Sesión fea en el Parlamento. Ejemplo de hasta dónde está llevando la derecha –y de qué manera– su estrategia de forzar todo asunto para que parezca un caso de corrupción.

La comparecencia la habían pedido UPN y PP pero fue Javier García, presidente de los populares navarros, al que la deriva le llevó más lejos. Hasta el punto de insinuar que el consejero era “tonto”.

Fue en un momento en el que el parlamentario ha reprochado al consejero que los socialistas hicieran campaña con el eslogan autopista gratis ya y ahora hablen de peajes.

¿Usted se cree que somos tontos?”, preguntó, en un tono agresivo impropio de García. “Que no, que no somos tontos”, se respondió a sí mismo. “Usted igual sí, no lo sé, por los gestos que hace, pero el resto no, y la sociedad navarra no”, remató ante el consejero.

Quizá el momento más desagradable, pero luego vinieron más, en un tono faltón y con unas referencias impropias de la Cámara, donde el debate puede ser duro pero rara vez entra en el terreno personal.

Que rematara una defensa del modelo de peajes de UPN con un “jódete y baila” fue casi lo de menos, aunque fuera zafio. “Le vamos a traer más aquí, porque no para de dar titulares”, le dijo, como vacilándole, García al consejero.

Y remató una intervención chusca con la promesa de que García, a sus propios hijos, les pondrá a Chivite como ejemplo de cómo no deben gestionarse los asuntos. Todo esto –y son solo tres ejemplos de una intervención mucho más larga– se produjo ante la sorprendente indiferencia de la presidenta de la comisión, la socialista Maite Esporrín.

“Algunos están intentando importar los modos de otro Congreso. Efectivamente, esta sociedad no es tonta y ya les conoce, pero a ustedes. Seguro que pueden decir cosas más interesantes que este griterío, estas palabras altisonantes y un poquito zafias”, le afeó Javier Lecumberri (PSN).