En vísperas de San Fermín hablamos con Pablo Hermoso de Mendoza de noche, finalizada su intensa jornada de preparación para la corrida del 6 de julio, que será la de su despedida de Pamplona.
Primera vez en Pamplona el 6 octubre de 1985. Tenía usted 19 años. ¿El toro de César Moreno era cuatreño?
No, lidio un novillo, fue la presentación en público, pero lo del toro de César Moreno fue una mañana de San Fermín en 1989.
Si era un toro ese de Moreno en 1989 ¿entiende de que es computable como festejo a sumar a las presencias en Pamplona en funciones de lidia y muerte? Es importante por saber si en la corrida de despedida de este año 2024 igualas en corridas a Ruiz Miguel o le superas.
Entiendo que sí por que, aunque no había tomado la alternativa, sirve para computar porque era un toro con la edad.
Ya con la alternativa de Tafalla toreó en septiembre de 1989, ¿Fue ese día el que entró a matar con la espada?
Si. Era un toro colorado que se llamaba Vencejo, era colorao. Fue mi primera salida a hombros de Pamplona con la alternativa tomada.
¿Qué personas le acompañaron en esa época de 1985 a 1989? Jorge Ramón Sarasa, Fernando Moreno, tu padre ¿quiénes más, aunque te dejes a alguno?
Muchos. En lo profesional, Jorge Ramón, que es quien me metió y acompañó desde mis inicios, Fernando Moreno, Romito, Gabriel Lalana y Chocarro, que era el mozo de espadas.
¿En su presentación en público de 1985, qué caballos sacó al ruedo?
Al Andalus, Cafetero y Pezaña.
¿Y en 1989?
Debutó Giralda y Helios; y seguían Cafetero y Pezaña.
¿En 1993 por qué no vino?
No tenía la fuerza moral de entrar ya en una corrida de la feria, aunque Eugenio (Salinas) me insistía que sí. No me lo había ganado todavía, sólo había cortado una oreja pelada.
¿Costó mucho el suprimir las colleras y que hubiera un festejo ya solo de rejones y el 6 de julio?
Más que nada fue el transcurso propio de lo que mi carrera y el público demandaba. Poco a poco, en las matinales y las primeras corridas ya se fue viendo que los rejones demandaban otra forma.
En estos 40 años, dígame algún momento, un recuerdo… .
Mira, tengo un recuerdo muy especial con la plaza muy al principio. Fue en 1985 cuando iba a torear en la novillada mixta que se celebró el 6 o 7 de octubre. Por mi falta de experiencia y que el piso del ruedo tenía sus dificultades pedí permiso para poder prepararme durante toda la semana anterior. Y ahí estuve con la plaza para mi todo el día. Fueron unos días muy bonitos e intensos para mi.
Y a la noche a dormir a Estella.
No, me quedaba a dormir en Pamplona en el piso de hermana. Madrugaba y otra vez a entrenar todo el día. Fue una experiencia muy bonita e íntima.
Los caballos, uno o dos o los que quiera decir por épocas.
En los años 80, Cafetero. En los 90 Cagancho y Chicuelo. Desde 2000 a 2010, Chenel. Del 10 al 20, Disparate, Berlín y Pirata.
¿Y, ahora, en la despedida?
Sigue siendo Berlín.
¿Se acuerda de los tres -cuatro sumando el obtenido de ese cuatreño de César Moreno en el festival matinal del 12 de julio de 1989 -rabos cortados? ¿Cuál tuvo más enjundia?
La tarde de más intensidad fue el de la despedida de Cagancho -2002-, pero la mejor faena fue la del primer toro de esa corrida. Ha sido la faena más redonda, se caía la plaza. Presidiendo en el palco me acuerdo que estuvieron esos tres días de rabo Jorge Ramón Sarasa, Tere Moreno y Pedro Bañales.
Momentos más complicados por golpes, caídas…
Una caída con Disparate hace unos 10 años. Fue un susto tremendo. Otra al principio con Pezaña. Lo que me acuerdo bien es de dos reapariciones en Pamplona después de una rotura de tibia en San Isidro y otra más tarde en Osuna, de la que salí con tibia, peroné y maleolos rotos. Tenía mucha responsabilidad por llegar bien a Pamplona.
Hablando de responsabilidad, ¿qué tres plazas son las más importantes en este sentido?
Sevilla, Madrid y Pamplona. Pero son responsabilidades distintas. En Sevilla y Madrid es más por lo que puede suponer en la profesión. En Pamplona, también, pero hay más de sentimiento hacia todos los que me han ayudado, a toda la gente con la que he compartido tanta felicidad.
Brindis que recuerdes ¿a quién?
Ya sabes que no soy mucho de brindar, pero si recuerdo con emoción un brindis a mi padre y otro a Miguel Induráin. ¡Qué ambientazo había en esos años del Tour de Francia!
Los brindis de este 6 de julio de 2024 ¿podrían ser para..?
No tengo nada pensado, la verdad. Me gusta ser más espontáneo.
¿Corriste alguna vez el encierro de Pamplona y concretamente lo hiciste entrando a la plaza, que es otra forma de Tauromaquia en Pamplona?
Con 17 años empecé a ir con mi amigo Guillermo Sanz. Íbamos el día de la feria de ganado. Corríamos y de ahí a la feria. Lo hacíamos de mitad de Estafeta para adelante, dos o tres días cada año. Algunas veces si llegábamos hasta el ruedo. Tuve dos percances. Una vez un toro de Torrestrella me pegó un pitonazo que me marcó la espalda de abajo a arriba. Y otra vez me pegué un porrazo tremendo contra la talanquera por donde Telefónica y me fastidié el tríceps. Toreaba por la mañana y Jorge Ramón Sarasa me echó un bronca tremenda por irresponsable. Tuve que ir al fisio y pude torear. Hasta ahí llegó mi relación con el encierro. Ya no volví a correr.
Si la gente quiere ofrecerle una gran ovación de despedida al estilo de los toreros de a pie a los que se aplaude tras romperse el paseíllo ¿cómo habría que hacerlo, cómo puede ser si los tres jinetes se ponen a saludar a la vez?
No lo sé porque no me ha tocado nunca. Sí en corridas mixtas, sobre todo en México, que si le aplauden a un torero después del paseíllo, me relama para que salgamos todos a compartir el saludo.
En el Centenario de esta plaza vistió de traje corto campero como la primera época. ¿Para la despedida cómo vas a vestir? ¿Color?
Iré de goyesco, pero todavía no sé cuál, Quizá uno nuevo que me están haciendo.
¿En qué otras plazas navarras se va a despedir? Estella, seguro, y…
Además de en Pamplona y Estella voy a poder hacerlo en Tudela en un cartel muy bueno con Roca Rey y Castella y en Olite, un sitio muy especial para mí. En Olite va a poner una plaza portátil y ahí será la última corrida. La verdad que me hubiera gustado despedirme de todas, a todas les tengo enorme cariño: Fitero, Tafalla, Peralta, Cascante, Sangüesa, Corella... y todas las demás en la que he toreado.
Lo suyo sería entregar el testigo para 3 o 4 décadas más a su hijo Guillermo saliendo en esta despedida juntos por la Puerta Grande del Encierro.
Claro, sería un hecho de mucha emoción.
Un final emotivo tras cuatro décadas en esta plaza...
Si, pero lo que quiero, lo estoy pensando, es que esta tarde no sea un adiós, quiero que sea una gran fiesta. Como si fuera una acción de gracias a todo el mundo. Ha sido una hermosura de vida.
Pues, si. Gracias y mucha suerte.
Gracias a ti, han sido muchos momentos buenos compartidos.