Una alimentación bien escogida puede marcar la diferencia en la energía, salud ósea, memoria y protección cardiovascular; que sin duda resulta clave, especialmente a partir de los 50 años. En ese sentido, los expertos en nutrición coinciden en que estos superalimentos son perfectos con la madurez.
Las semillas de lino, sésamo, calabaza, girasol…
Son pequeñas pero muy poderosas, ya que aportan ácidos grasos esenciales, como el omega 3 y el omega 6, que ayudan a proteger el corazón y a mantener a raya el colesterol. Además, son ricas en fibras, lo que favorece el tránsito intestinal, algo que tiende a ralentizarse con la edad. Y también contienen calcio, magnesio y zinc, minerales fundamentales para cuidar la densidad ósea y prevenir la pérdida de masa muscular.
Pimientos
Los pimientos son ricos en fibra, en folatos, en vitaminas, especialmente la C, y antioxidantes. Además, posee capsaicina, de acción antibiótica, analgésica y estimulante en la mucosa gástrica y de la vesícula biliar. Esta hortaliza tiene un alto contenido en fibra, lo que hace que su consumo produzca sensación de saciedad. Además, previene y mejora el estreñimiento al tener propiedades laxantes.
Tomate
Tiene propiedades antiinflamatorias gracias a su contenido en vitamina C, potasio y licopeno. Esa composición contribuye a reducir la producción de citoquinas y prostaglandinas.
El salmón
Este pescado azul destaca por su alto contenido en proteínas de calidad y grasas saludables. Su aporte de omega 3 no solo beneficia al sistema cardiovascular, sino que también tiene un efecto antiinflamatorio que ayuda a mantener todas las articulaciones en buen estado.
Bacalao, el atún y la trucha
Otros pescados azules también es una buena fuente de vitamina B12, un nutriente que solo se encuentra en los alimentos de origen animal y que cuesta más absorber a medida que envejecemos.
Arándanos
Estas pequeñas frutas son una de las fuentes más ricas en antioxidantes, como las antocianinas, que combaten el daño celular provocado por los radicales libres. Su consumo habitual contribuye a preservar la memoria, reforzar las defensas y proteger la salud ocular.
Jengibre
Ayuda frente los dolores musculares y de las articulaciones porque tiene propiedades analgésicas y antiinflamatorias.
Nueces
Los nutricionistas siempre destacan que son el mejor fruto seco: un dechado de virtudes. Para alguien que ha superado los 50 años son buenas por sus ácidos grasos y propiedades moduladoras de lípidos, que contribuyen a reducir la inflamación. Además de ser una fuente de potasio, magnesio, fibra, fósforo y zinc, es un alimento rico en vitamina B y E.
Legumbres
Son alimentos cargados de fibra y proteína, y son bajos en calorías. El gran contenido en fibra aumenta la saciedad y contribuye a estabilizar los niveles de azúcar e insulina en la sangre, reduciendo los picos después de comer.
Verduras de hoja verde oscura
Con el paso del tiempo nuestros huesos necesitan calcio, y se consigue con los lácteos bajos en grasa y las verduras de hoja verde: col rizada, rúcula, brócoli y espinaca. Tienen un alto contenido de fibra, parecen potenciar la función muscular y son saludables para el corazón. Distintas investigaciones sostienen que quienes comían una taza de verduras de hoja verde ricas en nitratos cada día tenían un11% más de fuerza en las extremidades. Inferiores.
Cacao
También tiene un efecto antioxidante y antiinflamatorio. Pero, además, favorece el control de la tensión arterial, aumenta la sensibilidad a la insulina y mejora el perfil lipídico.
Té verde
Tiene efecto antibacteriano y también ayuda a combatir la inflamación. Está relacionado con la reducción de glucosa en la sangre y ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares y otras como el Párkinson o el Alzheimer.