holanda - Holanda está llevando al límite su afán por el reciclaje y las apuestas verdes. Los amantes de la música y de la cerveza podrán ahora sentirse más orgullosos que nunca cada vez que van al inodoro y asisten a un concierto porque están cooperando a la protección de planeta. La sala de conciertos AFAS Live, en Ámsterdam, recoge toda la orina de los asistentes masculinos en un gran tanque, la transporta a una planta de tratamiento y la convierte en un tipo de fertilizante rico en fosfato. Cada gota que producen los baños del Heineken Music Hall recibirá un trato especial. La orina viaja por toda la ciudad para se tratada y tener un mejor uso que acabar en las tuberías de cualquier lugar. De momento, varias plantas de tratamiento de aguas residuales localizadas en Gooi y Vecht Amstel, en el este del puerto de Ámsterdam, han acordado tratarla. Tres tanques llenos, que contienen unos 40.000 litros de orina, son suficientes para fertilizar un campo de fútbol. Cada acontecimiento musical que acoge esta sala de conciertos reúne un promedio de 3.000 hombres.