Tarde la de ayer, 13 de julio, con mejor temperatura, pero no por eso igual de plomiza que otras de atrás, más por el devenir de lo sucedido que por los grados de calor que no han axfisiado en nada al personal. Se esperaba grandes cosas volviendo de nuevo el santo Roca Rey, y sobre todo porque la presentación que venía desde Guadalix de la Sierra, de la casa de El Palomar nos daba, al posible cartel rematado, un punto de esperanza sobre el lote en busca desesperada de dar una redonda tarde y pillar para la buchaca el ansiado trofeo de mejor corrida de la Feria siendo la media más bien baja hasta el día de autos. Y nos las prometíamos más que felices, porque el primero fue un toro que daba aire a un buen diestro que lo ha bregado con prestancia y ha fallado el triunfo por De Justo en la media arriba que soltó con la tizona y en tardar en caer, cosa que no gusta. Seguía un formidable toro que volvió a enseñar el nivel por encima de lo que se cría en el campo que lo que circula por el escalafón toreril. Si a Julián López El Juli le tocaba un sobresaliente Jandilla días atrás, este, para la gran figura del momento, le superaba, a mi juicio, en todo. Un toro de vacas que Roca Rey ha sabido acompañar, porque se lidiaba y toreaba él solo, corregía su colocación, volvía de lejos presto al siguiente lance, tanto a capotes como a la franela, que no ha sido bañada con el aroma que este grandísimo Forajido solicitaba a cada arrancada por la arena del coso pamplonés. Da gusto y placer encontrarse con toros como este, o Torbellino el día 12, pero poco más. Resaltar al buen quinto extra, de hechuras justas. Extra porque era el sobrero, pero que también, aunque mas justo de fuerzas ha destilado notable calidad.

Toro de vacas y poco más

Los dos para el mismo, que tras marrar todo en su primero roba otra barata Puerta del Encierro, como mandan los cánones en esta festiva y loca plaza. Y lo de plomizo más que nada por lo lento que ha ido toda la tarde las faenas, las salidas de los toros al ruedo, faenas insulsas alargadas que hacen al personal ponerse a cantar y olvidarse de lo que abajo hay, que aunque no sea mucho, merece el respeto de quien se juega la vida en cada lance. Porque esta plaza es barata, pero el toro, y más hoy, tiene su presencia, y no se debe dudar ante él. El tendido es capaz, en plena aburrición, como en el último, de lanzarse del sol a sombra una ola futbolera digna de los tiempos de la gran bouclé del enorme Indurain. Sobre el papel el cartel tenía todo para ser otra tarde delensalada de orejas. Ayer se marró más que los pasados días, y ya saben Vdes. que el experto personal que tanto disfruta de cada tarde necesita ver la tizona hasta los gavilanes aunque sea en los lomares del animal, y siempre y cuando ruede antes de que nadie pille otro arma que les agravie el sentido y les haga silbar, chillar, y, hasta insultar. Pero siempre nos quedará Perú, y su gran estrella, que bajonazo arriba o descolocación total es nuestro héroe.