La interculturalidad enriquece a la sociedad
Voces diversas compartieron en el Encuentro DNN, organizado por DIARIO DE NOTICIAS, cómo el euskera impulsa inclusión, fortalece lazos comunitarios y abre oportunidades, mostrando su valor como puente entre culturas y motor de integración social
Las experiencias compartidas en el Encuentro DNN “Euskera e inmigración, un futuro de oportunidades” muestran cómo el aprendizaje y uso del euskera trasciende el aula y se convierte en un puente que une a la comunidad. Cada relato refleja cómo la lengua actúa como un catalizador de cohesión social, fortaleciendo la convivencia y creando vínculos entre personas de diferentes orígenes.
Estas historias ponen de manifiesto que integrarse depende tanto de la interacción cotidiana como del interés por la cultura local y de la disposición a abrirse al encuentro con otros. El euskera se convierte así en un hilo que conecta distintas realidades, generando espacios de diálogo, reconocimiento mutuo y participación activa en la vida comunitaria.
Además, estas vivencias resaltan la dimensión emocional y simbólica de la lengua. Aprender y usar el euskera fortalece el sentido de pertenencia, fomenta la empatía y contribuye a una convivencia más inclusiva. La preservación de esta lengua minoritaria protege un patrimonio cultural y enriquece el tejido social, demostrando que la integración lingüística se traduce en oportunidades tangibles para construir comunidades más cohesionadas, diversas y participativas.
Mario Zapata | Sociólogo especialista en migración y sociolingüística y técnico de euskera en el Ayuntamiento de Berrioplano
“La migración en Navarra responde a oportunidades laborales, no a la lengua”
Mario Zapata ofreció una mirada centrada en la comprensión de los movimientos migratorios desde la perspectiva socioeconómica. Explicó que el desplazamiento de las personas no está determinado por cuestiones lingüísticas, sino por la búsqueda de oportunidades laborales. En sus palabras, “la gente se desplaza allí donde encuentra oportunidades de trabajo, no tanto por el idioma”.
A partir de esta idea, defendió la necesidad de analizar la diversidad migratoria más allá de los datos cuantitativos, atendiendo a cómo estas dinámicas transforman la vida comunitaria, generan nuevas interacciones sociales y, sobre todo, requieren de una comunicación bidireccional entre población de acogida y migrantes para construir vínculos de confianza.
Zapata puso énfasis en la distribución desigual de la población migrante en Navarra, donde algunas comarcas registran cifras mucho más altas que otras. Subrayó que reconocer y visibilizar esta diversidad es fundamental para construir discursos empáticos y fortalecer la cohesión social, transformando la pluralidad en un recurso que enriquece la vida colectiva.
En esta línea, insistió en que comprender las dinámicas socioeconómicas y culturales permite diseñar estrategias de integración más eficaces, en las que la lengua vasca sea percibida como una oportunidad de encuentro y no como una barrera, reforzando siempre la necesidad de un diálogo abierto y recíproco.
Begoña Zestau | Técnica de interculturalidad de la Mancomunidad de Sakana
“El euskera es una herramienta de inclusión para cualquier persona”
Begoña Zestau, técnica de interculturalidad de la Mancomunidad de Sakana, centró su ponencia en la importancia de trabajar la convivencia intercultural desde una visión dinámica y adaptada a los cambios sociales. Recordó que este compromiso nació en 2005, cuando se llevó a cabo un estudio para conocer la realidad de las personas que habitan el territorio.
Desde entonces, explicó, el servicio ha evolucionado, pero siempre ha contado con la misma filosofía: “Queremos que haya una vivencia positiva hacia un idioma que puede ser desconocido”.
En su discurso, destacó que Sakana acoge a más de 20.000 habitantes y que cada municipio presenta particularidades propias, lo que exige diseñar protocolos de bienvenida flexibles y cercanos, capaces de transmitir qué es Sakana y cuáles son sus valores comunitarios. El euskera ocupa un lugar central en esta estrategia, concebido como “una herramienta de inclusión para cualquier persona que venga a vivir a Sakana”. Para ello, se promueve un acercamiento progresivo y positivo a la lengua, a través de vivencias cotidianas, horarios adaptados, actividades en la calle y una actitud de escucha activa hacia la diversidad que aportan quienes llegan.
Zestau subrayó que la clave reside en generar un sentimiento de acogida real, basado en pequeños gestos que fortalezcan la interculturalidad, donde la lengua vasca se viva como un idioma acogedor y las relaciones se construyan desde la empatía, el respeto y la reciprocidad.
Jessica Delgado | Madre inmigrante con hijos estudiantes en el modelo D
“Que nuestros hijos sepan euskera supone tener más oportunidades”
Jessica Delgado, madre de cuatro hijos, centró su intervención en la importancia del modelo D y en las oportunidades que el euskera abre a las nuevas generaciones. Explicó que tres de sus hijos estudian en el Colegio Público Ermitaberri de Burlada y que esta elección ha supuesto un camino de aprendizaje tanto lingüístico como cultural.
“Mis hijos, de origen ecuatoriano, han nacido en Navarra y también son de aquí, así que tienen todo el derecho de aprender el idioma del lugar en el que han nacido”, afirmó, subrayando que el dominio del euskera no solo refuerza la identidad, sino que multiplica las posibilidades de futuro.
Delgado destacó que la enseñanza en modelo D es una inversión a largo plazo: “Que nuestros hijos sepan euskera supone tener más oportunidades”. Recordó que en Navarra y en el País Vasco el conocimiento de esta lengua es cada vez más valorado en el ámbito laboral, especialmente en la administración pública, donde los perfiles bilingües resultan cada vez más necesarios.
Al mismo tiempo, denunció la falta de información que reciben muchas familias migrantes y la escasa presencia de madres extranjeras en el colegio de sus hijos, lo que, en ocasiones, se mezcla con situaciones de racismo. Frente a ello, animó a confiar en el modelo D, insistiendo en que el euskera no es una barrera, sino una herramienta de inclusión social y un legado educativo que garantiza más horizontes para las futuras generaciones.
Laura Penagos | Actriz colombiana afincada en Navarra y vascoparlante
“Aprender euskera me ha permitido sentirme parte de la cultura de Navarra”
Laura Penagos compartió cómo aprender euskera le ha permitido establecer una conexión profunda con la cultura, la historia y la vida cotidiana de Navarra. Como colombiana, explicó que en su país muchas lenguas originarias o ancestrales han desaparecido, y que ella misma creció hablando castellano sin la oportunidad de aprender esos idiomas minoritarios.
Por eso valora especialmente que en Navarra se conserve y promueva el euskera, una lengua que refleja la identidad del territorio y que permite a quienes llegan integrarse respetando la diversidad local. En sus palabras, “aprender euskera me ha permitido sentirme parte de la cultura de Navarra y me ha ayudado a reconocerme en un lugar”, destacando la dimensión emocional y personal que tiene la lengua.
Penagos subrayó que aprender euskera le ha permitido sentirse parte del territorio y participar activamente en la vida social, más allá de su condición de migrante. “La lengua –señaló– constituye un puente que favorece la cohesión, la empatía y el reconocimiento mutuo”. Para ella, preservar el euskera es también “una forma de reivindicar la riqueza cultural y lingüística de Navarra, aprender sobre su historia y contribuir a que la comunidad sea más inclusiva”. Su experiencia mostró cómo una lengua minoritaria puede convertirse en una herramienta de integración, identidad y empoderamiento, enriqueciendo tanto a quienes llegan como a quienes viven en el territorio.
Javier Arakama | Director gerente de Euskarabidea
“La participación de la comunidad migrante aporta otra mirada y enriquece la lengua”
El director gerente de Euskarabidea, Javier Arakama, centró su intervención en la dimensión institucional del euskera y en la necesidad de consolidar políticas lingüísticas inclusivas. Señaló que hasta gobiernos anteriores no existían políticas claras para impulsar el euskera, lo que había generado carencias en su promoción y uso social.
Subrayó que avanzar en la integración de la lengua requiere que ésta no se limite a las aulas, sino que se perciba y practique en la vida cotidiana, en la calle, en el trabajo o en distintos ámbitos sociales. En sus palabras, “es fundamental que el euskera se escuche en la vida cotidiana, en comercios, instituciones y espacios comunitarios, porque solo así se convierte en un idioma vivo y compartido”.
Arakama explicó que Euskarabidea ha desarrollado programas de promoción, gratuidad de los cursos básicos y actividades culturales que acercan la lengua a toda la ciudadanía, con especial atención a quienes no la han aprendido desde niños.
Destacó que la participación de la comunidad migrante aporta perspectivas enriquecedoras, fomentando un aprendizaje bidireccional y el fortalecimiento del tejido social. Para él, consolidar el uso del euskera significa que la lengua se perciba como un recurso común, inclusivo y valioso, capaz de fortalecer la cohesión social, generar oportunidades culturales y abrir puertas en distintos ámbitos de la vida comunitaria.