El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV), es una enfermedad vascular repentina que ocurre cuando el flujo sanguíneo a una parte del cerebro se interrumpe o disminuye, privando a las células cerebrales de oxígeno y nutrientes. De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud, 15 millones de personas sufren un ACV por año. De éstos, mueren 5 millones y otros 5 millones quedan con una discapacidad permanente. A pesar de estas cifras, la tasa de mortalidad por ictus ha descendido un 34% en los últimos 15 años en Navarra, según el último Boletín de Salud Pública. 

Sin duda, son datos positivos, pero la realidad es que existe un gran desconocimiento ante esta enfermedad y recibir un tratamiento adecuado a cada paciente es fundamental de cara a su recuperación. Paso a paso es un centro de neurorrehabilitación referente en Navarra, donde ofrecen tratamientos innovadores y personalizados para pacientes con diversas afecciones neurológicas. 

Las fisioterapeutas Irati Lizarraga y Paola Lobato, responsables del centro, explican que existe mucha desinformación con esta enfermedad y destacan la importancia de tomar medidas cuanto antes. 

“Los primeros 12 meses son los más críticos para la recuperación, ya que el cerebro tiene mayor plasticidad. Por eso, es fundamental iniciar la rehabilitación lo antes posible”, afirma Lobato. 

Cuanto antes se reciba atención médica, mayor será la probabilidad de una recuperación completa. Si bien el primer año es crítico, la recuperación del ictus puede continuar durante años. La rehabilitación a largo plazo puede ayudar a mejorar la calidad de vida y la independencia de los pacientes.

Un equipo multidisciplinar

La Clínica Paso a Paso, la cual lleva más de una década en activo, está compuesta por un equipo de profesionales cualificados, incluyendo fisioterapeutas, neuropsicólogos, logopedas y podólogos. Todos ellos trabajan juntos para crear un plan de tratamiento personalizado para cada paciente, teniendo en cuenta sus necesidades y objetivos específicos.

Las fisioterapeutas Paola Lobato e Irati Lizarraga de la Clínica de Neurorrehabilitación Paso a Paso. Iñaki Porto

“Cada paciente tiene necesidades diferentes en función de las secuelas que pueden tener a nivel del lenguaje, a nivel cognitivo, a nivel físico o pueden tener una combinación de las tres. De modo que, lo primero que hacemos es realizar una llamada con los familiares para conocer las dificultades y determinar quién le valorará”, explica Lizarraga.

Además de contar con un equipo multidisciplinar, la clínica cuenta con maquinaria de última generación para la neurorrehabilitación, como jaulas de estimulación del equilibrio o cintas de marcha antigravitatorias. Estas herramientas permiten a los pacientes realizar ejercicios más específicos y efectivos, mejorando su movilidad y funcionalidad, haciendo un trabajo de tonificación progresiva. 

Resultados positivos

Distintos estudios han evaluado la eficacia del tratamiento en las unidades de neurorrehabilitación específicas para pacientes con ictus.

El equipo de Paso a Paso, consciente de sus resultados, recuerda la historia de un hombre de 55 años que acudió al centro en busca de ayuda porque le dijeron que no iba a volver a andar jamás. “Llegó en silla de ruedas y dos años después de estar con nosotros salió por su propio pie”, recuerda emocionada Irati Lizarraga. “El ictus es una condición desafiante, pero con el tratamiento adecuado y el apoyo de sus seres queridos, los pacientes pueden recuperar una gran parte de su independencia y calidad de vida”, afirma su compañera Paola, quien además añade que quieren que las personas sepan que hay esperanza después de un ictus. 

“Nuestro centro está aquí para ayudarlos a alcanzar su máximo potencial y recuperar su vida”, puntualizan desde la clínica.