pamplona. El premiado catedrático Gustavo Aguirre, especialista en retinosis pigmentaria, que afecta a una veintena de personas en la Comunidad Foral, será hoy la estrella de la jornada científica que organiza la Asociación Retina Navarra. La cita es a las 10.00 horas en Pamplona, en el Hotel Blanca de Navarra.
¿Qué peculiaridades presenta la retinosis pigmentaria dentro de las atrofias que afectan a la retina?
La retinosis es una enfermedad que no es tan frecuente como otros problemas de la retina, pero es una enfermedad que avanza y si los pacientes viven una suficiente edad se vuelven totalmente ciegos. Se empieza con ceguera nocturna y luego se manifiesta una reducción en el campo visual hasta crear un efecto túnel, un campo visual reducido que al final se apaga.
¿Qué problemática presenta el tratamiento de esta enfermedad?
Hay por los menos 190 genes diferentes que pueden causar un tipo de retinosis o una afectación de la retina. Y cada uno de los genes puede tener diferentes mutaciones. Por ejemplo, el gen de la rodoxina, que tiene hasta cien diferentes. Así que hay que saber el gen afectado y luego hacer un tratamiento específico. Pero todo el mundo quiere una aplicación de hoy para mañana.
La manifestación de la enfermedad puede variar y presentarse en diferentes edades de la vida.
Sí, varía una barbaridad. Una persona puede desarrollarla al nacer y otra a una edad mucho más tardía. Todo depende del gen y de la mutación. Hay una atrofia de la mácula, llamada enfermedad de Best, que procede del padre o de la madre, pero no todos los pacientes que tienen la mutación en ese gen desarrollan la enfermedad.
¿En qué consistieron las terapias que desarrolló con éxito entre los perros? ¿Por qué eligió ese animal?
Conozco los perros porque fui veterinario y las enfermedades en su retina son casi iguales a las de los humanos. Y presentan igual cuadro clínico, con ceguera nocturna, campo visual reducido... Identificamos a 25 perros lazarillo que se estaban volviendo ciegos y pudimos comprobar las diferentes enfermedades que causan ceguera en los perros. Y ahí, una vez identificado el gen, era muy fácil aplicar tratamientos. Empezamos a tratar los factores neurotróficos para ver si se podía reducir el avance de la enfermedad. No van a curar, pero si se le diagnostica la enfermedad a los 20 años, en lugar de volverse ciego a los 50 años, se podría retrasar la enfermedad hasta los 100 años. En los perros se ha doblado el número de años con vida sin llegar a ciegos.
¿Todos los tratamientos se saldaron con resultados positivos?
Usamos sólo una clase de perro: el setter irlandés, que presenta una ceguera que avanza muy rápido. En principio, a las catorce semanas el perro se quedaba casi ciego, y con el tratamiento, sin embargo, a las catorce semanas el perro se mantenía con la misma normalidad de antes.
¿Y esos resultados en humanos han sido satisfactorios?
El tratamiento desarrollado en personas se realiza con células encapsuladas que se depositan en el vítreo del ojo. Se aplicó en diez pacientes. En uno se obtuvieron resultados satisfactorios y en los otros nueve no hubo cambios. Pero lo importante del primer estudio era saber si empeoraban y ninguno lo hizo.
¿Es optimista de cara a que la retinosis pigmentaria pueda tener próximamente un tratamiento óptimo?
Si los resultados de las células encapsuladas son buenos, pronto se comercializará con ellas. El tratamiento que hasta ahora se aplica al ojo es complicado porque para otras atrofias hay que ponerse una inyección cada seis semanas y llega un momento en el que no se pueden poner tantas inyecciones. Pero la tecnología de las células encapsuladas es magnífica. Esas proteínas no pueden ser eliminadas por el ojo y producen factores neurotróficos necesarios durante mucho tiempo. Además, cada tres años, se puede cambiar esa cápsula sin necesidad de una intervención hospitalaria.
Entonces, más que una curación se busca un retraso de la enfermedad.
No hay nada que te ponga normal, tal y como estabas el primer día después de nacer. Existe otro tratamiento de terapia génica. Ya que sa-bemos el gen y la mutación, podemos introducir en el ojo un gen que te rescate la función perdida. En perros y ratones las pruebas elaboradas desde hace nueve años han sido todo un éxito. Entre las personas, se ha aplicado en gente con retinosis avanzada, por lo que el tratamiento no puede rescatar las células perdidas pero las que se mantienen vivas puede cambiarlas y que funcionen bien.
¿Por esta terapia pasa el futuro?
Dará un resultado muy bueno para un grupo de retinosis, no para todas.