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Reflexiones sobre la violencia

Pensar el horror (y sentirlo)

Pamplona ha vivido una semana de reflexión con distintos espacios de análisis sobre la violencia. Covite, la Universidad de Navarra o la Red de Personas Torturadas han abordado la cuestión desde diversos prismas

Pensar el horror (y sentirlo)Jesús Diges

“Meditar sobre lo que pasó es deber de todos”. La frase es de Primo Levi. No admite excepciones, y en una tierra tan sacudida como Navarra resulta pertinente, en este caso para hablar de violencias recientes, donde esta semana distintas organizaciones y foros parecen haberse puesto de acuerdo en compilar jornadas de reflexión sobre lo sucedido, sobre las violencias que nos aquejaron y nos degradaron colectivamente, y sobre el horror que se transmuta en forma de indiferencia. Descomponer todo aquello exige empatía, compromiso real con los derechos humanos, y evitar adentrarse por el laberinto de las justificaciones. Por cierto, todos y cada unos los seminarios ha tenido el apoyo del Gobierno de Navarra. Y en el caso del de Covite, los apoyos añadidos del Gobierno Vasco y Ayuntamiento de Pamplona.

Covite y los mitos

Por orden cronológico, el primer seminario fue el de Covite, que tuvo el miércoles en el Condestable su XXII Jornada Anual. Este año llevó por título Desmontar los mitos: verdad y memoria ante la legitimación del terrorismo, y que se dividió en tres bloques: Cómo recordar a las víctimas que también fueron victimarios , los 30 años de aquella perversión de la socialización del sufrimiento y la intervención de dos v´ctimas “como ejemplo de paz y convivencia” en la que intervinieron Veronique Caplanne, hija de Robert Edouard Caplanne, asesinado por los GAL en 1985 y de Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite y hermana de Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA en 1995. En su discursod apertura, Ordóñez adviritió de los riesgos de los “mitos” que a su juicio se están instalando en el relato público sobre el terrorismo de ETA, de “victimarios-víctimas” convertidos en héroes, aludiendo a Juan Paredes ‘Txiki y Ángel Otaegi, de quienes dijo que ““condenar sus ejecuciones es una obligación moral, pero presentarlos como referentes democráticos es una perversión y una falsedad”. También rechazó que las víctimas del terrorismo ya estén “suficientemente reconocidas y recordó que “demasiados crímenes de ETA siguen impunes y ya no se va a juzgar ni a condenar a nadie”. Según ella, “a quienes fueron responsables del terror casi nunca se les pide algo tan básico como que reconozcan que lo que hicieron estuvo mal. Al contrario: se les ofrece altavoz y se les presenta como personas honorables, cuando no solo no se arrepienten, sino que legitiman y reivindican sus crímenes”. Así, aseguró, “no hay convivencia posible”.

El terror, narrado

Al día siguiente, jueves, la Universidad de Navarraorganizó su cuarta jornada Contar el terror. Esta vez, enfocado en “algunos episodios y lugares que han marcado y marcarán la memoria colectiva’. Por ejemplo, el despacho de los abogados laboralistas de la madrileña calle Atocha. O lo que sucede en Gaza, o lo que sucedió con ETA. La jornada la coordinó la Facultad de Comunicación de la UNAV, la Fundación Víctimas del Terrorismo y el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo.

La decana, Charo Sádaba, incidió en la inauguración en el objetivo de “profundizar en la comprensión de cómo la violencia política ha marcado nuestras sociedades y también nuestras narrativas sobre la identidad social”. Sádaba se refirió también a la agresión a un periodista acaecida en el campus el 30 de octubre. Por su parte, María Zarauz, directora gerente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, subrayó el papel fundamental de los comunicadores en la transmisión del conocimiento sobre el terrorismo y sus efectos. “Los profesionales de la información han sido testigos directos de tragedias que marcaron nuestra historia, y su labor ha resultado clave para preservar la memoria de las víctimas”, señaló.

En otro debate participaron los periodistas Mikel Ayestarán, freelance en Oriente Medio, y la navarra Beatriz Lecumberri, de El País, así como Sonia Sánchez, profesora de Relaciones Internacionales y experta en Oriente Medio de la Universidad Francisco de Vitoria.

Ayestarán y Lecumberri coincidieron en la importancia de humanizar las historias de las víctimas y de tener fuentes locales. “Yo insisto mucho en la necesidad de poner nombre y apellidos a las personas”, afirmó Ayestarán. “Los periodistas de Gaza, para poder informar en este momento, atraviesan unas dificultades que nos resultan difíciles de imaginar cuando estamos aquí. Ellos sufren el hambre y cuentan el hambre. Sufren el desplazamiento y cuentan el desplazamiento. Tienen miedo e intentan describir ese miedo. No son periodistas que a la noche se van al hotel a descansar o tienen una cama limpia. Son narradores y víctimas y eso lo cambia todo”, concluyó Lecumberri.

Para concluir la jornada, el Museo Universidad de Navarra acogió la proyección de la película Un fantasma en la batalla (Netflix), que relata la historia de una joven guardia civil que se infiltra en ETA durante doce años. A continuación, el director Agustín Díaz Yanes, las productoras Sandra Hermida y Belén Atienza, y Andrés Gertrúdix, uno de los actores protagonistas, participaron en un coloquio.

Tortura e impunidad

La Red de Personas Torturadas en Navarra también desarrolló el jueves en el Colegio de Médicos su Conferencia internacional sobre la tortura. Bajo el título Impunidad. Garantía de no reparación y de repetición, con dos invitados: el abogado irlandés John Finucane, primer alcalde nacionalista de Belfast y diputado en el parlamento inglés, hijo del asesinado Pat Finucane a manos de paramilitares. Después intervino el penalista Iñigo Iruin, abogado en los casos de Lasa y Zabala Mikel Zabalza o Naparra.

Iruin explicó cómo los poderes legislativo, ejecutivo y judicial han “interactuado para posibilitar la impunidad de la tortura” de forma “estructural”, y advirtió sobre un contexto más general donde se aboga por redefinir la tortura para “aquellas agresiones más graves”.

“Desde una perspectiva antipunitivista” la Red considera “imprescindible reflexionar sobre el funcionamiento y las consecuencias de la flagrantes impunidad de la tortura en el Estado español”, plantearon los organizadores. “No solo porque hace imposible la reparación real de las personas torutradas, sino porque es uno de los mecanismos que posibilita la perpetuación” de la propia tortura. El objetivo es “seguir trabajando por que nadie, nunca más vuelva a pasar por lo mismo que nostras y nosotros”.

La jornada tendrá una segunda sesión este domingo en forma de ‘Mikroteatro social’ a partir de las 17.30 en el Salón Pinaquy.

Sobre la transición

Finalmente, aunque con enfoque general, también el jueves la UPNA, el instituto I-Communitas y el Archivo Contemporáneo de Navarra, abrieron un ciclo en el Museo de Navarra sobre la Transición. La conferencia de apertura se centró en la movilización social en Navarra durante aquel tiempo, y estuvo a cargo del historiador Adrián Almeida Díez, El ciclo tendrá continuidad los jueves 13, el 20 y 27. Todas las charlas serán a las 19.00 horas en dicho museo.