La relación entre el consumo de huevos y el colesterol ha sido frecuentemente objeto de debate en los últimos años. Sin embargo, la evidencia científica actual afirma que no hay razones para evitar su consumo.

La SEA, la Sociedad Española de Arteriosclerosis, presentó el estudio Recomendaciones sobre el estilo de vida en la prevención cardiovascular (2018) donde entre otras cosas sugiere que el consumo de huevos dentro de una dieta saludable no es perjudicial.

Así pues, un consumo moderado de huevos es beneficioso para nuestro organismo y supone una importante fuente de vitaminas y nutrientes.

El huevo, el alimento más completo de la dieta mediterránea, contiene vitaminas del grupo B (B1, B3, B12, ácido fólico y biotina), A, E y D y minerales como el magnesio, el potasio, el selenio, el zinc, el fósforo o el hierro. La mayoría de los componentes se encuentran en la yema, aunque la clara es la que contiene principalmente la proteína.

Además de su gran valor nutritivo, el huevo es muy versátil ya que lo puedes comer frito, cocido, en revuelto, en tortilla, escalfado... Es un producto barato y muy fácil de preparar. También se suele usar como ingrediente en rebozados, postres y dulces o pasteles salados. 

Huevos duros listos para degustar. Freepik

Según la Fundación Hipercolesterolemia Familiar, las evidencias científicas permiten desterrar de forma definitiva el infundado mito de que la ingesta moderada de huevos aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

La propia fundación asegura que, frente a lo que se ha pensado siempre, el consumo de huevos no está ligado a un aumento del colesterol. Señala que "los principales responsables del aumento del colesterol son las grasas saturadas y las parcialmente hidrogenadas y, aunque la mayor parte de los alimentos ricos en colesterol suelen ser también ricos en grasas saturadas, el huevo no lo es. Un huevo medio contiene unos 200 mg de colesterol, pero tiene más grasas insaturadas, beneficiosas para la salud, que saturadas y tiene solo 70 kcal". 

Esta entidad sostiene que las recomendaciones para el consumo de huevo que se han establecido son: hasta 7 huevos enteros a la semana para la población general y de 3 a 4 huevos enteros a la semana en personas con el colesterol alto, pudiendo consumir más claras.

Huevos cascados con la clara y la yema a la vista junto a otros sin cascar. Freepik

Lo cierto es que no todas las personas necesitan consumir la misma cantidad de huevos: quien consuma poca carne o pescado, puede comer más huevo para obtener la proteína necesaria; quien haga mucho ejercicio físico puede consumir más huevo, sobre todo claras que son muy ricas en proteínas, y en el caso de quien tenga sobrepeso, deberá limitar la cantidad de yemas, ya que es la parte más grasa del huevo.

Código numérico en la cáscara

El 92% de los huevos que se consumen en todo el mundo son de gallina. En algunos países, estos tienen en la cáscara un código numérico que nos informa sobre cómo son criadas las gallinas que han puesto esos huevos. En España, por ejemplo, es el primer dígito el que nos da esta información. El 0 indica que las gallinas son criadas al aire libre con alimentos procedentes de la agricultura ecológica; el 1, que son criadas en libertad, aunque los piensos que reciben son corrientes; el 2, que se crían en naves, sin acceso al exterior y con una ocupación cercana a los 10 animales por metro cuadrado, y el 3, que las gallinas viven en jaulas.