pamplona. ¿Qué es el "pharming"?
Es el uso de fármacos prescritos o no para el sujeto que abusa de ellos y que son utilizados con fines recretativos en lugar de terapeúticos.
¿Cuáles son los más utilizados?
La codeína, el metilfenidato -un estimulante que se encuentra en medicamentos indicados para el déficit de atención y la hiperatividad-, las benzodiazepinas -el alprazolam, principalmente, presentado con la marca comercial Trankimazin- y el dextrometorfano -un antitusígeno presente en la mayoría de composiciones recetadas para resfriados-.
¿Todos producen los mismos efectos?
No, pero lo que todos buscan al consumirlos es estar eufóricos y potenciar la fortaleza física. Algunos de ellos, en concreto el dextrometorfano, que tomado a altas dosis tiene un efecto semejante a la ketamina, tienen capacidad alucinatoria y provocan la sensación al consumidor de estar fuera de su cuerpo.
¿Cómo son los practicantes del "pharming"? ¿Todos están en la misma franja de edad?
Estas drogas no cargan con el sello de lo ilícito y la gente cree que ofrecen un efecto sin riesgo, de ahí que 21 millones de adolescentes en EEUU de entre 12 y 19 años abusen de ellas. Esto significa que hay otra franja de consumidores de entre 25 y 30 años que abusan, pero una forma, digamos, más profesional y crónica. Para los adolescentes pueden ser la puerta de entrada otras drogas.
¿Son estas sustancias tan adictivas como la cocaína y la heroína?
Crean dependencia e incluso provocan pequeños síndromes de abstinencia, pero no tienen la capacidad de adicción de la cocaína o la heroína.
¿Cómo se accede a ellos?
Un 60% de los consumidores los obtienen del botiquín familiar o a través de amigos. Del 40% restante, el 81% los consiguen en la farmacia pero sin receta médica, bien porque no la precisan o bien porque ellos insisten tanto que el farmacéutico se los da, y el 19% restante utiliza recetas falsas. Desde los años 90, los traficantes de bajo nivel pretenden, en paralelo con las drogas duras, crear otro ámbito de consumo, el pharming, en especial a través de Internet.
¿Resultan difíciles de detectar?
Cuando hacemos los análisis de orina sabemos que no han consumido cocaína y opiáceos como la heroína, pero desconocemos si se trata de dextrometorfano o codeína.
¿El abuso en adultos también tiene una finalidad recreativa?
Éstos suelen empezar por recurrir a ellos cuando tienen experimentan algún problema y luego se habitúan y los toman de forma continuada. Yo he visitado abogados de más de 50 años muy conocidos en Barcelona que no pueden trabajar si dejan esos fármacos.
¿Es un fenómeno creciente?
Sí, aunque estadísticamente es difícil de cuantificar porque las encuestas suelen centrarse en drogas ilegales. Estas otras, como son de consumo ordinario, es imposible conocer su alcance. No obstante, si puede constatarse un incremento de recetas de metilfenidatos porque ahora hay más diagnósticos de trastornos de déficit de atención e hiperactividad, lo que también significa que algunos de estos medicamentos, comercializados con las marcas Rubifen, Concerta o Medikinet, pueden ser derivados para abuso en lugar de para el tratamiento farmacológico. El metilfenidato, que es una anfetamina, aumenta tanto el rendimiento escolar que algunos padres se resisten a dejar de dárselo a sus hijos, además, hay otros progenitores que lo consumen ellos mismos.
¿El abuso del resto también crece?
Es difícil decirlo porque el destrometorfano está presente en unos cien productos para el resfriado. Sabemos, no obstante, que la codeína provoca el 20,1% del pharming, el metilfenidato, el 11%, el dextrometorfano, el 2,8%, ha crecido, y el alprazolam, el 10%.
¿Pueden los médicos controlar el consumo de estos medicamentos?
Hay que pedir a los médicos que sean absolutamente rigurosos en la prescripción. Esta debe estar ajustada al consumo y no los deseos del paciente.
También el consumo de drogas de diseño es un fenómeno que va a más.
Efectivamente, el consumo es muy elevado, pero el número de urgencias que generan es relativamente bajo comparativamente con la cocaína. Las drogas de diseño son, entre comillas, más tolerables, especialmente el éxtasis.
¿Cuáles son las peores desde un punto de vista toxicológico?
Algunos derivados bromados de las anfetaminas y dentro de éstas la peor es la metanfetamina, que provoca trastornos en el sistema de la adrenalina, en cambio el éxtasis sólo los causa en el de la serotonina. A la larga, la metanfetamina puede generar trastornos crónicos en forma de deterioro cognitivo y también parkinsonismo, en cambio las otras, MDMA, etc, causan efectos sobre la memoria a largo plazo pero nunca parkinsonismo.
¿Qué episodios presentan los consumidores cuando acuden a Urgencias?
En la mayor parte de los casos presentan síndrome ansioso y, además, un síndrome simpático-mimético, es decir, hipertensión, así como taquicardias. Esto es lo básico y se da en un 60% o 70% de los casos. Pero las drogas de diseño pueden provocar también complicaciones cardiovasculares, por ejemplo, infarto de miocardio o angina de pecho, hemorragia cerebral o incluso rotura de la aorta. Ocasionalmente hay accidentes de tráfico o traumáticos debidos a que los consumidores pierden el control motor. Por último, hay muertes descritas por hepatitis agudas tras una sola dosis, pero en general los fallecimientos se deben a sobredosis.
¿Han detectado nuevas drogas de este tipo?
La mefedrona, una droga sintética copiada de una planta que se consume en el nordeste de África y lleva un principio activo llamado catinona. En estos momentos, la mefedrona, derivado de la catinona y con un efecto similar a la anfetamina, se está introduciendo en Ibiza como banco de experimentación. Allí se vende a precios altos para su consumo en ámbitos, digamos distinguidos. En Internet se vende como fertilizante en polvo. Otra droga de nueva generación es la piperacina, un antiparásitos utilizado en veterinaria que también tiene un efecto similar a los anfetamínicos. Estas drogas que van surgiendo aún no son ilegales en España porque para ilegalizarlas hay que conocer su acción y riesgos.
¿Se puede dar algún consejo al consumidor para evitar crisis?
Descansar cada dos horas si se está haciendo ejercicio físico como bailar; beber sólo medio litro de agua a la hora, si se bebe mucha agua hay riesgo de edema cerebral, es decir, de hinchazón del cerebro; no tomar pastillas durante toda la noche aunque caiga la euforia, es mejor mantener una dosis baja; y, por último mantenerse a baja temperatura para evitar la temida hipertermia. A esto pueden colaborar las discotecas. Con una temperatura de 41º los médicos no tenemos grandes posibilidades de salvar la vida del paciente aunque lo introduzcamos en hielo.