En muchas ocasiones viajamos a países lejanos buscando la zonas naturales y rutas sin tener en cuenta las que tenemos cerca de casa, que no son pocas.

Aunque viajar es una experiencia muy enriquecedora y gratificante, es importante conocer los espectaculares parajes naturales cercanos.

Uno de los ejemplos más destacados es la ruta de los molinos de Agorregi, ubicada en el Parque Natural de Pagoeta, en Gipuzkoa. Se trata de un paseo entre zonas verdes impresionantes, flores exóticas y cascadas.

La zona cuenta con numerosas rutas para elegir: algunas más cortas y otras de mayor dificultad. Sin embargo, la mayoría son fáciles y muy adecuadas para acudir en familia.

Ideal contra el estrés

Pasear por la naturaleza es una actividad sencilla pero profundamente transformadora para la mente y el cuerpo. En un mundo donde el estrés, las pantallas y el ritmo acelerado dominan nuestro día a día, caminar por entornos naturales se convierte en un poderoso antídoto contra la fatiga física y mental.

Uno de los beneficios más evidentes es la reducción del estrés. Diversos estudios han demostrado que el contacto con la naturaleza disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y mejora el estado de ánimo.

Escuchar el canto de los pájaros, el murmullo del agua o el crujir de las hojas bajo los pies genera una sensación de calma inmediata que difícilmente se encuentra en contextos urbanos.

Además, caminar al aire libre estimula la creatividad y la concentración. Investigaciones han mostrado que incluso paseos cortos en un entorno natural mejoran significativamente el enfoque y la capacidad de resolver problemas. Es por esto que muchas personas recurren a la naturaleza cuando necesitan despejar la mente o tomar decisiones importantes.

Molino de Elordi rutasporelmonte.com

Mejora la salud cardiovascular

Desde el punto de vista físico, los paseos por el campo, bosques o montañas contribuyen a mejorar la salud cardiovascular, fortalecer los músculos y aumentar la resistencia.

A diferencia del ejercicio en interiores, caminar por terrenos irregulares implica un esfuerzo más completo y menos repetitivo, favoreciendo también el equilibrio y la coordinación.

Finalmente, pasear por la naturaleza nos reconecta con nuestro entorno y nos invita a practicar la atención plena. Observar los detalles del paisaje, respirar profundamente y moverse al ritmo del propio cuerpo es una forma de meditación en movimiento.

Incorporar paseos por la naturaleza a la rutina semanal es una inversión accesible y poderosa para mejorar la calidad de vida. Solo se necesita tiempo, calzado cómodo y la voluntad de detenerse a sentir el mundo.