Las erecciones regulares podrían ser importantes para mantener la función eréctil, según un nuevo estudio en ratones publicado en 'Science' por investigadores del Instituto Karolinska (Suecia). "Descubrimos que una mayor frecuencia de las erecciones produce más fibroblastos que permiten la erección y viceversa, que una menor frecuencia da como resultado un menor número de estas células", afirma el investigador principal Christian Göritz.

En este estudio en ratones, investigadores del Instituto Karolinska y la Universidad de Uppsala en Suecia muestran que las células del tejido conectivo llamadas fibroblastos tienen una función previamente desconocida y muy importante en la mediación de la erección.

El estudio muestra que los fibroblastos median la erección al absorber el neurotransmisor noradrenalina, lo que provoca el ensanchamiento de los vasos sanguíneos del pene. La eficacia de este proceso depende de la cantidad de fibroblastos.

Pérdida de fibroblastos

En cuanto a las conclusiones que se pueden extraer de los estudios en ratones para los seres humanos, Christian Göritz afirma que en este caso existen similitudes significativas. Los investigadores también pudieron demostrar que la cantidad de fibroblastos en el pene se ve afectada por la frecuencia de las erecciones. Cuanto más frecuentes, más fibroblastos y viceversa; una menor frecuencia de erecciones redujo la cantidad de fibroblastos. Los ratones más viejos tenían menos fibroblastos en el pene, lo que también se reflejaba en un menor flujo sanguíneo.

La capacidad de lograr una erección disminuye con la edad también en los humanos, lo que podría deberse en parte a una menor cantidad de fibroblastos en el pene. Por lo tanto, los investigadores creen que sería posible entrenar la capacidad de conseguir una erección para contrarrestar la impotencia del mismo modo que se entrena la fuerza o la forma física en el gimnasio.