Las obras financiadas mediante el sistema de peaje en sombra siguen lastrando el presupuesto del Gobierno de Navarra. El próximo año serán 121 millones los que habrá que destinar al pago del canon a las concesionarias de la gestión de las Autovías A-12 (Pamplona-Logroño) y A-21 (Pamplona-Jaca) y para la financiación de la primera fase de Canal de Navarra y su ampliación. Es un 6,2% más que este año, por lo que el incremento duplica el aumento del conjunto del gasto presupuestario previsto para el conjunto del Gobierno foral en 2025.

Solo el canon de las dos autovías supone 85 millones, el doble que la partida destinada a la conservación de la red viaria y centro de control (42 millones) y un tercio de todo el presupuesto que el Departamento de Cohesión Territorial destina a obras públicas e infraestructuras (247 millones). Y eso que en este apartado se incluyen de forma excepcional casi 40 millones para las obras de los túneles Belate y Almandoz.

El denominado peaje en sombra es una fórmula de colaboración público- privada sobre la base de un contrato de concesión de obra pública. Una empresa privada, generalmente una UTE de empresas, construye, financia y explota la infraestructura durante un largo periodo de tiempo, de en torno a 30 años. La Administración abona en contraprestación un canon anual ligado al número de usuarios. Finalizado el periodo de concesión, la obra pública revierte a la Administración.

Según los cálculos del último informe de la Cámara de Comptos, Navarra ha pagado ya 969 millones a las empresas concesionarias en concepto de canon, prácticamente lo mismo que ha costado su construcción (989 millones). Sin embargo, el coste final durante todo el periodo de explotación alcanzará los 2.612 millones, lo que deja un sobrecoste de superior a los 1.600 millones.

Más de 1.000 millones por pagar

El peaje en sombra fue una fórmula habitual durante los últimos Gobiernos de UPN porque permitía adelantar la construcción de infraestructuras estratégica de alto coste sin necesidad de asumir la inversión directamente. Y muy atractiva también para el sector privado y fondos de inversión, que tras el desembolso inicial logran elevadas rentabilidades durante el periodo de explotación. Al ser además la Administración pública el cliente único, el cobro del canon está asegurado.

No es por lo tanto de extrañar que dos décadas después las cuatro infraestructuras estén hoy controladas, total o parcialmente, de fondos de inversión privados. Durante este tiempo además la titularidad ha ido cambiando de manos, hasta el punto de que la sociedad concesionaria de la Autovía del Camino ha tenido hasta cuatro propietarios diferentes.

Los contratos son además de larga duración precisamente para garantizar la rentabilidad del inversor privado, de forma que el Gobierno de Navarra tiene por delante todavía varios ejercicios en los que deberá seguir abonando el canon. En la primera fase del Canal hasta 2036, en la autovía del Pirineo hasta 2039 y en la ampliación hasta 2043. En el caso de la Autovía del Caminio, y aunque la previsión inicial era finalizar el contrato en 2027, la caída del tráfico con respecto a las proyecciones originales va a obligar a retrasar hasta 2030 la fecha para finalizar la concesión.

De esta forma, y según las propias estimaciones del Gobierno de Navarra, quedan por pagar 1.112 en concepto de peajes en sombra. La mayor parte corresponden a la Autovía del Pirineo (431 millones) y a las zonas regables del canal. De la primera fase quedan por pagar 218 millones y de la ampliación otros 393 millones. En el caso de la Autovía del Camino, inaugurada en 2007, quedan por abonar 291 millones en concepto de canon.

Peaje en sombra

Presupuesto 2025

Autovía del Camino (A-12) 62,1

Autovía del Pirineo (A-21) 23,1

Ampliación Canal 16

Canal de Navarra 19,7

TOTAL 121

Datos en millones


Incremento 2024-2025

Autovía Camino (A-12) 6,3%

Autovía Pirineo (A-21) 5%

Ampliación Canal 13,6%

Canal de Navarra 2,8%

TOTAL 6,4%