Con los Sanfermines vuelven las barracas. El olor a comida recién hecha, la música procedente de las atracciones y los gritos de euforia de los más pequeños inundan un julio más el parque de la Runa de la Rochapea, junto al río Arga. El recinto ferial compuesto por docenas de atracciones y puestos de comida, es sin duda uno de los mayores atractivos de las fiestas, una oportunidad perfecta de pasar un rato lleno de diversión y entretenimiento.
El recinto incluye además de atracciones como Los autos de choque o La Barca Vikinga, puestos de comida con una gran variedad de opciones -churros, patatas asadas, algodón de azúcar, gofres ... - y casetas de juegos de habilidad y tómbolas. Los precios de este año no han variado apenas respecto al año pasado, la media de cada viaje se sigue manteniendo en torno a los 5 euros.
Familias con niños, grupos de adolescentes, cuadrillas de amigos ... todos tienen cabida en las barracas. Atracciones como la Selva encantada, la montaña rusa con fosos de agua, o Mr Bean, una casa llena de habitaciones la mar de divertidas, son muy populares entre los más pequeños. “Mis atracciones favoritas son las que tienen agua”, decía entre risas Laura López, de 8 años.
Los mayores optan por los puestos de comida o las casetas de juegos de habilidad y tómbolas. “Las mejores casetas son las de tiro, te picas y pasas ahí un buen rato”, bromeaba Manuel Hidalgo. Muy popular la tómbola de Juan Manuel Ortega, la Tómbola Antojitos, la cual reúne desde hace más de 20 años una gran multitud de personas atraídas por sus atractivos premios que incluyen desde cafeteras a consolas Nintendo.
Aunque todavía es pronto para hacer una valoración de como van las ventas, Ortega indica que “de momento no van mal, que hayan empezado en fin de semana ayuda mucho”. Eso si, explica que “la valoración se hace cuando la feria ha terminado, las cosas no son como empiezan, sino como terminan”.
Laura Vega, responsable de Dragón Elliot, por su parte argumenta que “el tiempo no ha acompañado, las bajas temperaturas del día 6 provocaron un mal arranque”. No obstante, no pierden la esperanza y confían que “la temperatura respete el resto de las jornadas y la gente se empiece a animar y bajar”.
Independientemente del tiempo, la mayoría de los feriantes coinciden y sostienen que “lo que de verdad afecta a las ventas” es la localización. “El cambio de Antoniutti al parque de la Runa nos perjudicó mucho, las ventas no han vuelto ha ser como antes”, explicaba Jesús Mendoza dueño de Helados Mendoza. “Antes, al estar dentro de la ciudad, te pasabas y siempre picabas con algo, ahora la gente ya no baja”.
“Los precios tampoco acompañan mucho, en nada que hagas te gastas 50 euros”, indica Yolanda Cercadillo, vecina de Pamplona. “Pero, es normal, todo ha subido, ellos también tienen que hacer negocio”.
Este año, al igual que el año pasado, el recinto ferial apagará la música de las barracas y las megafonías de los chiringuitos. Las jornadas escogidas son los días 9, 10 y 11 de 12.00 a 14.00 horas. Esta medida impulsada por el Ayuntamiento de Pamplona junto con el comité de Representantes de Personas con discapacidad de Navarra (Cermi Navarra) busca que aquellas personas que tengan sensibilidad hacia ruidos altos también puedan acudir y disfrutar de las atracciones.
El recinto ferial que se inauguró al principio de las fiestas estará operativo hasta el día 15 de julio cuando es posible que continúen con la tradición de todos los años de reducir los precios a la mitad. Hasta entonces se encuentra abierto desde las 12.00 horas de la mañana hasta las 2.00 o 3.00 horas de la madrugada.