San Fermín | Los sanitarios se llevan ‘El Bombo’ de la Jarana
Kiko Betelu, Pili Sola y Pablo Olorón recogen el galardón de la peña en representación de todo el colectivo
El premio El Bombo de la Jarana lo recogió este domingo el encargado de Urgencias Hospitalarias Kiko Betelu, acompañado de Pili Sola, enfermera, y Pablo Olorón, técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería, en representación de todo el personal sanitario como reconocimiento de la labor del colectivo contra la Covid 19 y durante los Sanfermines. Tras dos años de parón, no había mejor forma de retomar la entrega que galardonando precisamente a tres de los tantos sanitarios que han velado por la ciudadanía todo este tiempo de pandemia. Y no solo este tiempo, pues Kiko Betelu cuenta con una larga trayectoria en los dispositivos sanitarios del encierro.
Ha trabajado muchos años de médico en el vallado y ahora es el responsable de urgencias del dispositivo. Explica que para él, como para otros tantos, el encierro es algo muy importante: “Me acuerdo de niño ir con mi padre de la mano, después he corrido muchos años, más tarde he trabajado como médico en el vallado y ahora soy responsable del dispositivo…”. Durante las fiestas se levanta todos los días a las 6 de la mañana y admite que vive los encierros “con responsabilidad” pero que también los disfruta, por lo que para él “es un verdadero privilegio”. Confiesa que el transcurso de este año le genera cierta incertidumbre: “Tengo curiosidad, el siete y el ocho ya veremos, porque quieras que no son 3 años sin correr, así que con las ganas que tiene la gente tengo mis dudas de cómo va a ser”. Está de acuerdo en que haciendo una valoración de lo que ha visto a lo largo de su carrera, “ha cambiado el perfil de las personas que corren, los encierros son cada vez más rápidos, los toros están muy entrenados, pero a mí no me parecen ni mejores ni peores, me parecen diferentes. Igual de bonitos, un momento mágico, simplemente diferentes”.
Cuenta que estos dos años como sanitario han sido una “auténtica locura”. “Hace un tiempo no hubiéramos pensado que íbamos a vivir algo así. A la vez ha sido muy satisfactorio ver que en general todo el mundo ha colaborado, cada uno a su manera”. Reconoce que la pandemia “ha puesto en jaque a los servicios sanitarios de los países más desarrollados del mundo”. Pero cree que en Navarra “podemos estar satisfechos con la labor que se ha hecho”. Por eso, para él, recoger el premio en nombre de todo el colectivo es un privilegio: “Me hace sentir honrado por toda la gente que ha trabajado tanto durante la pandemia. Además el reconocimiento de una peña de San Fermín, que es lo más representativo de la ciudadanía, lo hace todavía más bonito”.
A toro pasado
Le preocupaba que si las suspensiones de las fiestas seguían, la gente se olvidase de ellas: “El primer año que se suspendieron lo viví con cierta incredulidad, pero a la vez pensando que era una cosa tan excepcional que no se repetiría. Sin embargo, el año pasado para mí fue todavía más extraño y en cierto modo parecía que nos estuviéramos acostumbrando”. Por eso le alegra tanto que por fin se vayan a celebrar. “Este año las ganas son todas y espero que los disfrutemos mucho”. Ahora está tranquilo: “Después de toro pasado, nunca mejor dicho, a tres días de San Fermín estoy satisfecho de todo lo que hemos hecho. Esta es un poco la manera de decirle adiós a la pandemia. El virus no se va a ir, desde un punto de vista sanitario la covid va a convivir con nosotros”. Cree que “hay que empezar a despedirse de la excepcionalidad y vivirla como la gripe: algo que no te preocupa en exceso pero con lo que tienes cuidado”. Por eso, su consejo para la gente es “que disfrute los Sanfermines, y el 15 ya pensaremos”.