Y su esfuerzo y dedicación ha merecido un doble premio, uno que les ha otorgado la ONCE y otro en particular, el que día a día les supone comprobar la desenvoltura que han posibilitado al alumno.
En 2008-2009 se escolarizó en el IES Lekaroz-Elizondo un alumno con ceguera. Previamente, en el centro se introdujeron mejoras de accesibilidad como instalar doble barandilla de acceso, un pasamanos corrido, señalización con banda táctil del final de escalera, cambio de ubicación de los extintores y rotulación en sistema Braille de algunas clases. Al iniciar el curso se siguieron con el alumno los recorridos más habituales, del exterior a clase, al baño, al aula de informática..., pero pronto se reveló insuficiente y el alumno no gozaba de autonomía en sus desplazamientos.
"Esta realidad contrastaba con la movilidad que el chico había manifestado en el colegio público de Educación Infantil y Primaria donde había estudiado", explican las profesoras. "En Primaria existe un tiempo para desarrollar el conocimiento del entorno escolar de los niños, videntes o ciegos, pero este es un aspecto que no se considera cuando llega a Secundaria, y es cuando decidimos planificar una experiencia para compensar ese vacío que provoca cierto desconocimiento del entorno por parte del alumno con discapacidad visual que limita su autonomía personal", comentan.
la experiencia
Planeando planos
Puri Mugiro, en la actualidad profesora de Pedagogía Terapéutica del IES Eunate de Pamplona, había participado en un curso de la ONCE sobre realización de planos para alumnos invidentes, y propuso a sus compañeras de Tecnología y Pedagogía Terapéutica trabajar con esa técnica en Lekaroz. Así, planifican que fueran los alumnos de 3º del propio instituto los que realizaran los planos encuadrando la actividad dentro del currículo del área de Tecnología.
Estos alumnos, dirigidos por la profesora de Tecnología, estudian los distintos sistemas de representación y trabajan la ubicación y disposición de las diferentes aulas y los espacios en los que se va a desenvolver el alumno invidente, y los trasladan a los planos de forma simple, facilmente legible y no sobrecargados, y el resultado se transforma en táctil con el horno Fusher en el módulo de visuales del Centro de Recursos de Educación Especial de Navarra. Luego, el alumno va aprendiendo y se forma una imagen mental del espacio hasta que consigue desenvolverse sin problemas. "Nos ha favorecido que se trata de un alumno muy inteligente y con gran capacidad de retentiva y adaptación, y la estupenda predisposición de todo el alumnado (él esta en segundo, y los planos los realizaron los de tercero) y aunque ha sido un proceso lento y muy trabajado, los resultados han sido magníficos", afirman las profesoras.
La experiencia, titulada Planeando planos, ha obtenido el 2º premio estatal del Concurso de Investigación Educativa sobre Experiencias Escolares, convocado por la ONCE. Pero sobre todo, la labor desarrollada ha sido "muy gratificante, es una gran satisfacción ver cumplidos los objetivos y observar la implicación de los alumnos", afirman.