La de este fin de semana no será una asamblea más, como esas que se celebran por inercia y apenas sirven para un lavado de cara. Izquierda Unida celebra en Madrid un cónclave fundamental para su futuro.

La histórica sigla de izquierdas, presente en la política estatal desde mediados de los ochenta, da por cerrado el ciclo del 15-M –en su sentido más amplio– y los años de Podemos sin alcanzar los objetivos previstos hace algo menos de una década, y en un contexto de vuelta del bipartidismo apuesta por recuperar presencia a la izquierda del PSOE.

Volver, de alguna manera, a la esencia. También en Navarra, donde la consigna es ser el partido referencial en un espacio muy dado, tradicionalmente, a las aventuras políticas conjuntas.

Será Antonio Maíllo el encargado de encabezar el intento de remontada, después de haber ganado en la pugna de cuatro listas que se habían presentado a la asamblea federal.

Maíllo, excoordinador de IU en Andalucía que había dado un paso atrás en 2019 para volver a su plaza como profesor de lenguas clásicas, ha ganado con más del 50% de los votos a la ministra Sira Rego –con la que compartía documento político, pero no el modelo organizativo–, a Álvaro Aguilera –que encabezaba la propuesta más rupturista y abogaba por la salida de los gobiernos compartidos con el PSOE– y José Antonio García Rubio –que en Navarra no tuvo apoyos–.

Fin de ciclo

Todas, por dispares que fueran, compartían que IU debe volver a ser un partido reconocible después de diez años opacado por Podemos y todas las siglas –confluencias y candidaturas municipalistas– surgidas al calor del 15-M.

Hoy parece muy lejano pero, hace una década, justo en 2014, España vivió una crisis de régimen casi inédita: con el bipartidismo en horas bajísimas y con una abdicación real incluida

Todos los que se reunieron en torno a ese movimiento de reacción ciudadana –IU incluida– vieron la oportunidad para forzar un cambio de fondo en la política estatal.

Antonio Maíllo, excoordinador de IU en Andalucía que acaba de ganar las primarias para la coordinación federal del partido. Raúl Caro (Efe)

Eran los tiempos de asaltar los cielos, que decía el fundador de Podemos, Pablo Iglesias, abanderado político del 15-M. Hoy la imagen que mejor resume dónde quedaron esos tiempos está en que Iglesias, sin cumplir los 50 años, lleva ya tres años fuera de la política. Hace poco montó una taberna en Madrid, por cierto.

Ahora, el reto más inmediato de IU es ganar espacio dentro de Sumar, la última de las aventuras y quizá la más cuestionada por la decepción que ha supuesto el errático comportamiento de Yolanda Díaz.

Los puestos en la lista de las europeas

El cuarto puesto de Manu Pineda en la lista para las europeas del 9 de junio –Carlos Guzmán va de número 18– ha sido visto casi como una humillación, y la relación de todos esos actores cambiará una vez cada eurodiputado tome su rumbo en la UE.

Algunos de los que conseguirán el acta bajo la misma sigla quedarán enclavados en familias políticas antagónicas, como son las de Los Verdes y The Left, con posicionamientos contrarios y excluyentes en muchos temas fundamentales que tienen que ver con la geopolítica o la OTAN. Sirva como ejemplo de lo dispar que es todo este espectro. 

Todo ello tendrá que gestionar Maíllo, que también asumirá la coordinación federal tras un proceso asambleísta que ha compartido que el coordinador necesita voz autónoma después de comprobar qué difícil era deslindar los papeles de Alberto Garzón, último líder que compaginó la labor interna con la propia de ministro dentro del Gobierno de Sánchez.

El futuro en Navarra

Navarra estará presente en la asamblea federal de Madrid. Viajarán nueve miembros de IU con el coordinador territorial a la cabeza, el parlamentario Carlos Guzmán.

Aquí los resultados han sido similares a los registrados para todo el Estado. Y eso que Navarra es una pequeña federación muy particular. Entre otras, porque ahora mismo comparte coalición con otros actores bajo la sigla Contigo Navarra, con la que IU, Podemos, Batzarre y una colección de independientes consiguieron tres escaños en las últimas elecciones forales.

Begoña Alfaro, cabeza de lista en aquella cita y secretaria general de Podemos Navarra, ostenta la vicepresidencia tercera del Gobierno foral en virtud del acuerdo de coalición con PSN y Geroa Bai.

Guzmán asegura que dentro de IU están contentos con la experiencia de la coalición, y que apostarán por "fortalecerla" y hacerla más amplia. Pero “ni hay espacio social, político ni ideológico para un partido nuevo” en ese margen de la política.

Lo asegura a raíz de que Sumar incluyera en su documento fundacional a Contigo Navarra dentro de las formaciones con las que mantener una relación estrecha de cara al futuro, quién sabe si con entidad propia y ya como partido y no solo como coalición. “Un paso en falso en el espacio de la izquierda no nacionalista en Navarra puede hacernos retroceder cinco pasos hacia atrás”, advierte Guzmán.