En nuestras sierras, contamos con magnéticos bosques que esconden rincones de belleza espectacular. Bucólicos parajes que podemos visitar, en algunas ocasiones con un mínimo esfuerzo. Es el caso del lugar al que hoy caminaremos: el molino del infierno. 

Nos vamos a los profundos hayedos de Bortziriak, en los límites de los herrialdes de Lapurdi y Nafarroa. Una sinuosa carretera nos lleva al punto de partida, el restaurante Etxebertzeko Borda, junto al que estacionamos. Comenzamos a caminar buscando el cauce del pequeño riachuelo para realizar una sencillísima ruta en la que tan solo cabe disfrutar. Seguimos el camino, que sale por un lateral del restaurante, balizado con marcas del sendero local SL NA-13 que nos lleva, suavemente, entre hayas trasmochas, castaños y robles. Estamos en una deliciosa floresta donde mora nuestro gran señor del bosque, Basajaun. Su aspecto enorme y aterrador, choca con la versión que algunas leyendas, con poso de cristianización, nos han dado sobre él. Lo presentan como el conocedor de los secretos de la evolución humana, pero los cristianos se las roban, dándole una pátina de un ente un tanto ingenuo. Basajaun sabe cómo construir el eje del molino sin que se rompa o cómo cultivar los cereales. Una vieja leyenda nos cuenta su saber sobre cómo fabricar la hoja de la sierra:

“Los basajaunes fabricaban sierras en su taller; no así San Martinico, que carecía de un modelo para ello. Deseando éste conocer el secreto, envió a su criado a anunciar en el pueblo que San Martinico había fabricado la sierra. Al oír esto, el basajaun le preguntó:

-¿Es que tu amo ha visto la hoja del castaño?

-No la ha visto, pero la verá - contestó el criado

Luego refirió a San Martinico lo sucedido. San Martinico vio la hoja dentada del castaño y labró, a su estilo, una lámina de hierro.

De noche fue el basajaun a la herrería de San Martinico, para comprobar si éste había fabricado alguna sierra. Al encontrar allí una, le torció alternativamente a uno y otro lado los dientes, queriendo así inutilizarla. Pero con ello mejoró la herramienta: ahora estaba triscada y no se agarrotaba como le ocurría antes y les ocurría a las del basajaun. Desde entonces se propagó el uso de la sierra por el mundo”.

Entre Etxalar y Baztan

Vadeamos varios riachuelos afluentes del que seguimos mediante rústicos puentes de madera caminando plácidamente por estos caminos solitarios pero que, hace no tanto tiempo, eran un auténtico bullir de gentes de todo tipo: contrabandistas, mercaderes, arrieros, carabineros, paisanos que acudían a moler a estos parajes sus cereales ocultos en la inmensidad de la noche, evitando así las prohibiciones gubernamentales.

La bella caseta de madera que guarda la maquinaria se ubica en un puente sobre la regata del infierno;una de sus orillas pertenece a Etxalar y la otra al valle del Baztan. Una cascada natural cae sobre una poza, creando un paraje bucólico, enigmático y atractivo como pocos en la vieja tierra de los vascos. 

El molino, restaurado, nos permite conocer el sistema de engranajes que utilizaban para la molienda, pues suele estar abierto y se puede visitar libremente. El agua de la cascada, al precipitarse, entra en un canal realizado en embudo que la lanza contra la enorme rueda de piedra. Esta gira, lo que hace funcionar el mecanismo que hace rotar las piedras de molienda ubicadas en la parte superior; cada una de ellas gira en un sentido y están estriadas. Mientras, el molinero introduce el grano en la tolva, que se convertirá en harina. Hasta aquí acudían gentes de los caseríos de la zona para moler el grano en los tiempos duros de la posguerra, allí al abrigo del bosque.

Toca regresar, para lo que retornamos por el mismo sendero.

FICHA PRÁCTICA

  • ACCESO: Para llegar hasta la borda que cobija la maquinaria del molino debemos alcanzar el restaurante Etxebertzeko Borda, lo que hacemos bien desde el pueblo de Etxalar, desde donde una pista asfaltada, enlaza con la NA- 4453, que viene de Zugarramurdi, o bien siguiendo esta misma carretera del barrio desde Orabidea, en la localidad de Lekaroz.
  • DISTANCIA: 7 kilómetros
  • DESNIVEL: 60 metros
  • DIFICULTAD: Fácil