pamplona. El auge de las cremaciones en Navarra está disparando el interés por disponer de espacios adecuados para albergar las cenizas de los difuntos. El último templo en sumarse a los que estudian construir columbarios para atender esta demanda es la parroquia de San Lorenzo, que contempla la posibilidad de acondicionar uno junto a la capilla de San Fermín.

Numerosos navarros se han manifestado ya interesados en que sus cenizas reposen cerca del copatrono de la Comunidad Foral, según informaron fuentes de la diócesis. La antigua sacristía de la iglesia, con una entrada independiente, se presenta como el lugar más adecuado para el proyecto. Sus cien metros cuadrados permiten levantar urnas cinerarias para, al menos, unos 2.500 difuntos. "Estamos muy ilusionados con la idea", subrayaron desde el arzobispado.

En la Comunidad Foral ya hay tres templos con espacios específicos para las cenizas de los difuntos: la basílica del Romero (Cascante), la pionera; la iglesia de San Esteban de Gorraiz y la parroquia de San Francisco Javier de Pamplona, que ayer inauguró su columbario. Además, otras dos iglesias, la de San Ignacio de Pamplona, de los padres Redentoristas, y la de Santa Engracia en Sarriguren prevén contar en un futuro con espacios similares. El primero de estos proyectos se encuentra pendiente de obtener el permiso de obras del Ayuntamiento de Pamplona. El columbario de los Redentoristas, con una capacidad para entre 1.000 y 1.500 difuntos, se situará en los bajos de la iglesia, antiguos billares. La parroquia de Santa Engracia, por su parte, ya dispone de un local destinado a urnas cinerarias, pero dado que se trata de un municipio joven y que el templo fue inaugurado a finales de septiembre, el proyecto no supone una urgencia, señalaron desde la parroquia.

Con estas iniciativas, la Iglesia, que durante años no incluyó entre las costumbres cristianas la incineración, pretende dar respuesta a los cambios de la sociedad. "La Iglesia ha admitido la cremación de los cadáveres como algo perfectamente compatible con la fe cristiana", señalan las normas diocesanas para la construcción de columbarios aprobadas en 2007 por el entonces arzobispo, Fernando Sebastián. La institución, no obstante, no considera adecuado que las cenizas de los finados se esparzan por el campo o se arrojen al mar, por eso en el texto se anima a los párrocos a preparar columbarios "en locales anejos a los templos para conservar dignamente las cenizas de los difuntos en un ambiente de piedad y religiosidad". Precisamente en este idea insistió ayer el arzobispo de Pamplona y Tudela, Francisco Pérez, al bendecir la cripta de la parroquia de San Francisco Javier. "Este es un lugar para la oración, el reposo y la esperanza", subrayó durante la ceremonia, a la que siguió un oratorio-concierto.

4.000 euros El espacio memorial, con forma de semicírculo, tiene capacidad para 348 columbarios familiares, aunque actualmente hay construidos 300, y se encuentra bajo el altar mayor. Los nichos, revestidos de cerámica y piedra de la Senia (Tarragona), permanecen ocultos tras un mural con reproducciones de la obra de Kiko Argüelles.

Cada uno de los columbarios cuesta 4.000 euros y tiene capacidad para depositar cuatro urnas cinerarias en forma de libro. El derecho de uso de los nichos, de los que ya se han suscrito 50, se puede contratar a través del Grupo Irache y las concesiones son para 30 años, aunque cabe la posibilidad de renovarlas por otro periodo similar. En la cripta, en cuya entrada se ha dispuesto un punto de información sobre las personas que ocupan las urnas, también se encuentra una reliquia del Santo y un ara comunitaria en la que se depositarán las cenizas de personas que no cuenten con recursos económicos.

El destino de los beneficios del columbario se destinará a financiar las obras, las necesidades de la parroquia y un proyecto solidario dirigido a los niños abandonados de los centros de la Madre Teresa de Calcuta. Además, la empresa que ha proyectado las instalaciones, el Grupo GIEM, ha donado el mural central del columbario para misioneros y sacerdotes navarros que deseen ser enterrados en la cripta de San Francisco Javier.