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Feria del Toro | La crónica

San Fermín 2025 | Aarón Palacio, oreja de peso en Pamplona

El de Biota cuajó una gran tarde, pero no salió a hombros por el tan exigente, como cabal, criterio del presidente / Notable y enclasada novillada de Pincha l Bruno Martínez se justificó en su debut

San Fermín 2025 | Aarón Palacio, oreja de peso en PamplonaPatxi Cascante

La rima Aarón, orejón, quedaba demasiado basta para el titular. Desde hace mucho tiempo no se cortaba una oreja, y sólo una, en una tarde tan completa como la que el chaval de Biota regaló a bastantes más de diez mil aficionados en la Monumental pamplonesa. La bronca al palco fue de órdago. No hay que extenderse mucho en valorar a las presidencias, pero esta vez se va a hacer porque hay algunos matices importantes. Las plazas de primera categoría tienen que ser rigurosas y exigentes. También con las normas no escritas, pero sí cabales y asentadas en lo cánones taurómacos. José María Sevilla, a la sazón presidente del Club Taurino de Pamplona, cumplió a rajatabla las normas e impidió que Aarón Palacio saliera a hombros por la Puerta Grande del Encierro como así lo quería un altísimo porcentaje de la parroquia pamplonesa. Mas, sin duda, los méritos de Aarón Palacio fueron más que suficientes para lograr esa ansiada salida en volandas. Además, los taurinos, sin pasarnos de generosos, tenemos que remar un poco a favor de obra. La petición de oreja del primero, primer Sonámbulo, no fue claramente mayoritaria, después de un pinchazo y una estocada desprendida. Y la abrumadora petición de la segunda oreja del cuarto pincha, Reposado, fue después de otra estocada caída. Le faltó algo de rotundidad a esa suerte suprema. Y como lo fue muy cercana a un palco con buena vista y es potestad de la presidencia el segundo trofeo, Sevilla no lo creyó conveniente: Tan riguroso, como con bien criterio.

Palacio mostró sus sobresalientes prestaciones ante el primero de su lote. Lanceó a la verónica con temple y donosura. Brindó al público y manufacturó una faena de muleta compacta por ambos pitones. Faltó un punto de transmisión final porque el tal Sonámbulo no tuvo mucho fondo. Una vuelta al ruedo justamente ovacionada. El cuarto, a mi parecer, fue un novillo muy importante por su bravura y clase. Mereció una fuerte ovación en el arrastre, que en buena parte se le hurtó por las protestas y pitos generalizados contra la decisión del palco. Este Reposado se empleó a fondo, sin dejarse nada y con enorme clase ante la pañosa del aragonés, que lo cuajó por ambos pitones de menos a más hasta hipnotizar a su antagonista y al público con una despaciosidad y templanza tremendas. ¡Cómo brotaron los olés de verdad! Olés que salen de dentro, emotivos y lejos de los biennnnn y otras palabras que también se salen de los cánones más clásicos. La espada baja y el lío contado. No por ello, al personal se le olvidará el paso de este portentoso aragonés y el peso de ese orejón.

LOS NOVILLOS

Ganadería de Pincha. Seis utreros en tipo, discretos en cuajo y peso. Nobles, bravos y con clase. Prontos al caballo y humillando. Ovación para el 3º y el 4º.

LOS NOVILLEROS

Aarón Palacio. (Verde hoja y oro). Petición y vuelta; y oreja, petición de la 2ª y dos vueltas.

El Mene. (Celeste y oro). Saludos y silencio.

Bruno Martínez. (Azul rey y oro). Silencio con aviso y silencio.

LAS GRADAS

Tres cuartos. Agradable. Con buen criterio técnico, el presidente.

El otro atractivo de la tarde llegaba de la mano de la presentación con picadores del pamplonés Bruno Martínez. El chaval se justificó. No salieron las cosas como él pensaba, pero si dejó muestras de que sabe torear bien. Lo hizo en varias tandas ante el sexto, Cantinero, otro noble y de buen juego del campo lodosano. Ante este Bruno se fue con bragueta firme a portagayola. Con la noche caída y los fotos convirtiendo en chispeante su preciso traje, enjaretó tres o cuatro tandas bien cosidas, con temple y elegancia. Una buena estocada, como toda la tarde lo exigió el palco, pudiera haberle valido una oreja.

El Mene obro una buena puesta en escena ante Ibicenco, buen utrero. Saludó una fuerte ovación. El quinto, Ofuscado, fue el menos humillador de la función y algo calamocheador. El Mene se metió en faena con mérito, pero con menos opciones.