Otro fondo ha vuelto a comprar la Autovía del Camino (A-12). Abertis, un grupo español puntero en infraestructuras y con negocios por todo el mundo, ha hecho público que ha comprado el 100% de la carretera al banco suizo UBS, que gestionaba la concesión a través de su fondo de infraestructuras.

La operación llevaba tanteándose desde verano, cuando UBS acudió al mercado para buscar asesoramiento –lo encontró en Cuatrecasas y Rubicon– para una venta con precio de salida cercano a los 400 millones de euros. En su día, el Gobierno de Navarra admitió estar “monitorizando” la operación que ayer se hizo oficial.

Por el lado de Abertis, la compra es “especialmente importante”, como reconoce el director general de la firma, José Aljaro. Abertis fue asesorada por el Santander y Allen & Overy para volver a una “región estratégica” donde el grupo llevaba diez años sin hacer inversiones, según El Economista.

Por el lado de UBS, la venta debe entenderse dentro de la “rotación natural de activos” a la que acostumbra el banco suizo cada pocos años. El movimiento será firme antes de acabar el año. A partir de 2024 el grupo adquiere una de las autovías que UPN construyó con peaje en sombra y que, año tras año –y hasta el 2032 como máximo– garantiza ingresos regulares y altos a cuenta de las arcas públicas a quien ostente la concesión.

Según la Cámara de Comptos, Navarra acabará el año pagando 56 millones por el uso y mantenimiento de la A-12. Serán 64 el año que viene. Y más de 300 hasta diciembre de 2030, cuando podría acabar el contrato porque el plan financiero de la infraestructura permite acortar plazos.

Tercera venta desde 2009

La tercera venta de la A-12 desde 2009 da pistas sobre qué supone el modelo de peaje un sombra: una larga y cara hipoteca para las arcas públicas, pero un atractivo negocio para las empresas privadas.

La A-12, que recorre 72 kilómetros entre Pamplona y Logroño, vio la luz poco antes de las elecciones de 2007. Fue una de las primeras obras que UPN levantó con la polémica fórmula del peaje en sombra, que permite endosar el coste y el riesgo a la empresa constructora a cambio del pago de un canon –por uso y por mantenimiento– durante treinta años.

Comptos ha evidenciado más de una vez –la última en su informe de Cuentas Generales– que el resultado final resulta caro para los intereses públicos. La prueba está en las cifras: la carretera costó unos 400 millones, ya se han pagado más de 600 y restan unos 300. Es echar cuentas.

El producto fue pronto un objeto de deseo del mercado. En 2009, Infraestructure Panther, un fondo de inversión de Deustche Bank, compró la concesión de la obra que había construido una UTE liderada por Caja Navarra. En 2017, fue el banco suizo UBS el que se hizo con la concesión por unos 450 millones de euros.

Ahora es Abertis la que compra el negocio, que lo gestionará a través de su filial en el Estado para estos asuntos, llamada Autopistas. Es el mismo grupo que ya controla otras seis concesionarias de peajes en España –Aucat, Aulesa, Avasa, Castellana, Túnels y Trados-45–, con peajes en Barcelona, León, Bilbao, Zaragoza o Segovia. Acaban de comprar, también, autopistas en Estados Unidos y Puerto Rico.