Una vez extinguida la última nota que ha brotado en los últimos nueve días de un escenario en estos Sanfermines, mientras las ciudad se debate entre arrastrar su resaca hacia cualquier piscina o huir a la playa, llega el momento de repasar lo vivido y hacer un balance sobre la actividad musical en estas fiestas que acaban de terminar. Como en casi todos los aspectos de la vida, encontramos luces y sombras.

Recordemos que se trata del segundo año en el que vuelven a programarse conciertos todos los días en el escenario grande; antes de la pandemia, la anterior corporación municipal había optado por concentrarlos en unas noches concretas. A juzgar por la afluencia de público y por lo que deben ofrecer unas fiestas como las nuestras, parece que esta medida es adecuada y cuenta con la aprobación popular para consolidarse así en futuros programas.

Por otro lado, siempre que se hace público el cartel de artistas, suele generarse bastante polémica y este año no fue la excepción. “¿Pero cómo es posible que traigan a Fulanito?”. “Menuda vergüenza”. “No conozco ni a la mitad de los grupos”. “Todos los años vienen los mismos”. “¿En serio que no va a tocar Menganito?”. “No me lo puedo creer, con la cantidad de artistas buenos que hay por ahí”… Ya se sabe, parece que en este país todos llevamos un seleccionador de fútbol y un programador de conciertos dentro. En este sentido, y ciñéndonos al escenario principal, el elenco de este año ha sido acertado y ha funcionado bien. Por supuesto que hay artistas con más renombre, pero claro, también tienen un caché más alto, y sería ingenuo olvidar que el presupuesto de las fiestas para esta partida es limitado. El abanico de propuestas de esta edición ha sido variado, había estilos para casi todos los gustos y edades, y todas las actuaciones han reunido bastante público. Como era de esperar, los más masivos han sido los del viernes y sábado, con La Sra. Tomasa y Lágrimas de Sangre el viernes y Fangoria el sábado. Fue una lástima que tuviese que suspenderse el del día 6, porque parecía que Ana Torroja también iba a arrastrar a mucho público. Entre semana, las asistencias han sufrido un lógico descenso, pero han seguido siendo multitudinarias, especialmente en las actuaciones de Ana Mena, En Tol Sarmiento y Funzo & Baby Loud.

Público asistente a Lágrimas de Sangre. Andres Campo Iglesias

Al margen de eso, este año se ha producido el traslado del escenario principal de la plaza de los Fueros a la del Castillo. Los primeros dos días, (viernes y sábado, los de mayor afluencia), la experiencia resultó absolutamente fallida, pues desde muchos lugares de la plaza no se escuchaba prácticamente nada. Sin embargo, la cosa mejoró sustancialmente a partir del domingo; es posible que en el arranque de las fiestas todavía no se hubiesen ajustado bien todos los parámetros a la idiosincrasia del nuevo lugar. La otra cara del cambio, las sesiones de DJ, que este año se han celebrado en la plaza de los Fueros, se han desarrollado de manera satisfactoria. En lo que se refiere a los conciertos, parece evidente que la de los Fueros es la plaza más adecuada para albergarlos (por ubicación, acústica, comodidad…). Sin embargo, habrá que casar ese tipo de aspectos con el bienestar de los vecinos y la organización general interna de futuras ediciones para tomar una decisión definitiva. 

Otros espacios

La plaza de los Fueros estuvo muy concurrida. Oskar Montero

Y hay que recordar que esa no es la única oferta musical sanferminera. Como ya viene siendo tradición, ha sido un éxito el escenario de la plaza de la Compañía, que todos las tardes ha servido de escaparate para artistas locales, y que todas las noches ha alojado propuestas más sutiles y exquisitas, dirigidas a un público más minoritario, con los ciclos de Músicas del mundo y Jazzfermín. 

Los más veteranos han tenido en la plaza de la Cruz una buena opción para disfrutar de conciertos y verbenas; en este recinto, tuvo mucho éxito la actuación de Mocedades. Y hablando de éxitos, no se puede dejar de mencionar el concierto de Puro Relajo en el parque de Antoniutti, en el que congregaron a varios miles de seguidores; allí también se han celebrado dos pases de verbenas diarios en las que han bailado decenas de miles de personas. Es la suma de todos esos escenarios la que hace que las fiestas de San Fermín tengan la oferta musical que merecen.