pamplona. Cuarenta navarros con enfermedades renales podrán disfrutar este verano de unas vacaciones gracias a la diálisis peritoneal domiciliaria, una técnica utilizada desde hace años en la Comunidad Foral, que sustituye a la hemodiálisis que se realiza habitualmente en los centros hospitalarios. Esta última, que sigue siendo la más común entre las personas con enfermedades de riñón, obliga al paciente a acudir tres veces por semana al hospital, donde debe permanecer una media de unas cuatro horas por sesión.
La diálisis peritoneal, sin embargo, tiene varias ventajas respecto a la otra opción: "Es mucho más sencilla y prácticamente en el 100% de los casos se la realiza la propia persona", explicó Juan José Unzué, coordinador de trasplantes de la Comunidad Foral, que añadió que los que utilizan este proceso pueden "tener el día libre ya que se realiza por la noche". Además, no existe una gran limitación en cuanto a la edad del paciente: hay algunos que superan los 70 . La diálisis peritoneal se realiza mediante un tubo conectado al abdomen del paciente, donde se realizan varios ciclos que suplen el funcionamiento del riñón. Todo ello, con la ayuda de una máquina que ocupa el espacio de una maleta, por lo que los enfermos pueden llevárselas de viaje: "Pueden transportarlos en el autobús, el tren o el avión", señaló Unzué, que añadió que también son necesarias unas bolsas de líquido "que el laboratorio mismo envía al lugar donde vaya a estar el enfermo". Incluso, en casos de necesidad por viajes largos, algún paciente ha llegado a hacerse la diálisis en el baño del avión.
El único peligro de esta técnica, según apuntó el coordinador de trasplantes, reside en la posibilidad de una infección que produzca una peritonitis.
muchas ventajas A pesar de contar con más ventajas que inconvenientes, la diálisis peritoneal supone una tasa baja del total de afectados por enfermedades renales que precisan de estas ayudas. Así, de los 310 navarros que necesitan diálisis, 40 de ellos realizan la peritoneal. Un porcentaje del 12,9% que, a pesar de todo, es un dato elevado en comparación con otras comunidades o con la media estatal, que ronda el 6%.
La razón principal es que no todos los enfermos que deben someterse a diálisis son candidatos a la peritoneal: "Es necesario que su abdomen esté indemne, que no hayan tenido ninguna operación en la zona o una cesárea en el caso de las mujeres", aclaró Unzué. "Al principio muchos son reticentes, por lo de tener un tubo metido en el cuerpo, pero los que luego lo prueban están encantadísimos. Además, se puede cambiar de una técnica a otra, no tienes que seguir siempre con la misma" indicó el coordinador.
De esta forma, los enfermos renales también pueden utilizar otra opción, la hemodiálisis domiciliaria, de la que en la actualidad son usuarias 6 personas en la Comunidad Foral. Sin embargo, ésta necesita de una persona que ayude al paciente, que además debe realizar un entrenamiento de unos tres meses. Junto con la anterior, los esfuerzos se encaminan hacia una mayor independencia y calidad de vida de los enfermos renales.