Raúl de la Fuente y Amaia Remírez, productora y guionista que codirige con él por primera vez, compiten por el Goya 2023 con el corto documental "Maldita. A Love Song to Sarajevo", donde el cantante y artista multidisciplinar Bozo Vreco hace de guía y espejo del renacer de una ciudad marcada por la guerra.

"Conocimos a Bozo Vreco a través de Iván Zaínos, director de proyectos de Medicus Mundi Mediterránea, a quien le unía una relación muy profunda con la ciudad", explica el realizador en una conversación con EFE.

De la Fuente, nacido en Pamplona, es un cineasta que cada dos años consigue una nominación para los Goya. Hace cortos documentales con historias mágicas que son reales: con "Minerita", Goya en 2013, mostraba la terrible vida de una mujer minera en Potosí, Bolivia.

Ahora, a través de Bozo Vreco, el espectador descubre una ciudad de Sarajevo herida por la guerra, pero llena de esperanza y de ilusión, y de ganas de que se olvide el estigma: la idea, dice Raúl a EFE, es que se deje de identificar Sarajevo con la guerra.

Gracias a Zaínos, que acabó colaborando en la producción del corto, descubrieron a este artista "inmenso y auténtico", un ser de luz, hombre y mujer a la vez, que fue el detonante para contar una historia.

Salpicado de imágenes documentales de la guerra de los Balcanes (1991-1995), el corto está rodado en blanco y negro; un modo de abundar en "la dualidad hombre-mujer", comenta el director.

Vreco habla de su madre, de la guerra, de su identidad, de su amor por la música y de su apego por Sarajevo mientras camina por la ciudad o ensaya con sus músicos.

Autor también de largos como "Nömadak Tx" (2006) o "Un día más con vida" (2018), De la Fuente explica que "hay historias que no puedes dejar de hacer, como pasó con 'Minerita', ideas arrebatadoras que necesitas rodar, y el formato corto es más manejable; otras, sucede que buscas un largo y empiezas con un corto".

Historia en off

"Maldita" comienza con Clara Peya escribiendo una carta manuscrita a Bozo para proponerle un encuentro. El cantante la recibe en la maravillosa terraza de su casa desde donde se vislumbra toda la ciudad; enormes ojos azules ribeteados de eye-liner, una poblada barba negra y un cuerpo atlético bordado de tatuajes, unas alas de ángel en su espalda.

La presentación de su historia es en off; busca la tumba de su amiga del colegio, a la que mató un francotirador. "Para nosotros -explica el director- ese paseo por el cementerio era el modo de contar la guerra, pero sin mostrarla".

La idea, que fue de Amaia, dice, "era crear una canción, tan sencillo como eso. Un personaje tan puro como Bozo se merecía un acercamiento muy auténtico, así que llevamos la idea a lo esencial y decidimos que la película iba a ser la crónica del nacimiento de esa canción". Esta es la quinta vez que los creadores concurren a los Goya.

Al artista bosnio, que acaba de llegar a la treintena, se le conoce como el "príncipe del sevdah", un género tradicional "antiquísimo" que él ha revolucionado absolutamente.

"Decidimos fusionar la voz de Bozo y el piano de Clara Peya, que es una artista catalana tan inclasificable como él", y el resultado es una canción, "Maldita", y los momentos mágicos que le acompañan, algunos inolvidables para toda la vida, como la improvisación que ambos realizan en la basílica Santa María del Mar, en Barcelona.

"Maldita. A Love Song to Sarajevo (Una canción de amor a Sarajevo)" compite con "Dancing with Rosa (Bailando con Rosa)", de Robert Muñoz Rupérez ; "La Gàbia (La jaula)", de Adán Aliaga, "Memoria", debut en la dirección de la actriz Nerea Barros, y "Trazos del alma", de Rafa Arroyo.