha llegado a un acuerdo con los otros dos espacios que conforman Geroa Bai (Socialverdes y Atarrabia Taldea). La idea es perfilar una coalición similar a la de las últimas elecciones europeas de 2019. En aquella ocasión, concurrieron PNV más Geroa Bai, Coalición Canaria, Compromiso por Galicia, El Pi-Proposta per les Illes, y Demòcrates Valencians. De momento, además de con los socios de Geroa Bai se ha llegado a un acuerdo con Coalición Canaria. 

Navarros en la lista de IU

Del lado de Sumar será Estrella Galán, directora de la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR) la cabeza de lista de la coalición de Yolanda Díaz. Está pendiente, en las próximas semanas, la negociación de puestos con Izquierda Unida, cuya lista la encabezará el eurodiputado malagueño Manu Pineda, que logró el 64,89% de los apoyos. Pineda, que visitó Pamplona en octubre, se ha destacado en su denuncia de lo que acontece en Palestina. En la parrilla final de IU asoman dos navarros: Carlos Guzmán y José Miguel Nuin, en los puestos sexto y decimoctavo, respectivamente, a la postre testimoniales una vez que se ajuste la plancha con Sumar. Según destaca Guzmán, “las encuestas dibujan un escenario de derechización ultra, por lo que es de vital importancia poner pie en pared frente a las políticas neoliberales e imperialistas que están generando miseria en el continente y más allá”.

Así que de momento Contigo-Zurekin, coalición formada por Podemos Navarra, la propia IUN, Batzarre e independientes, aguarda a que el acuerdo en Sumar fructifique, para apoyar la campaña de la coalición liderada por Díaz.