La historia del africano Sayon Keita, de 18 años, podría ser como la de tantos otros inmigrantes anónimos que llegan hasta nuestras costas buscando escapar de la miseria y encontrar una vida mejor. Sólo que el caso de Keita pasó de ser anónimo a convertirse en noticia. Cuando pesaba sobre él una orden de expulsión del país por no tener papeles y haber huido de la policía, al solicitarle ésta su documentación, su club de fútbol, el CD Vianés, puso en marcha todos los dispositivos de apoyo. Directiva y jugadores, respaldados por el sindicato USO, al que pertenece el entrenador, Jaime Calvo, consiguieron liberar a Keita tras dieciocho días en una prisión logroñesa. El Fiscal Superior del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja, Juan Calparsoro, entendió que la orden podía revisarse y argumentó razones humanitarias, entre otras, para dejar en libertad al jugador africano.

Keita había pasado por mucho hasta llegar a tierras vianesas. Cinco días de travesía por mar en cayuco marcaban el principio de su periplo. Una detención en Tenerife nada más llegar a costas españolas, 40 días en un centro canario y otras dos semanas en la Cruz Roja de Madrid, son algunos de los momentos que este joven ha vivido desde su salida de África, hace dos años. La última experiencia dura fue su encarcelación en la prisión de Logroño, el pasado 3 de abril, donde ha estado hasta el día 20. Allí ha pasado los días haciendo gimnasia, rezando y estudiando castellano.

La orden de expulsión de La Rioja ya ha sido revocada, ahora queda pendiente la del Gobierno de Tenerife, por lo que se ha pedido el indulto total y "confiamos en conseguirlo, después de lo que hemos logrado ya", manifestaba Jaime Calvo.

solidaridad

El fútbol tiende su mano

El amor por el fútbol llevó a Keita hasta el CD Vianés, donde lo definen como "un central contundente, rápido y de gran fortaleza física". En el fútbol ha encontrado su forma de integración y entre la gente del fútbol es donde ha hallado el mayor respaldo y apoyo. Sus compañeros de equipo siempre se han referido a él como "una buena persona, alegre y amable". Ese respeto por su compañero y sus deseos de verle libre los han animado a movilizarse a lo largo de estos días. Y es el mundo del fútbol el que le sigue abriendo sus puertas, ya que la Unión Deportiva Logroñés estudia hacerle un contrato profesional a Keita para cederlo posteriormente al CD Vianés. La abogada del jugador estudia la fórmula para poder legalizar la situación de "sin papeles" de Keita a través de este contrato deportivo.

Al día siguiente de la puesta en libertad del africano tocaba entrenamiento y Keita acudió puntualmente al campo vianés, esperando a sus compañeros con una amplia sonrisa y contestando, con su castellano de media lengua, "mucho feliz, muy, muy contento", a todo el que se le acercaba. No faltaban tampoco los continuos agradecimientos. "Muchas gracias a todos, de verdad, muchos esfuerzos y yo muy agradecido", decía Keita mientras dejaba ver, con rubor, una blanca dentadura.

Abrazos emocionados y enhorabuenas llovían sin cesar en los vestuarios por parte de los futbolistas de su equipo. El abrazo más intenso fue con Samba Gajaga, africano de Gambia y compañero de equipo de Keita. Con él se encontraba el día de su detención y, posiblemente, su origen africano le ha hecho vivir con mayor intensidad el encarcelamiento del futbolista.

El primer entrenamiento tras la liberación transcurrió con normalidad, aunque no faltó una bienvenida en la que los jugadores del Regional Preferente del CD Vianés "mantearon" a su central. Keita, con su metro noventa subía y bajaba en brazos de sus compañeros rompiendo en carcajadas.

El revuelo mediático formado por la noticia ha convertido a Keita en el protagonista de una historia que, si bien está relacionada con el fútbol, no en la forma que a Keita, como aspirante a futbolista profesional, le hubiese gustado. "Ahora vida normal, todo normal y tranquilo, quiero", reclamaba el africano. Es lo que pide, que todo vuelva a la normalidad, tratar de regularizar su situación y seguir escalando posiciones en el mundo del fútbol. La historia de Keita, al menos de momento, es una historia con final feliz que le permite seguir buscando su sueño de una vida mehor en Europa.