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San Fermín 2025 | Alvaro Núñez: Defensor de la Fiesta

Roca Rey durante la faena con el segundo toro de su lote.Iñaki Porto

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Grande el hombre que debutaba hoy en Pamplona, como decíamos días atrás en el especial de Sanfermines que sacaba esta casa, con lo suyo, aunque veterano porque hace ya treinta años que vino por primera vez con su padre don Joaquín. Amén de otras muchas veces más en los siguientes lustros. Poco importaba conocer el sitio. Aún antes de empezar el festejo seguía nervioso, con gatos en el estómago, ante lo que debía de acontecer. No es para menos.

Yo solamente por escucharle esta mañana ante todo el planeta que se levanta a ver el encierro, en la televisión pública de todos, aunque no lo parezca, defender lo nuestro a capa y espada, es para darle matrícula de honor pasara lo que pasara por la tarde en la Monumental, lugar donde se luce y trajina el arte que una persona demuestra delante de este bello y único especimen. Nuestro totémico dios El Toro. Muchos me decían que saldrían chochonas bobas ya que tocaba el día en el que se apuntaban los mandones del toreo. Nada más lejos de la realidad.

Ayer, cuando lean, se vieron toros ásperos, difíciles, blandos unos, nobles otros, manseando alguno, sin fuerzas un par, y de notable condición otros. De todo, como en botica, dice el dicho castellano. Porque ver un primero que mejora en manos del mejor torero que tenemos de largo. Continuar deleitando la medida, algo justa, pero buena condición del cuarto que le abren la puerta del Encierro es reconocer que Morante es único, irrepetible e histórico al que debemos agradecer no sólo el venir aquí, sino los años que nos está dando. Luego un tercero que se ha comido al torero en todo momento porque aún lidiado en mal sitio le ha ganado en toda lid. Luego, en esta plaza tan peculiar, el personal mira si entró la espada entera, nunca dónde o cómo, y por supuesto a la primera, lo cual ha ocurrido, proponía que la corrida iba por buen camino. Ya había tres orejas y faltaba el Rey con su quinto más repetir el último con el sexto. Y Roca ha pechado con el peor lote. Así ha sido. Intentos infructuosos de buscar a los públicos, hoy no posible por sus dos contrarios.

Y eso que el segundo de la tarde demostraba nobleza, continuaba y parecía tener algo más, pero que terminó, por dos veces, echándose desfondado de toda condición. El quinto no tuvo la raza que necesita el poder del limeño, y tendrá que esperar a la suerte del viernes. Por la puerta del Encierro no se iba sólo Morante. La foto la estropea de nuevo la espada de Rufo. Efectivo el muchacho es. Pero a mi juicio bastante penoso con los trastos. Ni el toldo que usa de salida, ni los trallazos que pega, todo a arreones con la muleta arregla, mejora o equilibra la lucha contra el cuadrúpedo, que siempre espera que le enseñen. Al cuarto lo han hecho para bien. Al sexto, pues no. Y así terminó el debut de un hombre que va a dar mucho que hablar en los próximos años en este negocio. Y les aseguro que para bien.