La caída de visitantes sufrida responde a cuatro factores: la falta de turistas extranjeros, que en el caso de los grandes museos españoles suponen cerca de tres de cada cuatro visitas; el cierre completo durante el confinamiento entre marzo y junio; las restricciones de aforo tras su reapertura; y la desconfianza de muchos ciudadanos tras el bombardeo de informaciones, muchas veces contradictorias. Los museos, pues, no son sino otro sector del castigadísimo mundo cultural que se tambalea por la crisis sanitaria.

Hasta marzo las cifras se mantenían o en algunos casos superaban ligeramente las de 2019, pero el mazazo de la pandemia para el sector del arte se ha dejado sentir de manera especial. Por ejemplo, las tres grandes pinacotecas de Madrid, el Museo del Prado, el Reina Sofía y el Thyssen, han registrado el peor descenso de su historia, según datos hechos públicos la primera semana de este año. El Prado perdió en 2020 un 73%, el Reina Sofía un 71,8% y el Thyssen un 67% respecto a 2019, unos datos calificados de trágicos por sus rectores y que no hacen sino acrecentar la sensación de que al sector turístico (y dentro de él al cultural), tan importante para una economía en buena medida dependiente de sus resultados, solo le han llovido palos, y desde todas las esquinas.

La realidad es que 2020 se saldó con un gran número de exposiciones canceladas o retrasadas, y 2021 mantiene la incertidumbre en ese sentido. La mayoría de centros de arte ha presentado sus programaciones para los próximos meses con una cierta tendencia a bucear en sus colecciones y depender menos de los préstamos internacionales, un mercado que sigue tocado por las restricciones de movimiento que impuso la segunda ola en varios países. No obstante, ya se sabe que en el caso de los grandes centros, recuperarse será duro, pero para los pequeños museos sin fondos públicos la situación es peor y libran una batalla por su mera existencia. El ICOM, la asociación internacional de museos, cree que muchos se pueden ver obligados a cerrar.

La situación es tan dramática que ha generado que se haya visto algo insólito en el mundo del arte: algunos centros como el Museo de Baltimore y el Brooklyn Museum han sacado a subasta obras para sobrevivir, medida no exenta de polémica.

Hundimiento en datos

El Prado, el quinto museo más grande del mundo, ha pasado de romper su récord en 2019 con la celebración de su bicentenario y la visita de 3,2 millones de personas, a reducir su afluencia hasta los 852.161 visitantes. Además de las restricciones de aforo, el museo todavía no ha reabierto su itinerario al completo. El Reina Sofía cae de 4,4 millones (2019) a 1,2 millones (2020), y el Thyssen Bornemisza pasa de superar 1 millón de visitas (2019) a registrar 341.008 (2020).

Las cifras son devastadoras y se traducen en pérdidas millonarias para todas estas instituciones. El Prado calcula que dejará de ingresar cerca de 19 millones de euros y el Reina Sofía cifra la caída de recaudación en cerca de cuatro millones de euros (de más de 5 millones a 936.060 euros el año pasado).

Las pérdidas no solo se refieren a la disminución en la recaudación de venta de entradas, sino que también incluye alquiler de espacios, patrocinios o el frenazo de las ventas de sus tiendas.

Los museos de ciudades con gran afluencia de turismo al margen de la capital, como Barcelona, Málaga y Bilbao, registran datos similares. El Guggenheim ha caído de 1,1 millones a 315.908 personas (73% menos). En Barcelona, el MNAC y el Macba registraron 210.465 y 86.000 de visitas el año pasado, también un 75% menos. El Museo Picasso de Málaga, uno de los motores turísticos de la capital costasoleña, califica 2020 como su annus horribilis, con una cifra de descenso del 76% y 164.000 visitas. La afluencia a los 16 museos dependientes del Ministerio de Cultura, como el Museo Altamira o el Museo del Greco, también cayeron un 63,35% en 2020.

Los datos son algo mejores, aunque tampoco para tirar cohetes, en el caso de las salas de exposiciones. Para la Fundación Mapfre, con sedes en Madrid y Barcelona, la caída se reduce al 55% respecto a 2019, y eso pese a contar con cuatro exposiciones menos y verse obligada a retrasar varios meses la apertura de su nuevo centro en Barcelona, el KBr. En total, sus exposiciones recibieron cerca de 138.000 visitantes frente a los 309.000 del año anterior. Los ocho centros CaixaForum y CosmoCaixa, por su parte, recibieron 1,2 millones de visitantes, un 65% menos que en 2019.

La sensación sobre cómo evolucionará la situación en los siguientes meses es desigual entre sus responsables. Algunos notan cierto cambio de tendencia en los últimos meses de "ligero y progresivo aumento", como el Reina Sofía, que el pasado diciembre llenó cada fin de semana el aforo de la exposición sobre Piet Mondrian, o el Guggenheim, que vio de nuevo colas para acceder durante las pasadas Navidades. En cambio la Fundación Mapfre detectó una mayor afluencia a su centro en Barcelona cuando las restricciones afectaron a la mayoría del sector de ocio pero no a la cultura, pero luego bajó, y en las últimas semanas ha notado un repunte al alza.

Todos coinciden en que las cifras de afluencia mejoraron sustancialmente desde la reapertura generalizada en junio, justo después del impacto de la primera ola y cuando la confianza de los visitantes era mucho menor. Pero luego todo se volvió a torcer.

Internet, una salvación

Por contra, la crisis ha servido para que muchas de estas instituciones se quiten el polvo de encima, avancen en sus procesos de digitalización y el arte llegue, por fin, a internet. Durante los meses de confinamiento se organizaron exposiciones virtuales, visitas guiadas, conferencias, se crearon museos en la web, concursos y retos populares. El más famoso llenó internet de recreaciones de cuadros clásicos con lo que los ciudadanos tenían por casa: pocas veces el arte ha generado tanto interés en internet.

Muchos de los museos se vieron desbordados por la atención: durante el confinamiento el Museo del Prado tuvo que contratar más servidores (de 2 a 10) para soportar las visitas a la web, y el Louvre multiplicó por diez en un día (el 19 de marzo), sus visitantes virtuales, de 40.000 a casi 400.000.

Con la incertidumbre de la situación actual, el sector es consciente de que el proceso de digitalización que impulsó el confinamiento ha llegado para quedarse, y museos, salas de exposiciones, galerías de arte, ferias y casas de subastas se apresuran a encontrar su identidad en la web.

En los últimos meses, el Museo Thyssen Bornemisza lanzó visitas guiadas virtuales para grupos y ha abierto un espacio en el videojuego Animal Crossing; el Museo del Prado hizo retransmisiones en Instagram en las que los propios usuarios podían decir qué cuadro querían ver, y las galerías madrileñas abrieron una incierta temporada con una réplica virtual, algo que nunca había pasado.

Las ferias de arte, canceladas al completo, y las subastas, seguían un camino idéntico: la gran mayoría han sustituido los extensos pabellones plagados de cuadros, esculturas e instalaciones por exposiciones virtuales en las que es posible comprar las obras sin pisar la calle.

Es cierto que las salas de subastas ya eran de las que más se habían adentrado en el mundo virtual, pero con la crisis sanitaria han tratado de ir un paso más allá y lo han hecho en todo el mundo. En junio, Christie's ensayó un nuevo modelo de subasta que retransmitió en directo y que tenía lugar en cuatro ciudades a la vez (Hong Kong, París, Londres y Nueva York). Las ventas ascendieron a 420 millones de dólares, entre ellos un Lichtenstein por 46 millones. El resultado fue tan bueno que ha repetido en otras dos ocasiones la experiencia y otras casas han copiado el sistema.

Como consecuencia de todo ello, las ventas en internet se han disparado. El informe anual Hiscox -un referente del sector- reconoce que la crisis del Covid-19 ha obligado al sector a "poner el turbo", y la transformación ha sido más rápida y mejor de lo esperada. Los coleccionistas que compran arte en internet han subido del 44 al 67% del total de compradores, tras medida década estancada. El arte ha sido tradicionalmente uno de los más reticentes en sumarse al carro de la digitalización, pero ahora es cuestión de supervivencia.

Dicen, a veces más por consuelo que por realidad, que cada crisis es una oportunidad, y el mundo del arte está encontrando nuevas oportunidades en estos momentos. Mientras tanto, quienes puedan ir a un museo lo encontrarán casi vacío, una oportunidad histórica para ver este tipo de instalaciones como probablemente nunca jamás se verá.

Imagen del Museo Guggenheim de Bilbao. [Foto: N. B.]

MÁS DATOS

* Pequeños museos. La crisis ha afectado a todos, pero el futuro se presenta más complicado para los pequeños. Por ejemplo, el Museo Art Nouveau y Art Déco Casa Lis de Salamanca recibió durante 2020 un total de 41.996 visitantes, que supone un descenso del 75% sobre las cifras alcanzadas durante el 2019 (168.927 visitantes). Por su parte, el Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo de Vitoria, Artium, recibió el año pasado 27.560 visitantes, un 70% menos que en 2019. El museo dedicado a la prestigiosa fotógrafa Cristina García Rodero en Puertollano (Ciudad Real), inaugurado en septiembre de 2018, y que desde su apertura ha recibido a unos 12.000 visitantes, ha sufrido cierres y una bajada significativa de visitas, aunque el Ayuntamiento y el Gobierno de Castilla La Mancha afirman trabajar para convertir a este centro en referencia nacional de la fotografía.

* Nuevos proyectos. El Ministerio de Cultura y Deporte ha anunciado que ya se está desarrollando el proyecto museológico del futuro Museo Nacional de la Imagen en Movimiento, tal y como se recoge dentro de los compromisos en proceso del informe Cumpliendo del Gobierno. Además de este proyecto museístico, del que no se saben más detalles, el documento apunta a que el desarrollo del Estatuto del Artista centra la agenda de compromisos para el primer semestre de 2021. Por su parte, el Museo Salzillo de Murcia ya trabaja en la preparación de un calendario de actividades y actos culturales en torno a la celebración en 2021 del 80 aniversario de su creación, cuya fecha se conmemora el 30 de mayo, aunque estará supeditado a la evolución de la situación sanitaria. Y por poner otro ejemplo, la Casa-Museo Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria ha extendido hasta el próximo 28 de febrero la exposición titulada Benito Pérez Galdós. La verdad humana, muestra conmemorativa por el centenario de la muerte del escritor, que divulga la vida y la obra de este célebre literato, principal renovador de la novela española del siglo XIX. Por último, reseñar que 2021 contará con nuevos espacios dedicados al arte, como la ampliación del Museo Helga de Alvear en Cáceres y el nuevo centro Hauser & Wirth en Menorca.

Lo que viene

Museo del Prado. Con Pasiones mitológicas, por primera vez desde el siglo XVII se podrán ver juntas las seis pinturas basadas en la poesía clásica griega que Tiziano pintó para Felipe II. La muestra, prevista para el año pasado pero pospuesta por la pandemia, es una colaboración con la National Gallery de Londres, las National Galleries de Edimburgo y el Isabella Stewart Gardner de Boston. El Prado también apuesta este año por sus fondos: Marinus. Pintor de Reymerswale será la primera muestra del enigmático artista flamenco y sus escenas del sector financiero del siglo XVI con cambistas, recaudadores y hombres de negocio.

Reina Sofía. El Reina Sofia, tras el verano, presentará la nueva parte de su colección permanente, que partirá de la década de los noventa y que se instalará en una serie de salas recuperadas de su edificio más antiguo. También ha preparado una ambiciosa programación con arte marroquí y las retrospectivas de tres mujeres artistas: Charlotte Johannesson, Ida Applebroog y Vivian Suter. Además, presentará en noviembre de 2021, y como colofón a la celebración del 30 aniversario de su creación, la parte más contemporánea de su colección, con obras realizadas a partir de los noventa y hasta la actualidad que han ido poco a poco entrando a formar parte de los citados fondos.

Thyssen Bornemisza. El museo madrileño celebra este año el aniversario del nacimiento del barón Heinrich Thyssen Bornemisza y recorrerá algunos de los aspectos fundamentales de la colección del aristócrata, como la pintura italiana o el arte americano. También organizará este 2021 la primera retrospectiva en España de Georgia O'Keeffe, una de las máximas representantes del arte norteamericano del siglo XX; y otra de René Magritte, en este caso pospuesta por la pandemia.

Guggenheim. El museo bilbaíno mantiene su apuesta por la igualdad con Mujeres de la abstracción, una ventana a la aportación fundamental de las mujeres a este movimiento y cuya participación ha sido ninguneada por la historia. También ofrecerá Los locos años veinte, que repasará la mítica década que ahora cobra un nuevo sentido, ya que también estuvo precedida por una pandemia.

Caixaforum. Los nueve centros Caixaforum repartidos por España ofrecerán este año una programación marcada por la música, los videojuegos y el arte. Symphony, del director de orquesta Gustavo Dudamel, es un viaje virtual al corazón de la música que llegará a casi todos sus centros. También llegarán Homo ludens. Videojuegos para entender el presente, las experiencias inmersivas de los japoneses teamLab y una exposición sobre arte impreso del British Museum con obras de Warhol, Lichtenstein, De Kooning o Jasper Johns.

Macba. Félix Gonzalez-Torres fue el artista protagonista de Arco 2020, una de las pocas ferias de arte que se salvó. El museo catalán dedica ahora una retrospectiva a este artista fundamental del siglo XX con Política de la relación, un itinerario que recorre su aportación a la estética queer, la memoria y la identidad nacional de un artista que falleció muy pronto por complicaciones derivadas del sida.

Fundación Mapfre. Mantiene su apuesta en 2021 por la fotografía y la pintura. Los retratos de Alekséi von Jawlensky, la quietud de Giorgio Morandi o una propuesta que ahonda en la relación de Joan Miró con la poesía, desembarcarán en Madrid. Mientras, el nuevo centro de fotografía de Barcelona KBr traerá a Claudia Andújar, Paolo Gasparini y las Hermanas Brown de Nicholas Nixon; y dará el pistoletazo de salida al Premio Internacional de fotografía KBr.

Museo Picasso de Málaga. Vuelve su mirada sobre uno de los artistas contemporáneos españoles más célebres, Miquel Barceló. Metamorfosis guiará en torno a una serie de cerámicas del artista mallorquín, Tótems, y también abarcará obras en papel, bronces y pinturas de paisajes nocturnos y marinos.