REINO UNIDO - Kim Brockhurst, una mujer británica de 51 años, que se había operado los pechos en el año 2004 tras su divorcio, sufrió una explosión de sus senos que empezaron a derramar la silicona por el interior de su cuerpo. La mujer pagó por el implante PIP con silicona industrial 5.000 euros. "Fue terrible. Mis pechos perdieron la forma. Tuve una gran grieta en mi mama derecha y el implante de la izquierda explotó", dijo Kim, y prosiguió: "Tenía un bulto en el pezón y me caía el líquido por debajo". Devastada, la mujer fue al médico tras notar las durezas en sus pechos y la exploración reveló que sus implantes perdían silicona, también por dentro de su cuerpo. La operación estética se la había realizado en Londres, con implantes fabricados por la empresa francesa Poly Implant Prothese (PIP), que ya fue condenada por comercializarlos con silicona industrial, tóxica para el cuerpo.