SI la noche del jueves es propiedad casi exclusiva del mundo universitario, y la del viernes pertenece desde hace años a púberes estudiantes de Bachillerato o Grado Medio; puede afirmarse sin temor a equívocos que, desde octubre de 2007, la noche del miércoles en Pamplona es territorio Erasmus. O dicho de otro modo, es el periodo de la semana dedicado a estos alumnos extranjeros -oriundos de Europa, Asia y América Latina- que arriban cada semestre universitario a la capital navarra para perfeccionar sus conocimientos en castellano, gozar de "una experiencia inolvidable", y exprimir, todo sea dicho, sus últimas noches académicas de la mejor manera posible: "Saliendo de fiesta". Un typical spanish concept al que han sabido amoldarse en tan solo tres meses.

Ellos mismos lo reconocen sin sonrojo. "Desde que llegamos a Navarra, no hemos parado en ningún momento. Pocas son la excusas que encontramos para ausentarnos de los Crazy wednesday (Miércoles locos), de las fiestas que organiza los lunes el bar La Traca o del Beer Pong del pub Morrigans. Pero la verdad, merece la pena. Estamos disfrutando muchísimo", aseguran Laura Lassen (Dinamarca), Kristina Sode (Dinamarca) y Andrea Cocchini (Italia), tres estudiantes Erasmus que dicen sentirse "encantados" de haber escogido Pamplona como ciudad de destino.

proliferación de las "partys"

Las fiestas customizadas para Erasmus se multiplican en los barrios de Iturrama y San Juan

Basta con pasear o salir de marcha cualquier miércoles por ciertos locales del Casco Viejo -como el Subsuelo, muy de moda entre los erasmus Universidad de Navarra-, Iturrama, o los bares más "over the top" (modernos) de San Juan para cerciorarse de que, en Pamplona, también existen pequeños rincones cosmopolitas al más puro estilo Candem.

Una tendencia internacionalizadora del ocio nocturno que arrancó hace dos años en la dicoteca Marengo con la puesta en marcha del popular Crazy wednesday: la indiscutible reina de los saraos pamploneses para extranjeros. Según recalcan Lassen, Sode y Cocchini, "la party tiene miga". "Aunque la asistencia varía dependiendo de la semana, nos solemos reunir cada miércoles en Marengo cantidad de erasmus. Además, también suelen unirse a la marcha decenas de chicos universitarios deseosos de ligar. Consideran que con las extranjeras lo tienen más fácil", especifican Laura, Kristina y su amiga Natalia Czwiklitzer (Chile), quien apostilla que "hay veces que se ponen especialmente pesados". "Creen que el adjetivo orgasmus es cierto, pero están totalmente equivocados, al menos en Pamplona", asegura Czwiklitzer.

Sin embargo, a los erasmus hombres les sucede todo lo contrario. "Nos encantan las chicas navarras, son guapísimas, pero no hay suerte. Pasan de nosotros", relatan Cocchini, Thomas Treiber (Alemania) y su compañero Sam Deckers (Bélgica), quienes también concretan que el mito orgasmus es "sólo eso, un cuento".

Liguen o no, "tampoco es tan trascendental", todos coinciden al afirmar que el feeling nocturno que une a la capital navarra con los estudiantes extranjeros es "inmejorable". "Nos impresiona, de verdad, la cantidad de locales que se centran entre semana en nosotros. Es de agradecer. Pamplona es una ciudad pequeña y este tipo de detalles mejoran mucho su imagen en nuestras universidades de origen", recalca Laura Lassen.

Y es que, escuchando este tipo de afirmaciones, parace que el tiempo ha dado la razón a aquellos que pusieron todo su empeño en incorporar a las universidades navarras al Plan de Acción de la UE para la Movilidad de Estudiantes Universitarios a principios de los 90. Sabían que transformar a la capital en una ciudad universitaria atractiva para los estudiantes extranjeros era un buen propósito -además de un negocio rentable- y el resultado les ha dado la razón. Los miércoles, guste o no, ya son de su propiedad. Llevan inscritos el sello Erasmus.

Kristina Sode

Copenhague (Dinamarca), 23 años

Esta estudiante de Económicas segura que escogió la capital navarra por "su comodidad". "Es pequeña, pero muy confortable. Todos los amigos vivimos en Iturrama", afirma.

Thomas Treiber

Berlín (Alemania), 24 años

Prefería una ciudad pequeña y en la "que se hablara más castellano que inglés". Por ello arribó en agosto a la UPNA. Asegura "sentirse agusto" y adora "los pinchos y las navarras".

Natalia Czwiklitzer

Santiago de Chile (Chile), 23 años

La "casta" de la UN, donde estudia Derecho, fue el factor por el que apostó por Pamplona. Se siente "como en casa", pero extraña un horario "más flexible en las tiendas".

Sam Deckers

Amberes (Bélgica), 23 años

Como Natalia, este estudiante escogió universidad y no país. Se siente "tan agusto" que no le importaría fijar su residencia en Navarra. "El clima es perfecto", resalta.