nepal - Los desperdicios humanos que dejan los alpinistas en el Everest se han convertido en un problema de contaminación y amenazan con extender enfermedades en la montaña más alta del mundo, señaló el jefe de la asociación de alpinismo nepalí. Los más de 700 montañeros y guías que pasan casi dos meses en las laderas del Everest cada temporada dejan a su paso una gran cantidad de orina y excrementos y el problema no se ha abordado, señala Ang Thesring. El Gobierno nepalí necesita que los montañeros gestionen los residuos adecuadamente para que la montaña siga estando impoluta. Cientos de montañeros extranjeros tratan de escalar el Everest durante la temporada de escalada en Nepal, que comienza esta semana y dura hasta mayo. La temporada del año pasado fue cancelada después de que 16 guías locales murieran en una avalancha en abril. Los alpinistas pasan varias semanas aclimatándose a la altura en los cuatro campamentos situados entre el campo base, a 5.300 metros (17.380 pies), y la cumbre a 8.850 metros (29.035 pies). Los campamentos tienen tiendas y algún equipamiento básico, pero no retretes. “Los montañeros suelen cavar agujeros en la nieve para usar como retrete y dejan allí los desperdicios”, dijo Thesring, señalando que los restos llevan años “acumulándose” en torno a los cuatro campamentos. En el campo base, donde hay más porteadores, cocineros y personal de apoyo durante la temporada de ascenso, hay tiendas de retrete con depósitos que recogen los restos. Cuando se llenan se llevan a una zona más baja donde se procesan adecuadamente. El sherpa Dawa Steven, que lidera expediciones en la montaña desde 2008, dijo que algunos montañeros llevan bolsas desechables para emplear en los campamentos a más altitud. “Es un riesgo sanitario y hay que abordar el asunto”, dijo.