Estamos asistiendo a una segunda etapa de Chill Mafia. Hay mucha expectación después de todo el revuelo que se levantó en 2021 y 2022. ¿Eso ha condicionado la labor creativa?

-Sí, bastante. Al final, los éxitos de ahora son mucho más rápidos que los de la música de hace veinte años y eso mete presión; sobre unos más que sobre otros, también te digo. Pero se nota, claro que se nota.

Es cierto que los éxitos son ahora más rápidos, y también más fugaces, en algunos casos. ¿Eso les preocupa?

-A mí, personalmente, no. Pero claro, te estoy hablando de mí. No puedo hablar en nombre de todos los miembros. Los éxitos ahora son más efímeros también por eso, porque la gente se quema antes. ¿Cuántos años pudieron haber pasado desde que se formó La Polla Records hasta que se hicieron famosos? ¿Diez? En nuestro caso fue uno, como mucho. 

¿Y cómo vivieron el tránsito de ser un grupo desconocido a tener tanta repercusión?

-Estas preguntas más personales te las tengo que responder hablando en primera persona, la experiencia de cada uno habrá sido diferente. En mí caso, te diría que por un lado está muy guapo, porque a todos nos gusta la aprobación social, que en cierta manera te confirma que no eres un inútil. Pero también son cambios muy bruscos, es más fácil que entres en una vorágine de mucha locura… Siempre es mejor estar relajado.

Chill Mafia da la sensación de ser un grupo muy espontáneo y un poco caótico y anárquico. Ahora tienen una oficina y un sello (Last Tour / Oso Polita), que imagino que les marcará unas pautas. ¿Les está resultando sencillo adaptarse a ser un grupo más “profesional”?

-Sí, yo creo que en ese sentido estamos bien, la verdad. Tampoco estamos en un sello que nos exija mogollón, también te digo. Al final, con quien tienes que cumplir es contigo mismo. Para mí ha estado bien. Yo no tenía trabajo, así que ya ves.

La música de Chill Mafia es muy actual, pero también tiene una parte más tradicional, y en ese sentido diría que el grupo está haciendo una labor casi de descubrimiento, porque no parece que los chavales de ahora estén escuchando a Ruper Ordorika, a Erramun Martikonera o a Mikel Laboa.

-Nosotros buscábamos samples ahí. Igual la juventud no escucha a Erramun Martikorena, pero también te digo que la mayoría de la gente adulta de 40 o 50 años, tampoco. Escucharán las canciones que se hicieron famosas en los noventa o a Cindi Lauper. En el tipo de géneros que hacemos, al estar tan centrados en el sample… Cualquier productor de un género parecido al nuestro va a tener una cultura musical increíble de músicas pasadas solo por haber investigado por ahí.

Pero si lo utilizan, será porque están familiarizados con ello, ¿no?

-Sí, pero es que escuchamos muchísimas cosas que a la gente le sorprendería, y es más que nada por eso.

En su última canción, Mus corrido, juegan con folclore mexicano, con la instrumentación, la letra… En realidad, ya se puede considerar también un poco de aquí, ¿no?

-Hombre, el regional mexicano es totalmente de aquí. Los Tigres del Norte han estado pegados, por lo menos al Baztán, toda la puta vida. Hace poco fui a verlos al Navarra Arena y estaba petado, no cabía un alma. Aparte de que el regional mexicano tenga algo casi de folclore vasco, también sucede que está copando billboards de todo el mundo, y eso sí que es más sorprendente. Pero sí que es cierto que aquí ha tenido siempre mucho arraigo.

Una cosa que llama la atención es que las palabras que utilizan son muy locales: villavesa, bares concretos de Pamplona, la Rochapea, Mendillorri, Ripagaña… Sin embargo, eso no supone un problema para que gente de fuera del entorno de Navarra haga suyas las canciones.

-Todos los derivados del rap, lo que se llama música urbana, siempre tienen que hablar en primera persona, aunque sean historias inventadas. Y es muy importante que tengan códigos propios. Todos los raperos que oigas estarán utilizando códigos que se usan en su barrio. Si cambias de ciudad, utilizarán otros, pero se entiende. También da para que puedas meterte en el mundo de ese artista. Está guay.

¿Qué supone para Chill Mafia tocar en San Fermín, además en el escenario principal y en el día grande?

-Hombre… Yo creo que ese día dormiremos poco, aparte de porque es 6 de julio. Supone una sobrada. Yo creo que estamos todos con los huevos de corbata, en el buen sentido. Unos más que otros, pero todos estamos un poco así. Tocas el día 7, que es el día grande de San Fermín, en medio de la plaza más tocha de tu pueblo. Hemos tocado en festivales para mucha gente, pero esta es tu ciudad. 

Recuerdo un concierto en la Ciudadela, en 2021, de The Broken Brass Band, que les invitaron a cantar una canción con ellos y desde el escenario pidieron que les contratasen para los conciertos de San Fermín. Llegó el momento.

-Sí. Aquella vez lo reclamamos un poco también por cabronada. Nosotros íbamos a tocar en aquel festival, pero el ayuntamiento dijo que nosotros no tocásemos. Las razones que alegaron fueron relacionadas con el COVID, pero yo me temo que las verdaderas razones iban por un lado más político. Aparte de la chulería de que al final íbamos a tocar igual, fue como decir: “Joder, tenéis que contratarnos. ¿Qué más ha pasado en esta ciudad este año aparte de nosotros?”. 

Comparten escenario con Rotten XIII. Tienen estilos distintos, pero también puntos en común, como el uso de la tradición, cada uno a su manera.

-Sí. Y otro punto común es que nuestro mayor público potencial está en el modelo D. Me parece que los dos conciertos son una sacada de polla increíble, así, hablando mal, porque van a estar juntos los jurrus y los canis de la misma clase.

Ahora mismo están lanzando canciones a las plataformas. ¿Qué planes tienen para el futuro? ¿Alguna mixtape, algún disco a corto plazo? ¿Gira?

-Algo sacaremos, porque tenemos cosas en la recámara, pero será más por quedarnos a gusto con nosotros mismos y hacer las cosas bien. Se viene gira, no muy grande, pero sí, saldremos a tocar.