San Fermín ofrece mucha cosas y una de ellas es hospitalidad a raudales. Una característica general de toda la ciudad que sorprende gratamente a todos los visitantes y que el hotel Maisonnave es uno de los primeros en ofrecer. 

Leire Alemán, directora del hotel desde hace dos años, es la tercera generación de una familia que ha regentado este establecimiento hotelero desde que en 1945, cuando todavía abría sus puertas en la calle Espoz y Mina lo compraron sus abuelos. Su padre, Patxi Alemán, actual consejero delegado de la empresa, vivió el traslado a su actual emplazamiento en 1966 y lo convirtió junto a su equipo en uno de los epicentros de la fiesta pamplonesa, donde muchos huéspedes llegaron como visitantes curiosos y se marcharon como unos sanfermineros más de la familia. 

Durante muchos años la familia Alemán tuvo su hogar en el hotel. Esto les daba una cercanía especial con los clientes. Muchos de ellos volvieron a sus hogares convertidos en sanfermineros de pro y amigos de los hoteleros, haciendo del Maisonnave su centro de operaciones para otras visitas.

Patxi y Leire Alemán, en la sala Braulia del hotel Maisonnave, decorada con elementos de las fiestas de San Fermín.s Iban Aguinaga

Y ello ha dado lugar a muchas historias. Recuerda alguna Patxi Alemán, como que en los años 70, militares estadounidenses de la base naval de Rota, encabezados por el coronel Grady, acudían todos los años a la fiestas de Pamplona. Muchos de ellos quedaron enganchados hasta el punto de comprar piso para esos días. Es más, “las hijas del coronel siguieron viniendo y una de ellas se casó aquí con un piloto de helicópteros”. 

En el caso de Leire, que se confiesa muy sanferminera, de niña vivió las fiestas con cierta lejanía, “me iba con mi abuela a Salou. Los primeros días aquí y después ya fuera”. Pero cuando llegó a los 16 empezó a quedarse y a vivirlos, primero como pamplonesa de a pie y después como trabajadora del hotel. “Me sigue emocionando el Chupinazo”, explica Leire. “La verdad es que estás metida aquí todo el día, pero en cuanto puedo me escapo con los críos a los fuegos. Disfruto todo lo que puedo”, concluye. 

“Tienes que trabajar, es impepinable”, continúa Patxi, “pero te integras en las actividades que se hacen aquí”. Y son varias. Desde el hotel organizan el concurso Música en La Calle, en el que txarangas y fanfarres actúan ante el hotel, entre el mediodía y las tres de la tarde. A ello se añade la exposición de las fotos del encierro del concurso para profesionales acreditados que organiza la Asociación de Periodistas y el toro de rueda agua que a las ocho de la tarde hace correr a niños y mayores a lo largo de la calle Nueva, que “se llena de familias”, concluye Leire. 

Clientes fieles

Algo que llama la atención es la fidelidad que muchos clientes han mostrado a lo largo de los años tanto hacia las fiestas de San Fermín, como hacia el propio Maisonnave. Uno de los ejemplos más señalados es la peña Borussia, un grupo de alemanes que este 2023 cumple 60 años. y lo celebrará aquí. 

De ellos opina Leire, que “no nos damos cuenta de lo grande que es esto para ellos. Vienen con una ilusión todos los años, reservan con un montón de antelación. Llegan y te dan un abrazo. Es increíble lo importante que es para ellos esta semana”. Patxi Alemán lo ejemplifica con “alguno de esas cuadrillas que llega en autobús a pasar el día, que ya no aguanta la noche, pero viene para verlos, para estar, va a la capilla de San Fermín”. 

Pero ¿qué hace que unos forasteros llegados de Estados Unidos, Alemania, Suecia o Italia se integren como un oriundo más? “Llegan atraídos por el encierro, que es el elemento diferenciador”, reflexiona Patxi Alemán, “y descubren todo lo demás, todo lo que vivimos los de Pamplona“. “Luego ven lo que hacemos”, continúa Leire, “las comidas en las sociedades, las tradiciones de la gente de la ciudad, los toros, las reuniones familiares, la música y se engancha a eso”. 

“Acaban conociendo a gente de Pamplona, entroncan con ellos. Salen por la mañana, se juntan con alguien que no conocen y acaban a las 3 de la mañana”, concluye Patxi. Los que siguen viniendo después de tantos años “han tenido vivencias de jóvenes que son geniales”, reflexiona, “es un sitio fuera de tu ciudad a la que has venido con tu cuadrilla y de la que has disfrutado”.

Pero ambos hoteleros dan cuenta de un detalle: lo taurino más allá del encierro empieza a no ser uno de los principales atractivos de las fiestas. Llegan clientes mexicanos que hacen lo que llaman la Pamplonada. Venir los primeros días, vivir la fiesta y el encierro y marcharse en un par de días para seguir su viaje por España o por Europa. “Los estadounidenses siguen siendo taurinos , pero también tienen más edad y siguen el mito de Hemingway”.