“Nos han arrebatado nuestra zona de confort. A nosotros los bancos nos venían de maravilla”, comentaba, afligido, Carlos Bezunartea. Lo cierto es que los pamploneses han podido disfrutar poco de la llegada del buen tiempo, ya que ahora es más difícil encontrar un lugar para sentarse al sol en la plaza donde late el corazón de la ciudad.

Tres pamploneses descansan en uno de los bancos que continúa en la Plaza del Castillo.

El retorno de los Sanfermines está generando altas expectativas, pero también polémicas ciudadanas. La instalación de barras de bar en la Plaza del Castillo ha desencadenado el enfado de muchos vecinos de Pamplona, que aún no dan crédito a la decisión tomada por el Ayuntamiento. En el interior de la plaza se colocarán 10 barras de bar, modificando así su tradicional fisonomía. La plaza se convertirá en un espacio festivo con presencia dominante de la hostelería, y esto ha provocado controversia entre hosteleros y ciudadanos. Algunos se posicionan a favor de las barras, otros lamentan que se ultraje un espacio tan importante de la ciudad y aseguran que será un caos.

Un hombre contempla con curiosidad las barras de San Fermín en la Plaza del Castillo.

Enfado y pena

Para que se lleve a cabo la instalación de estas barras, se han retirado algunos bancos de la Plaza del Castillo, lo cual ha suscitado, todavía en mayor medida, el disgusto de los ciudadanos. Los pamploneses caminan por la Plaza del Castillo buscando con dificultad un banco donde sentarse, y las personas mayores están especialmente afectadas por las circunstancias.

Juan Perurena disfruta de un día soleado en uno de los bancos que no ha sido retirado.

Los bancos no son un simple elemento decorativo, sino que también cumplen una función social. Es el lugar ideal para descansar tras un paseo, el sitio por excelencia para tomarse un helado al sol o la zona de encuentro para muchos amigos.

Patxi Catalán, Fermín Mariñelarena y Jesús Cubelos, sin banco para sentarse a charlar.

El hecho de no tener, de pronto, un espacio donde reunirse ha provocado malestar en Patxi Catalán, Fermín Mariñelarena y Jesús Cubelos, tres amigos que coincidían en que “ya estamos en la edad de buscar banco, y de repente no hay ninguno. ¡La plaza incluso se nos hace demasiado ancha!”.

La estética de la Plaza del Castillo ha quedado rota con la ausencia de bancos, pero “lo peor está por llegar”, anunciaban. No se hacen a la idea de pasear durante los próximos días viendo cómo unas barras de bar han sustituido a los demandados bancos.

Juan Perurena expresaba que los mayores lo único que quieren es descansar, pero no les dejan. “Me hace falta sentarme. Voy buscando bancos, pero nos lo quitan todo. Los bares tienen terrazas y usan el espacio de los demás. No es justo”, continuaba Perurena.

¿Y la limpieza?

Otra de las preocupaciones de la colocación de estas barras es la limpieza. La suciedad fue tema de debate entre los hosteleros cuando la iniciativa nació, pues algunos se negaban a ofrecer un servicio que consideraban “antihigiénico”. Las barras se ubicarán en casetas de 5,00 por 2,50 metros y, aunque contarán con toma de luz, no habrá agua corriente ni desagüe. Se utilizarán vasos de plástico y los más mayores, preocupados por la higiene de la ciudad, aseguran que la plaza se transformará en un caos. “¿Cómo van a limpiar las cosas? Van a ensuciarlo todo”, protestaba Miguel Sola. La Plaza del Castillo es la “sala de estar” de los pamploneses y “se va a convertir en un caos: estos Sanfermines va a parecer una cuadra”.

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Instalación de las polémicas barras de la Plaza del Castillo antes de San Fermín Unai Beroiz

La decisión de las barras de bar en la Plaza del Castillo está tomada y los vecinos de Pamplona, afectados por la llegada de unos Sanfermines “que han perdido su esencia”, lamentaban también que el Ayuntamiento no les haya tenido en cuenta. “Nuestra opinión no vale nada”, repetían los mayores, notablemente enfadados, pero ante todo decepcionados.

Las redes sociales han sido un hervidero en los últimos días con comentarios en torno a la decisión del alcalde, y también hay quien se lo ha tomado con mucho humor:

Si el alcalde nos quita los bancos...