Decía a uno de los hermanos ganaderos, tras desear lo mejor al otro poco antes de entrar a la cabina, en medio del patio de caballos, que si le ponía un cinco en la corrida era porque no había más que decir. Pero hoy lo primero a contar es que el personal ha estado entretenido, atento y con ganas de ver una corrida de toros. A veces la expectación tiene esas cosas. Yo hoy tengo montones de bondades a resaltar. Porque lo de mezclar genio, bravura o mala raza, en algunos ámbitos es toro que sigue, que hace bien las cosas, criado según los cánones de cada uno. Y lo de La Zorrera bastante alejado, hace décadas de la moderna percepción de lo que debe ser el toreo de hoy en día, trae por delante diestros esforzados a pelear con bestias furibundas que muerden más que atacan.

Pero hoy no había de eso. Hoy desde lo bien que ha enseñado, mejorando seguro su nota, el primero de la tarde en salir, con oficio por arrobas hasta lo peor del sexto, la gente ha estado en lo que había. Yo, de inicio, prefiero toros de esta casa sin tanta caja, sin tanto volumen, sin tanta carne. Me gustan más los cuatreños, y por eso, a buenos ratos, estoy más que contento, sorprendido, por lo que han tenido dentro. Enseñado mal, o no querido ver del sexto. Increible un quinto que a ratos se toreaba solo, porque seguro ha sorprendido también, no sólo a mí, sino al propio diestro por lo que derrochaba dentro. Movilidad en bravito a un toro que mentía de salida en la tablilla, como si lo hubieran pesado en la báscula con mi amigo Gabino encima, que es el dije que se busca en esta casa, tan falta de raza últimamente, que lo de hoy es de nota más que alta. Lo cual sigue dando alegria a muchos poder decir que si la mañana es un reclamo para que la casa medinense continúe por sus calles, lo de la tarde es para írselo mirando, y apuntarse a torear algo más que liarse a ratos con trapazos lineales o intentar liquidarlos al caballo. Pero aún con esto, poco acostumbrados que estamos, gran vara de Carbonell. Buen profesional. Oficio sin fin de Ferrera en el primero, y aburrición por su parte en el segundo al no contar con nadie que le prestara algo de atención.

Mal hoy el tercero, Román, apuntado a esto desde ciclos atrás y siempre con orejas, pero que hoy no ha sido lo esperado. Y me quedo con todo lo expuesto por Pepe Moral, gran profesional que baila con todo lo feo, pero que a su notable actuación habría que ponerle el pero del pedazo de ensabanado que aún tenía más cosas dentro. En fin, a unos gustan estas cosas, que también forman parte de la Tauromaquia. Y nos dirán que esto es genio, mala condición y demás. Hoy yo he visto, al igual que la plaza una corrida de toros de la casa Cebada Gago como en años no veíamos. Con condición, casta y ganas, Y qué más quieren. Igual este año manda lo par sobre lo impar en la Feria. Lo que es por ahora no tengan ninguna duda de ello.