"Una botella de vino y dos copas son el camino más cercano para que surja el amor y el sexo"
José Luis Arrondo, urólogo y enamorado del vino, defiende que la bebida de Baco "ingerida a diario y moderadamente" mejora el sistema cardiovascular y que, por lo tanto, favorece el riego en los órganos genitales y, en consecuencia, la "erección del pene y del clítoris"
pamplona. José Luis Arrondo ha escrito varios libros sobre el pene y sexualidad. Ahora está escribiendo un libro sobre el vino, el amor, la salud y el sexo, un tema que no deja indiferente a nadie. Este urólogo y Andrólogo proclama las virtudes del elixir de Baco como "desencadenante de la chispa del amor", e incluso afirma que "el vino aumenta el deseo sexual de las mujeres".
Vino y sexo, ¿cómo se relacionan?
Sabemos que el vino mejora el sistema cardiovascular, entre otros beneficios. Entonces, si la circulación es más fluida, el mejor riego de la sangre favorece una buena erección del pene y del clítoris, además de una mejor lubricación vaginal.
¿Y a nivel desinhibidor? Un par de copas de vino hacen perder la vergüenza a los tímidos...
Yo siempre digo que una botella de vino y dos copas son el camino más cercano para que surja el amor y después el sexo. Pero, igualmente, el vino tinto aumenta el deseo sexual de las mujeres.
¿Aumenta el deseo sexual?
Un estudio que se realizó en Italia a unas 4.000 mujeres durante varios años reveló que las mujeres que bebían vino, siempre de forma regular y moderada, producían más estrógenos. Esto, además, favorece la lubricación y, en consecuencia, la satisfacción en una relación coital.
Entonces el vino en las cenas es imprescindible.
El vino como inductor, como desinhibidor e incluso como seductor, ha tenido un papel fundamental en la historia. El vino abre a las personas, hace que sean más comunicativas y enciende el deseo y la sexualidad. Muchas veces es la chispa, el detonante del amor.
¿En qué se parecen el vino y el sexo?
Si te das cuenta, al sexo y al vino se les adjudica muchas veces los mismos adjetivos. Por ejemplo, el color rosado del vino equivale al color que la piel de dos amantes adquiere en pleno acto sexual. Porque en el fondo, ¿qué es el sexo, sino una cata apasionada de dos cuerpos humanos?
Volvamos a la historia. El vino ha sido valorado desde su creación, ¿no?
Hipócrates, el primero de los médicos, ya dijo en su época: "El vino es una cosa maravillosa, en su justa medida". Muchos médicos de la edad clásica y de la edad media recomendaban a sus pacientes beber vino. Uno o dos vasos al día. Pero es que, en la antigüedad, incluso se llegó a relacionar el vino con las divinidades. Baco en las deidades griegas, Dionisio para los romanos y también en Egipto, Osiris era el Dios del vino.
Pero no fue hasta hace poco cuando se descubrieron las virtudes que el vino tiene para la salud.
Sí. No fue hasta el siglo XIX que se comenzó a descubrir los beneficios del vino. Pero en realidad, es a partir del siglo XX cuando comienzan a surgir los estudios y los verdaderos avances. Ya en los años noventa surge la paradoja francesa.
¿Paradoja francesa?
Este estudio demostró que el consumo moderado de vino reducía el riesgo de sufrir infartos, anginas y la mortalidad por razones cardiovasculares. La cuestión es que los franceses sufrían un 35% menos estas afecciones que sus vecinos del norte de Europa y de Estados Unidos, pero tanto franceses como americanos y europeos llevaban una dieta rica en grasas de animales, con el colesterol alto y, además, fumaban. Sin embargo, los franceses presentaban menos problemas cardiacos. La conclusión final fue que el consumo regular y moderado de vino, especialmente el tinto, era la causa.
¿Entonces el vino tinto puede reducir el riesgo de un infarto en un 35%?
Sí. De hecho, la paradoja francesa pasó a llamarse la paradoja mediterránea, porque en Italia, Grecia y España, que consumen más vino, también es más bajo el nivel de infartos. Precisamente, la zona con menos infartos de Europa es la isla de Creta, donde beber vino es lo habitual.
¿No han tomado nota de esto el resto de los países europeos?
Sí que han tomado nota, sí. En Dinamarca, por ejemplo, ahora están empezando a beber más vino y los infartos vasculares están disminuyendo.
¿Qué otros aspectos positivos tiene el vino?
Primero de todo, tengo que insistir en que siempre hablamos de beber vino de forma regular y moderadamente. Y no vale compensar bebiéndose una botella entera en un fin de semana. Así, entre sus beneficios se encuentra el disminuir el colesterol, los triglicéridos (un tipo de grasa) y disminuye también las placas de ateroma, que se van pegando en el interior de las arterias y limitan el paso de la sangre en las arterias, lo que puede provocar problemas cardíacos y anginas de pecho e infartos.
¿Más beneficios?
El vino posee también una capacidad antiinflamatoria, reduce la presión arterial ayuda al páncreas, mejora la secreción biliar y es un antioxidante fabuloso. De hecho, el vino puede disminuir el riesgo de determinados cánceres que se producen en el tuvo digestivo. Incluso, hay estudios que aseguran que mejora la capacidad cerebral.
¿Mejora la capacidad cerebral?
Se les hizo una prueba a dos grupos de personas de entre 60 y 65 años. Unos habían bebido vino durante toda su vida, otros no. Los que sí beben vino mostraron un mayor nivel intelectual.
El vino es, pues, bueno para el amor, el sexo, la salud y la inteligencia. ¿Va a ser obligatorio beber vino?
Yo defiendo enseñar a los niños las propiedades positivas del vino. Que no lo beban. Pero sí ir enseñándoles cómo beberlo moderadamente y la cantidad de aspectos positivos que tendrá para su salud.