El pasado curso fueron 3.000 los adultos que se animaron a dar el paso de aprender euskera en los euskaltegis de la Comunidad Foral. De cara al nuevo curso los centros de enseñanza de euskera a adultos aspiran a repetir estos números y es ahora cuando, como cada mes de septiembre, tratan de seducir a nuevos alumnos. Sobre la mesa ponen varias décadas de experiencia, el resultado contrastado de decenas de miles de personas que en este periodo han aprendido euskera, una metodología en la que prima el uso de la lengua y, sobre todo, la posibilidad de hacerse con un patrimonio para toda la vida.

Entre los que se animan a dar este paso, las motivaciones son tan diversas como sus perfiles. Hay quien comenzó a aprender en la efervescencia activista de los ochenta, quien lo hace al acabar los estudios o quien da el paso al tener más tiempo después de jubilarse o quedarse en paro. En general, se podría decir que es la conjunción entre el interés hacia la lengua y su utilidad en el ámbito socio laboral la principal motivación. Y en lo que a perfiles se refiere, se puede hablar de enorme diversidad, aunque son las mujeres jóvenes las más animadas.

A pocos días de que comience el curso, Naiara, Judith, Joseba y Ana explican sus motivaciones para aprender euskera y su experiencia lidiando con atzizkis y baldintzas.

naiara fdez. orozko-ika campión

Euskaldun de Larraga

La raguesa Naiara Fernández Orozko se decidió el dar el paso después de licenciarse en Arquitectura. Parte de su familia materna hablaba euskera y ella siempre había tenido el gusanillo. Hace cuatro años vio el momento, se apuntó al euskaltegi Arturo Campión de Pamplona y ahora habla euskera con fluidez: "Me parece que es parte de nuestro patrimonio y que hay que mantenerlo y fomentarlo. Siempre había querido aprender y al acabar la carrera me pareció que era el momento".

Al margen de lo académico, Naiara resalta los lazos que se crean dentro de las aulas. "Pasas mucho tiempo con tus compañeros y eso se nota muchísimo. La gente del euskaltegi es como una segunda cuadrilla y salimos juntos de fiesta con frecuencia. No es un camino de rosas y es complicado, pero yo he disfrutado mucho y se lo recomiendo a todo el mundo", explica en euskera.

judith alonso-escuela de idiomas

Hasta el final

No muy diferente es el caso de la zizurtarra Judith Alonso, aunque ella está en una fase más temprana de su camino hacia el bilingüismo. Hace un año, Judith se matriculó en la Escuela de Idiomas y durante nueve meses acudió una hora al día a clase. Este año hará lo propio en el mismo centro: "Mi motivación viene por dos lados. Por un lado, estudié un grado superior de Educación Infantil y aquí, en Pamplona, el euskera es una ayuda para trabajar en guarderías. Además, siempre había tenido el gusanillo de estudiarlo y por fin me decidí".

Un año después de dar ese primer paso su ánimo no parece haber decaído porque Judith tiene la intención de aprenderlo de pe a pa: "Es complicado porque la estructura es diferente, pero lo llevo bastante bien. Puedo entender ciertas cosas en la tele y en la calle, pero contestar me es muy complicado. En general, creo que lo llevo bien, las clases son muy orales y llevaderas, y mi intención es acabar de aprender la lengua".

joseba arangay-zubiarte

Un veterano de la "gau eskola"

El profesor de Educación Infantil Joseba Arangay Marmau pasó su juventud en la Chantrea en los años 80. Y eso tuvo mucho que ver en su relación con esta lengua. Arangay comenzó a estudiar en la gau eskola de su barrio con 18 años y acabó dominando esta lengua, aunque con alguna laguna gramatical -habla con total fluidez-. Después de muchos años sin tocar los apuntes, ahora vuelve al euskaltegi Zubiarte de Huarte antes de reincorporarse a su plaza de profesor en Sangüesa: "Tengo cuatro meses en los que pretendo refrescar mi euskera y mejorar mi gramática. De todas formas, en todo este tiempo he utilizado el euskera en el día a día y se lo he transmitido a mis hijos. Lo importante es eso, utilizarlo".

ana torres-aek

Con mucho ánimo

Tras años de indecisión, aprendiendo por su cuenta, Ana Torres se ha decidido a apuntarse en el euskaltegi, aunque ha tenido que ser una circunstancia tannegativa como el paro la que le anime a dar este paso. "De pequeña no pude aprenderlo y siempre había tenido ganas. Aprendía por mi cuenta, pero llega un momento en el que necesitas ayuda. Y ahora, como tengo tiempo, he decidido apuntarme", explica.

Aunque en su afán autodidacta Ana ha logrado aprender cosas muy básicas, en unos días le toca empezar desde cero, algo que no pesa en su ánimo: "Sé palabras y expresiones y tengo gente a mi alrededor que lo habla, pero no soy capaz de construir oraciones. Empiezo desde cero, pero tengo muchas ganas e ilusión".