Mientras en Madrid es Vox quien presiona al PP para presentar una moción de censura contra Pedro Sánchez, en Navarra los ‘populares’ se alinean con la ultraderecha para exigir a UPN que encabece una iniciativa similar contra María Chivite. Una paradoja que no pasó desapercibida este lunes, cuando el PPN ofreció su respaldo a los regionalistas, pese a saber que no existen los votos para que salga adelante —necesitaría el improbable visto bueno de EH Bildu o de alguno de los miembros del Ejecutivo que se pretende derribar—.
El portavoz de UPN, Javier Esparza, evitó responder directamente a los periodistas sobre una eventual moción de censura: “No hay que tener ninguna prisa para tomar decisiones”, afirmó, insistiendo en que “faltan informes” y que no se han desvelado todos los datos relevantes. “Cuando esté todo encima de la mesa es cuando se tendrán que tomar las decisiones que correspondan”, señaló tras la reunión de la Mesa y Junta de Portavoces. Esparza defendió que UPN no actúa por interés particular, sino desde la “seriedad” y con el objetivo de “garantizar a los navarros un Gobierno honrado, que es lo que necesita esta Comunidad”.
La pelota, sobre el tejado de UPN
Por su parte, el portavoz del PPN, Javier García, reconoció que su grupo no puede presentar por sí solo una moción de censura, pero aseguró que respaldarían sin reservas a UPN si decidiera dar ese paso. “No tenemos la fuerza suficiente, pero si otros partidos lo hacen, no tendríamos ningún inconveniente en apoyarla”, dijo. “En caso de que UPN valore la presentación de una moción de censura, el Partido Popular votará que sí sin ninguna duda”, insistió.
En Vox, fue su presidente Santiago Abascal quien abrió el camino desde Madrid para que posteriormente su único parlamentario Emilio Jiménez enviara un correo a UPN y PPN pidiendo una reunión urgente a tal efecto.