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El perro, el peor enemigo de las chinches

una de las últimas novedades en control de plagas es el adiestramiento de caninos para su empleo en la fase de detección

El perro, el peor enemigo de las chinchesAGUINAGA

CUANDO sueltan al perro en la estancia que se quiere desinfectar, éste, nervioso, olisquea aquí y allá sin parar y, en cuanto detecta la presencia de chinches, se queda inmediatamente inmóvil, mirando a su cuidador, en espera de la merecida recompensa: una pequeña pelota.

El olfato del perro es uno de los últimos sistemas en detección de plagas de chinches de cama: "Son unos insectos pequeños, de medio centímetro en estado adulto, aplanados, que se ubican en el colchón, somier y cabeceras, zonas próximas a la cama, donde esperan a que alguien esté durmiendo para actuar por la noche, picar y alimentarse", explica Luis Calderón, director técnico de Calidad-Medio Ambiente y prevención de Rentokil Inicial España. "La dinámica utilizada con estos canes es la misma que se utiliza en la detección de drogas o explosivos. Al perro se le adiestra para que reconozca el olor específico de las chinches y los resultados tienen una efectividad prácticamente del 100%".

Esta iniciativa, pionera en el Estado, surgió hace apenas catorce meses. "Las chinches son muy difíciles de detectar por su biología y conducta y sólo las localizas cuando ya hay una infestación considerable. Nos faltaba una herramienta que nos ayudara a encontrar la plaga de chinches en un estado temprano", explica Jacinto Díez, director de Marketing de Rentokil. "No teníamos ningún procedimiento mecánico para ello y pensamos en entrenar un perro", añade.

Contactaron con un adiestrador profesional, vinculado al Ayuntamiento de Madrid, y realizaron una experiencia piloto. "Todo salió bien y nos lanzamos a por más", apunta Díez. En la actualidad, cuentan con tres perros adiestrados que trabajan en Madrid y alrededores, aunque su objetivo de cara al futuro es tener caninos en todas las delegaciones.

"Los animales pertenecen a la perrera municipales, son callejeros, de ninguna raza en concreto. Estaban abandonados y el adiestrarlos nos ha servido también para rescatarlos de su futuro", recordó el experto.

A la hora de trabajar, los canes están acompañados por su cuidador, quien vigila el comportamiento y controla el estrés: "El perro no puede estar trabajando mucho tiempo seguido. En un hotel o albergue, por ejemplo, se le deja que inspeccione 4 o 5 habitaciones y luego hay que dejarle una hora u hora y media de descanso, como mínimo, para que el perro se relaje, vuelva a coger las cualidades olfativas y empiece de nuevo el cliclo", destacó Díez.

a por ellas Enchufes, parte trasera de la tele o el frigorífico, rodapiés... las chinches se esconden en zonas donde haya calor y estén refugiadas.

Los perros se utilizan en la mayoría de los casos que sean posibles, si el cliente no pone impedimentos, y son capaces de detectarlas en 3 o 4 minutos, frente a una inspección humana visual, que se prolonga entre 45 minutos y una hora.

Después de haberse detectado el foco del problema, se evalúa el tipo de infestación y, en consecuencia, se aplica un tratamiento químico, de calor o incluso ambos combinados.