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Desmontando a la RAE

la filóloga Eulalia lledó analiza en la upna el polémico informe sobre lenguaje y sexismo

Desmontando a la RAEPATXI CASCANTE

"Mio Cid Ruy Díaz por Burgos entróve, van en su compañía sesenta pendones; salen a verlo mujeres y varones, burgueses y burguesas a las ventanas se ponen, llorando de los ojos, ¡tan grande era su dolor! De las sus bocas todos decían una razón ¡Dios, qué buen vasallo, si tuviese buen señor!". Este fragmento del Cantar del Mío Cid, que se compuso entre 1195 y 1207, le sirvió ayer a la filóloga Eulalia Lledó Cunill para iniciar una conferencia en la que analizó el reciente informe aprobado por 23 miembros de la Real Academia Española de la Lengua. Este texto critica las directrices de nueve guías sobre lenguaje no sexista elaboradas por CCAA, sindicatos y universidades y afirma que los desdoblamientos van contra la gramática. "En esos versos del Mio Cid se habla de burgueses y burguesas; mujeres y varones, lo que pone de manifiesto que las dobles formas no se han inventado ahora. Es algo de siempre", afirmó esta doctora en Filología Románica por la Universidad de Barcelona.

Bajo el título A propósito del informe de la Real Academia Española de la Lengua: Que el bosque no te deje ver los árboles, Lledó analizó no sólo el informe del académico Ignacio Bosque sino también otros tres artículo de opinión publicados al hilo del primero y llegó a la conclusión de que "las dobles formas existen y son un recurso más No es un invento raro que triture la lengua y me atrevo a decir que todas las personas en algún momento hemos utilizado una doble forma". La conferencia despertó un enorme interés entre el alumnado y profesorado de la Universidad Pública de Navarra y el aula se quedó pequeña para acoger al público asistente, que superó las cien personas.

La filóloga catalana comenzó la charla analizando tres aspectos concretos del informe de Bosque. Uno de ellos fue el uso, en el texto, del término "miembros femeninos de un comité" para referirse a las mujeres. "Esto es un error porque la palabra miembro es común. Antes era masculino pero desde 2001, cuando se refiere a las personas, es común, es decir, se dice el miembro cuando es un hombre o la miembro, si es mujer. Decir miembro femenino es porque tienen alguna cualidad que les lleva a calificarlos así, que no es ser mujer", señaló Lledó, quien explicó cómo Bosque critica algo que luego el mismo hace. "En un momento del texto critica que las guías pidan sustituir la frase Los afectados recibirán una indemnización por esta otra: Los afectados, hombres y mujeres, recibirán una indemnización. Sin embargo, a continuación, afirma que cualquier alemán, hombre o mujer, reconoce...", explicó. Una contradicción que, destacó, se repite al finalizar el informe cuando Bosque dice intuyo que somos muchos -y muchas- los que pensamos que la verdadera lucha por la igualdad (...). "Si el masculino incluye al femenino, ¿por qué desdobla muchos y muchas", se preguntó Lledó, quien afirmó que "si el objetivo del informe era poner sobre la mesa la maldad del desdoblamiento está claro no lo ha conseguido".

En su opinión existen dos tipos de personas. "Unas que apuestan por visibilizar a las mujeres siempre y usan siempre las dobles formas (es cierto que hay otras maneras de visibilizarlas pero hoy nos interesa esta) y otras que creen que hay que visibilizarlas cuando sea necesario. A mí entender debe ser siempre, otras personas pensarán que en un 80% de las veces, otras un 20% y creo que nadie piensa que un 0%", afirmó Lledó.

nombres epicenos Esta filóloga catalana se refirió a tres artículos de opinión publicados en los últimos días. Todas favorables a Bosque. En el primero, el autor critica las dobles formas y, sin embargo, las utilizaba en su redacción. "Otro artículo se preguntaba si un hombre se siente excluido cuando se dice artista o periodista. Se ve que el hecho de acabar en 'a' le ha despistado porque en este caso se diferencia con el artículo", bromeó Lledó, quien también se refirió a otro artículo de un catedrático de la RAE que se refería a los nombres epicenos. "Decía que había palabras que parecen femeninas, como víctima u eminencia, y el autor se preguntaba si hay algún hombre que se haya sentido discriminado por esa palabra". En su opinión, este ejemplo solo sirve para "mezclar churras con merinas", ya que "también hay nombres epicenos que parecen masculinos, como personaje o ser humano y no hay ninguna mujer que no se sienta representada". Por ello consideró que no se puede comparar los nombres epicenos, que solo tienen un género gramatical, con otras palabras sí pueden conjugarse en masculino o en femenino.

Esta filóloga, quien vaticinó que dentro de 10 años se dirá miembra, "igual que hace 25 años nos tildaban de analfabetas cuando decíamos Primera Ministra a Margaret Thatcher y ahora se dice y nadie nos ha pedido perdón", concluyó que, en cuestión del lenguaje, la sociedad va por delante. "Las que redactamos las guías vamos detrás. Es la gente la que nos da grandes lecciones".