Tomar un zumo de naranja o el simple hecho de hablar puede resultar muy molesto cuando se tienen llagas en la boca. Normalmente, aparecen como consecuencia de un pequeño traumatismo en los labios o la lengua, o debido a una infección vírica. Aunque estas heridas no son graves y en la mayoría de las ocasiones se curan de manera espontánea, se puede prevenir la aparición de estas.

A diferencia de la herpes labial, las aftas no aparecen en la superficie de los labios y no son contagiosas. Su forma redondeada u ovalada; de color blanco, amarillo o gris; o con posible inflamación alrededor de un color más rojo ha acompañado a una de cada cinco personas en algún momento de sus vidas, desde los más pequeños a los más mayores. Desde las pupitas y pupas hasta las aftas o úlceras bucales.

Causas de aparición

Algo tan sencillo como morder de manera accidental al comer puede ocasionar alguna de estas heridas. Otras causas comunes son el uso de ortodoncia que no están bien sujetas, el tabaco, las alergias y otros motivos más internos como los cambios hormonales, el nerviosismo o el estrés.

Las aftas pueden aparecer a cualquier edad y el origen es desconocido, aunque hay casos en los que se puede determinar su procedencia porque coincide el motivo. Por ejemplo, entre el 20 y 30% de los adultos han tenido úlceras bucales debido a una limpieza bucal agresiva. Además, un alto porcentaje de niños también las han tenido como consecuencia de estomatitis aftosa recurrente.

Es conocido que las llagas afectan el doble a las mujeres que a los hombres y se cree que es por causas hormonales. De hecho, algunas mujeres las sufren durante algún momento del ciclo menstrual. Las niñas y adolescentes, entre los 10 y 19 años de edad, experimentan los mayores cambios hormonales que se producen en su cuerpo. Por eso, no es casualidad que tengan úlceras bucales durante este periodo.

Además, hay expertos y médicos que apuntan a un ingrediente de algunos dentífricos y enguajes bucales, el lauril sulfato de sodio (LSS), como posible culpable que actúa en la aparición de aftas.

La genética también juega un papel fundamental ya que es normal que varios miembros de una misma familia las sufran.

Asimismo, a las personas que diariamente lidian con altos niveles de estrés y ansiedad producidos por los exámenes, el trabajo o la conciliación familiar suelen padecer aftas bucales con frecuencia.

Ciclo vital de una afta

En primer lugar, aparece una pequeña lesión blanca rodeada de piel irritada e incluso inflamada de color rojo brillante. Esta lesión puede producir dolor y molestias, y en los casos más graves fiebre, malestar general o pueden inflarse los ganglios linfáticos. Pueden pasar unas tres semanas hasta que la herida desaparece com pletamente. El dolor dura menos, entre 7 y 10 días. Si el dolor persiste pasados los 10 días hay que acudir a un especialista para descartar otros posibles problemas.

La alimentación importa

Las llagas también pueden tener su origen en déficits nutricionales o alergias alimentarias. Por este motivo, ciertos alimentos ayudan a prevenirlas o alivian el malestar.

Si se evitan bebidas y alimentos calientes, ácidos y picantes; productos como el chocolate, el café, el tomate, la fresa, el queso o algunos frutos secos como los cacahuetes y las almendras, las probabilidades de padecer llagas disminuyen considerablemente.

Por otro lado, consumir alimentos probióticos de forma natural, como los yogures frescos y las leches fermentadas, o alimentos naturales ricos en ácidos grasos omega-3 como los pescados, el aceite de girasol o los frutos secos son beneficiosos para prevenir o curar las llagas bucales.

Cómo prevenir las úlceras bucales o las pupitas

Las llagas no precisan ningún tipo de tratamiento y suelen desaparecer espontáneamente, cuando menos lo esperas. Aún así, existen remedios o acciones que ayudan a favorecer su curación como los enjuagues con colutorios especiales o con agua con sal.

Como alivio temporal durante los tres o cuatro días en los que las llagas son más dolorosas, se deben evitar los alimentos picantes, especiados, ácidos o con textura dura porque lo que provocan es el aumento del dolor cuando rozan con las aftas.

Cualquier úlcera bucal que tarde más de 10-14 días en curarse debe ser analizada por un dentista o un médico para descartar una enfermedad subyacente, sobre todo en los más pequeños. Mientras tanto, se pueden seguir estos consejos para reducir la inflamación o reducir el dolor:

  • Evitar alimentos calientes, salados o muy condimentados. No comer alimentos crujientes, ácidos o picantes que puedan irritar la boca.
  • Mantener una dieta equilibrada y saludable.
  • Tener una higiene bucal saludable mediante el cepillado de los dientes con un cepillo de cerdas suaves después de cada comida.
  • Evitar el uso de pasta de dientes y enjuagues bucales con lauril sulfato de sodio (LSS).
  • Evitar los cítricos.
  • Enjuagues con agua fría y sal. Es un remedio casero que puede aliviar debido a sus propiedades antisépticas, antibacterianas y por su capacidad para disminuir el dolor. También ayudan en la cicatrización.
  • Chupar polos de hielo. El hielo actúa como una especie de sedante y reduce la inflamación.