Javier Esparza (Pamplona, 1970) afronta sus últimos días en la presidencia de UPN. En agosto anunció que no volvería a ser candidato, y ahora consuma otro paso al lado “más que asumido”, que conllevará menor protagonismo, pero no su salida de la política. Dice que se ha “dejado el alma para conseguir ser presidente de Navarra”, y que brindará el “día grande” en el que UPN vuelva a la presidencia del Gobierno foral. Ese es el objetivo

El 28 de abril dejará la presidencia de UPN. ¿Cuál será a partir de entonces su rol en el partido?

–Apoyar de forma absoluta a la nueva dirección, ayudar en todo lo que pueda, para conseguir el objetivo compartido. No renuncio, evidentemente, a que UPN vuelva al Gobierno de Navarra.

¿Va a seguir siendo portavoz en el Parlamento?

–No lo hemos hablado. Lo que he dicho es que del Javier Esparza de 2015 al de 2024 hay una diferencia importante. Creo que desde un punto de vista político soy mucho más sólido, tengo la experiencia de un recorrido que pongo a disposición del partido, y la dirección tendrá que decidir cómo quiere que aporte y ayude. 

¿Eso no está hablado?

–No, cuando llegue el momento se hará con absoluta tranquilidad. En cualquiera de los casos, mi posición ante la nueva dirección es de respeto absoluto, apoyo absoluto, y lealtad absoluta. 

Al menos durante las próximas semanas continuará de portavoz. 

–El lunes 29 seguramente sí, y luego ya veremos; estoy a disposición de lo que quieran.

Tiempo ha habido de detallarlo.

–No, hasta el día 28 seré el presidente del partido, y todo eso será después.

¿Esta es su última legislatura en el Parlamento de Navarra?

–Pues no tengo ni idea. A mí me gusta la política, dije que iba a estar estos tres años, porque no daría la espantada. Gané las elecciones, yo creo que puedo aportar; dentro de tres años veremos el escenario y el momento, y en lo personal cómo está cada cual.

Tendría un rol secundario. ¿Está dispuesto a aceptarlo?

–Estoy para apoyar a quien venga, para respetar las decisiones que se tomen, y contribuir en la medida de lo que pueda a conseguir ese objetivo común que tiene que ser de todos los militantes, el de volver al Gobierno de Navarra, porque creo que merecemos otro Ejecutivo y otras políticas. 

Sabe que pasar de mandar a ser mandado a veces cuesta.

–Si hubiera querido presentarme lo habría hecho. No voy a ser candidato a nada, para que tengamos claras las cosas, por tanto ya sé que mi rol cambia. Lo tengo más que asumido. Mi posición va a ser otra. La visibilidad que tenga también. Las decisiones no las voy a tomar yo. Será la nueva dirección, y si coincide con mi parecer, bien, y si no, también. No tendré nada que discutir, al contrario. Más allá de lo que me parezca, voy a apoyar.

¿Madrid no le tienta?

– (Se ríe) 

Uno perfila un horizonte vital y profesional, y le gusta la política.

–Créame que no, porque mire, la política cada vez es de ciclos más cortos. No me lo he planteado, se lo digo con franqueza absoluta.

En su ciclo UPN no ha dejado la oposición. ¿Qué le ha faltado o sobrado al partido, más allá del PSN, que suele ser su argumento?

“Sin ninguna duda Cristina Ibarrola tiene perfil para llegar acuerdos con el Partido Socialista. Si el PSN-PSOE los necesita, ella acordará”

–(Se ríe). En 2015 veníamos de un momento muy complicado, con una crisis económica brutal. La normativa europea de estabilidad presupuestaria fue muy exigente para todos los Gobiernos en España . Eso nos pasó factura. Por primera vez en Navarra la mayoría constitucionalista estaba en minoría. Sentí mucha responsabilidad, y llegaba a un liderazgo nuevo dentro del partido, para hacer oposición. No estábamos acostumbrados. Todo eso lo organizamos y en 2019 quienes estábamos en la oposición, con 24 escaños en 2015, sumamos 31. Eso, que fue un éxito, posibilitaba haber vuelto a acuerdos entre UPN y el Partido Socialista, y el PSN cruzó la raya con Bildu. 

Estaba ya Navarra Suma.

–Sí, pero de 20 de Navarra Suma, 15 eran de UPN, y el PSN tenía 11. Podíamos haber llegado a un acuerdo UPN PSN. 

Soplar y sorber a la vez, con el PP en Navarra Suma...

–¿Y el PNV cuando gobierna el PP y le apoya? ¿También es soplar y sorber? Hizo presidente a Aznar y a Rajoy. 

En otro escenario... 

–Pero cuando al PNV le interesa llega a acuerdos con el PP y no pasa nada, y entonces el PP es superprogresista, y en otros momentos no. El Partido Socialista tomó una decisión estratégica, pues quería gobernar.

Si algo se ha visibilizado es que Navarra Suma, y así duró la experiencia, no fue un acierto.

–Sí lo fue en ese momento; yo discrepo absolutamente. Conseguimos un resultado muy bueno, Uxue Barkos dejó de ser presidenta, Joseba Asiron dejó de ser alcalde de Pamplona y Eneko Larrarte de Tudela. Y no recuperamos el Gobierno porque los socialistas pactaron Bildu. Ese acuerdo tiene mucho que ver con las urgencias y necesidades de Pedro Sánchez y con el contexto general. En este momento, el PNV y EH Bildu están alineados con el Partido Socialista en Madrid, pero llegará un momento, lo veremos usted y yo, en el que el PNV esté alineado con el PP y los contextos cambiarán. 

Dos nombres, por motivos distintos, han perjudicado su carrera: Pedro Sánchez y Albert Rivera. 

–Pedro Sánchez ha permitido que el Partido Socialista hiciera lo que nunca había hecho, incluso darle la alcaldía de Pamplona a Bildu. Ahora en la campaña de las vascas los socialistas se han flagelado porque Bildu no tiene decencia democrática...

¿Ligar su destino a Ciudadanos no era una debilidad en sí misma?

–Yo con Ciudadanos firmé un acuerdo en el que decía que reconocía y respetaba el régimen foral de Navarra.

Me refería a la estrategia general de este partido. 

–El Partido Socialista había decidido que no quería saber nada de UPN. Seguramente tiene que ver con la trayectoria y la relación anterior que habíamos tenido desde UPN. Un Gobierno del 11 al 15 que se rompió, por ejemplo. Decidieron que no iban a llegar a ningún acuerdo, eso yo no lo podía cambiar. Por tanto, busqué otras posibilidades. 

Hoy apela a la militancia de UPN a ser paciente. En 2019, un poco más de paciencia les habría venido bien.

–No hay que tener urgencias, efectivamente.

¿No las hubo entonces?

–De haber ido solos en ese momento no sé en cuántos escaños nos habríamos puesto, pero daba igual, el Partido Socialista ya tenía decidido que con nosotros a ningún sitio. 

Eso lo sabían en 2023 y rompieron Navarra Suma.

–Porque la realidad había cambiado. En política hay que tener capacidad de adaptación. El nacionalismo vasco la tiene absoluta. Aquí NaBai, luego Geroa Bai... las estrategias que parece que valen para unos, se cuestionan en otros. Geroa Bai con Zabaltzen, PNV, independientes, no sé quién... En NaBai estaban no sé cuántos. EH Bildu tiene diferentes familias, Eusko Alkartasuna, Sortu... Pues nosotros en un momento conformamos una marca con un proyecto de tres, y ojo, quien decidió romperlo fue el PP. 

¿El PP? 

–Sí. El PP necesitaba quitarse a Ciudadanos, se lo quería comer en todos los sitios; fue el señor Tellado el que hizo unas declaraciones al respecto...

Pero ustedes cambiaron la imagen corporativa de su sala de prensa, y había un runrún...

–Nosotros estábamos fijando la posición de que somos el primer partido de Navarra, quien lidera el centroderecha en esta tierra, y que no vamos a ser la franquicia de nadie. Y si alguien quiere venir con nosotros viene con nuestras condiciones, ya está, no tiene más.

En las Generales las tornas cambiaron y llegó el revés para UPN. Ahora esperan respuesta del PP para las Europeas ¿En el PP se están tomando una revancha con UPN?

–No, no lo creo, toman las decisiones que les interesan. El PP quiere ser UPN en Navarra, y no puede ni va a poder. Somos dos proyectos políticos diferentes, tenemos coincidencias, muchas, pero también enormes diferencias. La principal, que para nosotros lo prioritario es Navarra. Para el Partido Popular es España. 

¿El desenlace del congreso que viene es el que deseaba?

–Dije que era mejor no tener tensiones, pero que si llegaban dos listas no pasaba nada si después había lealtad. La que yo no tuve en el último congreso. Quien pierde se tiene que poner a disposición de quien gana en el minuto uno, y tener claro que está para ayudar, porque se comparte un objetivo fundamental, obtener la máxima capacidad de decisión política, y para eso hay que remar en la misma dirección. Ha habido momentos históricos en UPN donde ha habido esa actitud, y en otros desgraciadamente no. 

¿Discrepó con la tribuna de prensa de María Jesús Valdemoros?

–No, y la respeto absolutamente. 

¿Cuál es el grado de cambio de rumbo que tiene que emprender la nueva dirección? Un acento, al menos.

“No hay riesgo de despecho en UPN, otra cosa es que yo desde luego me siento engañado por el PSN-PSOE, y en lo personal también”

–Es un equipo nuevo, que va a hacer las cosas de forma distinta. Eso ya es bueno de entrada, porque cualquier organización necesita oxígeno y aire fresco. Va a ser una dirección con los mismos principios y valores que tenía la anterior y que tendrá la siguiente. Creo que en función del contexto político tendrá que ir tomando decisiones, yo no diré lo que tienen que hacer públicamente. Ellos irán viendo. Si se me pregunta, diré mi parecer y tendrán que hacer lo que quieran, que es de lo que se trata, y lo que he hecho yo. He sido muy libre en UPN. He preguntado en ocasiones a expresidentes, y después he planteado una posición a los órganos del partido que coincidía o no con lo que se me había dicho. Es lo que tendrán que hacer quienes llegan ahora. Yo no me he presentado porque no quiero tomar más decisiones. A ver si somos conscientes. Creo que el momento es para otros, y que asuman esa responsabilidad otros. 

¿Qué potencial va a tener Cristina Ibarrola para convencer al PSN tras la moción de censura en Pamplona de que cambie sus alianzas?

–Sin ningún tipo de duda tiene perfil para llegar a acuerdos con el Partido Socialista. Si el PSN-PSOE necesita acuerdos, Cristina Ibarrola llegará a acuerdos con los socialistas. Sin duda. 

La política también va de generar complicidades. ¿Ibarrola lo hará?

–¿El Partido Socialista tenía mucha complicidad con Bildu? Hasta que lo necesitó. ¿Pedro Sánchez con Arnaldo Otegi? Hasta que lo ha necesitado. ¿María Chivite con Adolfo Araiz? ¿Uxue Barkos con María Chivite? Al PSOE lo único que le interesa es el poder a cualquier precio, y si en un momento dado para alcanzarlo toman una decisión estratégica de que necesitan un acuerdo con UPN lo alcanzarán, esté quien esté en UPN.

Usted habló en septiembre de la necesidad de buscar acuerdos con todas las fuerzas salvo con Bildu.

–Y eso es lo que va a ser a futuro. 

Pero la moción de censura en Pamplona rompió ese amago de giro.

“En 2015 sabía que la presidencia de Navarra era muy difícil; en 2019 la vi posible, seguramente más cerca que en 2023”

–Cambia la política y el contexto. Por primera vez el Partido Socialista aúpa a la alcaldía de la capital de Navarra a EH Bildu. Es un antes y un después en la política navarra y española. Y evidentemente, condiciona el contexto político. Lo sorprendente es que alguien pensara que no iba a pasar nada. Claro que pasa. Pero los socialistas dentro de tres años, pueden llegar a un acuerdo con UPN, con toda paz. Si les interesa, si lo necesitan, se quitarán a Bildu de un plumazo. Es que son así, no hay principios ni valores ni palabra. Ahora están tirándose de los pelos con lo dicho por el candidato de EH Bildu en Euskadi, espantados. El señor Andueza, el candidato del PSE, ha dicho que jamás gobernará con Bildu, que con estos no se puede ir a ningún sitio. ¿Me están tomando el pelo? ¿Esto es un chiste? ¿La ministra portavoz del Gobierno, el candidato y algún otro ministro piensan que somos idiotas? Este lunes si al Partido Socialista le interesa por circunstancias hacer lehendakari al candidato de EH Bildu lo hará. Lo hará. ¿Cuántas veces han dicho que no iban a pactar con Bildu o que no iban a hacer alcalde a Joseba Asiron?

Ustedes llevan cinco años con esa línea argumental.

–Se lo discuto, he sido un presidente de UPN cercano al Partido Socialista.

Eso generará perplejidad. ¿Por qué?

–Por mi trayectoria, fui alcalde de Aoiz incorporando en Agrupación Independiente a gente del PSN, con UGT he tenido siempre una magnífica relación, no tenía desgastes de haber cogobernado con ellos... Creo que soy una persona muy cercana, muy fácil, para que el Partido Socialista hubiera llegado a un acuerdo conmigo. 

¿Ha cambiado en estos años?

–No, sigo siendo el mismo. El Partido Socialista sí lo ha hecho por decisión estratégica. Más allá de quien lidere UPN, si necesita y cree que le conviene llegar a un acuerdo con nosotros lo alcanzará, y si cree que no, no lo hará. Esto no va de personas, yo no me lo he tomado como algo personal.

¿Hay riesgo de actuar por despecho en UPN?

–No, ninguno. 

Escuchándole, parece posible.

–No, de verdad no hay despecho, otra cosa es que yo desde luego me siento engañado por el Partido Socialista, y en lo personal también. A mí se me decía que no iban a da la alcaldía a Asiron, textual.

¿Se lo decía el PSN o el PSOE?

–Los dos. Entonces en lo personal sí me siento engañado, y efectivamente el trato personal ha cambiado. Cuando te engañan es normal. 

Entonces ha cambiado.  

–Pero no en la política que se tiene que hacer. En lo personal sí. Si te engañan la primera vez es culpa de quien lo hace, la segunda es culpa tuya. 

¿Cuándo vio la presidencia más cerca, en 2015, 2019 o 2023?

–En 2015 sabía que era muy difícil; en 2019 lo vi posible, seguramente más cerca que en 2023.

El 23 con bola extra, las Generales.

–Como siempre hicimos lo que pudimos para intentar alcanzar acuerdos. Había opciones y las peleamos todas, pero era consciente de que el PSOE estaba consolidando una relación con EH Bildu. Cada día que pasa se está consolidando. Eso es un problema no solo para UPN; para Geroa Bai es un problemón, para el PNV va a ser un problema bastante importante este domingo en Euskadi. El blanqueamiento de Bildu está cambiando la política vasca y la navarra.

A modo de conclusión. Se va pero no se va. No es un cierre total.

–Mi responsabilidad va a ser otra, mucho menor. No me importa nada no tener la misma visibilidad, como comprenderá. Yo ya lo he intentado, me he sentido muy honrado presidiendo UPN, y estoy muy agradecido a las bases, a los afiliados, a todos los cargos públicos del partido, a Yolanda Barcina y Miguel Sanz... Y también de forma especial a Yolanda Ibáñez y a Enrique Maya.