El gran sudoku de la geopolítica
La situación geoestratégica de Navarra se inserta dentro del contexto de la UE, de un choque comercial entre EEUU y China, y de un cambio de paradigma energético. Cuatro expertos del Real Instituto Elcano lo analizaron en Pamplona.
Geoestrategia, cuestión nuclear de la que vinieron a hablar el martes a Pamplona cuatro expertos del Real Instituto Elcano, invitados por el Gobierno de Navarra. Esta institución, creada en 2001, presume de ser el think tank español líder en estudios internacionales y estratégicos, y un centro de pensamiento de referencia en Europa y en el mundo.
La delegación que acudió a Navarra estaba formada por Judith Arnal, consejera del Banco de España. Gonzalo Escribano, catedrático de Economía de la UNED, Enrique Feás, consejero independiente del ICO, y el investigador Ignacio Urbasos, que intervinieron en una primera sesión de análisis abierta a los medios, previa a dos encuentros cerrados con personal del Gobierno de Navarra y representantes del tejido económico.
Draghi está de moda
En el encuentro con los medios se aludió por tres veces al informe Draghi, que reclama para Europa unas necesidades financieras adicionales de entre 750.000 y 800.000 millones de euros al año, en torno al 5% del PIB de la UE. Cifras que contrastan con la inyección anual de entre el 1 y el 2% del PIB del Plan Marshall, entre 1948 y 1951, según explicó Judith Arnal.
Gonzalo Escribano pronosticó que la creciente descarbonización perjudicará en los próximos años a los productores de petróleo de alto coste, como Venezuela, Argelia o Libia, y el mercado quedará concentrado en el Golfo Pérsico. Este catedrático comparó la geoestrategia con un slalom hasta la micro política regional y local, donde “la aceptación pública” es clave para fomentar hábitos en la ciudadanía, promoviendo así el “comportamiento proecológico”.
Un mundo cambiante
“En un mundo geopolíticamente complejo las ventajas competitivas de hoy pueden ser las debilidades de mañana”, advirtió Enrique Feás, y por lo tanto “la descarbonización puede convertirse en una fuente de competitividad o de pérdida de esta”. En la actualidad, cuando “la política industrial es una obligación”, Navarra, con una industria “particularmente importante”, tiene “los mismos desafíos que el resto del mundo”. A su entender, aumentar la productividad, que el acceso a materias primas fundamentales no suponga un problema en el medio plazo, y articular una política industrial con ayudas, y una “regulación rápida y efectiva”.
En este “escenario de incertidumbre” y complejidad derivado de la transición energética y el compromiso para 2050 de alcanzar las emisiones cero netas de gases de efecto invernadero, Ignacio Urbasos dejó algunos apuntes: Libia, “uno de los grandes suministradores de petróleo en España” tiene importantes tensiones internas entre “las facciones que controlan” ese país. Mientras, el gas natural ruso “sigue siendo una fuente muy importante de suministro en España” a pesar de los pesares. Al tiempo, persiste la inseguridad marítima y la “fragmentación de las cadenas de valor”. Se refirió a la ruta del Mar Rojo, a menos del 70% del tráfico normal, según dijo, porque una “milicia de Yemen cuyos recursos son muy limitados ha sido capaz de interrumpir el paso de petroleros o cargueros”.
Mensaje inequívoco
Pese a todo, Urbasos cree que la prohibición de vender coches nuevos de combustión para 2035 en la UE, es en el fondo una fuente de certidumbres. “Las asociaciones de fabricantes quieren que se mantengan esos objetivos, y así tener la claridad necesaria para hacer las inversiones industriales y mandar señales a los agentes públicos y privados de cara al desarrollo de la red de recarga, que es lo más importante”, por lo que aboga por “mantener una consistencia en el mensaje que se lanza a la sociedad” sobre una electrificación sin vuelta de hoja.
China aprieta
Urbasos se refirió a las consecuencias del liderazgo tecnológico de China y los riesgos de una guerra comercial abierta ente EUUU u Occidente y el gigante asiático, que “es la gran batalla del siglo XXI” con ramificaciones en “política industrial, geopolítica o seguridad energética”.
Navarra, una de las 242 regiones europeas, ha pivotado parte de su desarrollo en el sector de las energías renovables y el de la automoción, ámbitos donde China “está demostrando tener mayor competitividad, principalmente gracias a unos precios mucho menores a los acostumbrados en Europa”.
Así que una economía exportadora como la navarra se encuentra “más expuesta” ante unos cambios en sectores claves. Por ejemplo, el de la energía eólica con “nuevos competidores de Asia, con precios muy competitivos”. Así que Navarra necesita, según Judith Arnal, como otras regiones que pretendan ser punteras, “un muy buen diagnóstico” en aras de las promoción del talento o el apoyo a la I+D+i.
El reto del coche eléctrico
Otro de esos grandes retos, el automóvil eléctrico, incide frontalmente en el devenir de Landaben. Para Gonzalo Escribano, “en España estamos teniendo un problema” con el despliegue de esa tecnología. “Somos una gran potencia exportadora y es muy difícil vender coches eléctricos fuera cuando no tienes un mercado interno acogedor. Vamos con retraso. Si queremos despegar rápidamente con Teslas y BMWs son muy caros. Muchos de ellos también se fabrican en China. Si queremos hacer una descarbonización rápida y eficiente, y materias baratas, algún tipo de apertura tenemos que tener”. Fue esta la tercera referencia al Informe Draghi , documento “bastante matizado” dijo Escribano, que observa “un problema de aceptación pública rápida del coche eléctrico por toda una serie de problemas”. Si bien se mostró “muy a favor de las políticas climáticas” y de fijar un objetivo para “intentar anclar las expectativas de productores y consumidores”.
Respecto a los aranceles de la UE, este catedrático defiende la “sensatez de jugar con las reglas y poner unos aranceles fijados en la Vto y en la OMC, que no salir “por la mañana como el señor Biden y decir 100% y que al día siguiente el señor Trump diga 200%”.
Un sudoku
Si hay un sector ejemplo de las afecciones de la geopolítica es el del automóvil, dijo Enrique Feás. Un ámbito inmerso en las estrategias de descarbonización, los problemas de comercio de los semiconductores, la guerra comercial entre EEUU y China, el acceso a materias primas estratégicas y la sustitución de unas dependencias por otras, como la de los minerales para la producción de baterías. Un “sudoku” de muy difícil gestión, donde “Europa ha perdido ya la inocencia” en torno al librecomercio, porque “China opera con ayudas de Estado de una forma brutal”. A su juicio, “es lógico poner aranceles y garantizar una competencia leal”, por lo que entiende que los de la UE son “mucho más acordes con la lógica económica que los de EEUU”.
¿Nadar y guardar la ropa?
Según Feás, dependiendo de “minerales y elementos tecnológicos imprescindibles que tienen que venir de China”, la clave está en conseguir salvar capacidad industrial, ganar competitividad, y evitar perder acceso a esas materias. Pero reconoce que la empresa es problemática. “Quien ahora apuesta por hacer una alianza con China tiene un elevado riesgo geopolítico, porque EEUU ha demostrado en su guerra tecnológica con este país es que está dispuesto a llegar hasta el final, no solo alterar al comercio tecnológico, sino incluso a la propia inversión”. Así que no descarta llegue un momento en que EEUU amenace con sanciones a cualquier acuerdo con el gigante asiático. En conclusión, “es muy difícil desvincularse de China, y al mismo tiempo forjar alianzas con este país. Si te desvinculas pierdes competitividad, y si te vinculas demasiado aumenta tu riesgo geopolítico”.
Vamos tarde
Esta inestabilidad se produce en un contexto y preocupante para Europa. La UE, según Judith Arnal, “tenía una clara ventaja en el motor de combustión, y China va diez años por delante en el vehículo eléctrico de baterías”. Así que esta analista reclama en un “apoyo adecuado a la industria de la automoción de toda la cadena de valor, y no solo de una pequeña parte”.
En este delicado escenario Gonzalo Escribano recordó que “la política importa”, por lo que los poderes públicos tienen que ser ambiciosos. “Si el ciudadano ve que no ponen los medios, la propensión ecológica decae”. Además es clave geopolítica “tener interconexiones físicas con tantos sitios como puedas”. Si “estás cerca de una frontera, con capacidad tecnológica, de gestión y recursos, tienes muchos elementos para posicionarte de forma ventajosa”, dijo.
Para Escribano se debe poner coto al transporte por carretera. Advierte sobre el envejecimiento de la flota de camiones, sobre todo en determinadas zonas, y de “un subdesarrollo de nuestra red de mercancías tremendo”. Red cuyo cambio de paradigma “favorecería muchísimo la descarbonización y seguridad”. “Si vamos a una electrificación, tenemos que electrificar y descarbonizar todo absolutamente, y para ello una de las incidencias más importantes es el transporte por carretera, que además añade mucho coste”.
No parece ser ese el escenario. Como recuerda Urbasos, “el TAV en principio no va transportar mercancías”, lo que a su juicio supone “una cierta incoherencia” en la apuesta por un modelo ferroviario. En cuanto al TAV para pasajeros, reclamación clave en Navarra, Urbasos, de origen pamplonés, cree que “llueve sobre mojado, y que es una demanda necesaria” pese a que la conexión con Francia vaya a ser “muy a largo plazo, porque nunca ha mostrado interés por incrementar las conexiones con España, ya sean energéticas o ferroviarias”.
Escribano, por su parte, se plantea qué papel han jugado los motivos políticos en el diseño de la red de alta velocidad en el Estado, y ahonda en el reproche a Francia. “No quieren la competencia ni del gas ni de las renovables españolas”, debido en su opinión a su industria nuclear pública, con una empresa que genera la electricidad, y otra que se dedica a construir las centrales, perdiendo un montón de dinero”.
Según Escribano, la francesa “es una economía muy colbertista, proteccionista y nacionalista”. A su juicio, esos problemas de interconectividad pueden ser “el último rescoldo” de diferencias históricas con el Estado vecino. “Es una pena, en interconexiones estamos prácticamente igual que hace 30 años”. Análisis de contexto que da más valor al funcionamiento de la Eurorregión, dentro de sus competencias y posibilidades.
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