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Josu EtxaburuPortavoz de Gure Esku

“Ahora mismo estamos en el mejor momento para avanzar en los procesos por la soberanía y el autogobierno”

Después de meses de trabajo callado, ‘Gure Esku’ vuelve a llamar a una gran movilización. Su portavoz, Josu Etxaburu, cree que es el momento adecuado

“Ahora mismo estamos en el mejor momento para avanzar en los procesos por la soberanía y el autogobierno”Borja Guerrero

¿Cuál es el sentido de la movilización del 7 de junio?

Queremos volver a encontrarnos todos, participar en un acto colectivo, seguir haciendo comunidad y, de paso, hacer que el derecho a decidir vuelva a tener su espacio, que son las calles, que son las plazas.

¿No corremos el riesgo de que, incluso aunque haya una gran participación, todo se quede en un acto más y que el lunes siguiente pase al olvido?

Cabe esa posibilidad, pero nosotros –y esto es algo que yo remarco mucho– tenemos una larga trayectoria, ya de más de doce años. Hemos tenido momentos de mayor y de menor visibilidad, pero siempre hemos estado ahí porque hemos combinado acciones de gran visibilidad, como las cadenas humanas, con otros procesos de reflexión y empoderamiento a escala local, en los pueblos. Es decir, trabajar la ciudadanía desde la ciudadanía.

En su llamamiento a la movilización dicen que “es el momento de avanzar”. ¿No es una apelación que vale para ahora, para hace cinco años o hace 25, cuando se promovió el ‘plan Ibarretxe’?

“La mayor frustración sería no aprovechar el momento, no intentarlo. Hay que actuar con ambición de una vez por todas”

Sí, pero lo importante es avanzar. Y el análisis que hacemos, que creo que es compartido por muchos otros agentes políticos, institucionales, sociales y sindicales, es que ahora mismo tenemos la posibilidad de avanzar en los procesos de soberanía y de autogobierno. La mayor frustración sería no aprovechar el momento, no intentarlo.

¿Cree que estamos, como se escucha, ante una ventana de oportunidad que nos ofrece un momento histórico?

No seré yo quien hable de momentos históricos. Todos sabemos que los procesos hacia la soberanía son largos, complicados, en los que hace falta mucha urdimbre, trabajar con complicidad. Y nosotros estamos ahí, aportando todo nuestro esfuerzo para seguir avanzando en los procesos democráticos que nos acerquen a la soberanía.

Tensión social

¿No les parece que la reivindicación de la soberanía, incluso del derecho a decidir, ha perdido tensión social?

Yo diría que no. Es cierto que nos preguntan mucho por esta cuestión porque parece que a la ciudadanía ya no le interesa este asunto. Sin embargo, creo que cada vez nos interesamos más por la posibilidad de decidir sobre las cosas que nos afectan en nuestra vida diaria. El trabajo en la CAV por el nuevo estatus, los esfuerzos por blindar las competencias y aumentarlas es un trabajo que busca que la ciudadanía viva mejor. Por eso nuestra lucha es para conseguir que podamos decidir sobre aspectos en los que en este momento realmente no podemos decidir.

Vía Pirenaica, una de las iniciativas de Gure Esku

Pese a su análisis, yo mantengo que se ha perdido empuje en la calle. Lo paradójico es que esto ocurra, en el caso de la CAV, con el parlamento con mayor representación soberanista de su historia.

Eso es así, pero también veo que se está produciendo otro cambio, que no diré yo que es de paradigma, pero sí significativo. Creo que se habla mucho de nación, de reconocimiento nacional desde muchos ámbitos. Hay mucha gente en esa onda, y creo que es el momento de que esas personas, todos esos agentes, participen desde el lado en el que estén para hacer ver lo que buscamos con esta reivindicación.

Ha mencionado el nuevo estatus en la CAV (luego hablaremos de Nafarroa e Iparralde) como buen síntoma. Desde varias instancias se dice que el acuerdo está encarrilado. ¿Cree que hay motivos para ser optimistas?

De hecho, tenemos que ser optimistas. Debemos remontarnos a 1998, cuando ya hablábamos de esto. Pero en algún momento tendrá que ser. Creo que hay que agracedecer el esfuerzo que se ha hecho y se sigue haciendo por conseguir las transferencias no completadas, pero estamos en el momento de ir un paso más allá para hacer realidad las necesidades del pueblo vasco en el siglo XXI.

Nuevo estatus

Sí, pero una parte de la sociedad, que también tiene su representación en el Parlamento, no defiende esos postulados. Parece que, de cara al nuevo estatus, habrá que llegar a un acuerdo con estas formaciones.

Creo que siempre hay que buscar el mayor consenso. Hablamos de hacer país. Yo siempre animo a tender puentes, a no abrir grietas. Pero también entiendo que el derecho a decidir es democrático. Es algo que va más allá de votar cada cuatro años. Yo animo a las fuerzas políticas a que sigan buscando el consenso para hacer una radiografía de país.

El PSE, socio de gobierno del PNV en el Gobierno vasco y en las principales instituciones de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, no deja de poner líneas rojas.

“Las líneas rojas no entran en nuestra cabeza. ‘Gure Esku’ es una iniciativa de la sociedad civil que no se pone límites”

Las líneas rojas no entran en nuestra cabeza. ‘Gure Esku’ es una iniciativa de la sociedad civil. No tenemos ninguna línea roja. Otra cosa es que no veamos que la sociedad vasca es plural. Nos movemos sobre las bases de esa pluralidad, sin perder de vista que una mayoría de la sociedad vasca apuesta por la soberanía o por el derecho a decidir.

La siguiente complicación estaría en Madrid. Ya tenemos ejemplos (el mencionado ‘Plan Ibarretxe’) de decisiones alcanzadas en el Parlamento Vasco que han descarrilado en las cortes españolas.

Creemos que es el momento de actuar con ambición. Una ambición muy trabajada. Lo primero es hacer bien lo que vayamos a hacer. En este caso, una propuesta de país. Y en eso, es fundamental que se tome en cuenta a la ciudadanía. Su aval es fundamental. Y no podemos olvidar Europa. En Europa se presentó hace no mucho un reglamento, algo todavía incipiente, que intenta solucionar la cuestión de las naciones sin estado dentro de los estados de la Unión Europea.

Hasta ahora, hablamos de la CAV, donde, pese a todo, el proceso está más avanzado. ¿Cómo se aborda la cuestión en Nafarroa y, no digamos, en Iparralde, donde todo va bastante más lento?

“Cada territorio de Euskal Herria tiene sus ritmos. Lo positivo es que en todos y cada uno de ellos estamos avanzando”

Pues con respeto. Con mucho respeto. En Nafarroa, con el amejoramiento del Fuero, hay un espacio de mejora, de reflexión. Cada territorio tiene que seguir sus propios ritmos. Y lo mismo para Iparralde, donde se avanza más despacio. Pero se avanza. Reconozco que el tema de la sintonía va a ser uno de los más complicados. Pero estoy convencido de que llegaremos a la sintonía (o sincronía) desde el respeto y el acompañamiento. Cada proceso que se trabaje en cualquier parte debe servir para el resto de los herrialdes. El proyecto de ‘Gure Esku’, cuando nació, como sabe toda la ciudadanía, era para toda Euskal Herria. Zazpiak bat. Herri bat.

El 'procés'

¿Cómo ha influido en el soberanismo vasco el desarrollo del ‘procés’ catalán, que ahora parece instalado en el desencanto por la división del soberanismo y la primacía del PSC en el Govern?

Son aprendizajes para nosotros. No solo lo que ha ocurrido en Catalunya. También lo que hemos visto en Korsika, en Escocia, en Irlanda... Cada pueblo, cada país, en su proceso hacia la soberanía tiene su propio camino. Nosotros estamos haciendo el nuestro aprendiendo de todos los demás. Y no es ni mejor ni peor. Y luego está el tema de la pulsión sobre el derecho a decidir, que, insisto, yo creo que no ha desaparecido. Sigue latente en nuestra sociedad porque a todos los ciudadanos nos interesa mejorar nuestras condiciones de vida y mejorar nuestra presencia en el mundo.

¿Cuál es la seña de identidad de ‘Gure Esku’? ¿Cómo abogan por la unidad cuando, políticamente, vivimos inmersos en la discrepancia infinita?

“Nuestra aportación debe ser unir a diferentes sensibilidades en torno al derecho a decidir. Sin ser mejores ni peores que nadie”

Nuestra misión es ofrecer una plaza, un espacio común en el que podamos convivir todas las sensibilidades partidarias del derecho a decidir. Queremos generar oportunidades para ampliar la democracia de modo que vayamos mejorando nuestro autogobierno. Nuestra aportación debe ser unir a diferentes sensibilidades en torno al derecho a decidir. Sin ser mejores ni peores que nadie, tenemos un sentimiento de país, una mirada propia acerca de las cosas que pasan en el mundo. Por eso llamamos a que el 7 de junio llenemos las calles de Bilbao en un acto de autoestima colectiva que creo que necesitamos.