Tras el espíritu ignaciano
Los jesuitas presentan una ruta de peregrinación entre Loiola y manresa de 650 kilómetros para realizar en 27 días
Josep Lluís Iriberri, representante de la provincia jesuística Tarraconense (Catalunya), fue uno de los encargados de presentar ayer en Donostia el Camino Ignaciano, "una nueva experiencia de peregrinación para las mujeres y los hombres del siglo XXI", como la definió Chris Lowney, experto en liderazgo empresarial y, junto con Iriberri, promotores de esta renovada ruta.
La puesta de largo tuvo lugar dos veces, por la tarde en un acto oficial ante los agentes sociales y económicos del País Vasco, a los que reclamaron su apoyo para involucrarse en esta "aventura", y por la mañana en una rueda de prensa para los medios de comunicación, en la que desvelaron los detalles de esta ruta que pretende convertirse en un "camino para todos".
Les acompañó también el superior provincial de Loiola, Juan José Etxeberria, quien explicó que el objetivo que se ha planteado la Compañía de Jesús al lanzar al público este camino es "recuperar la peregrinación que San Ignacio hizo en 1522 desde Loiola y ofrecerla a los hombres de hoy como una experiencia transformadora".
El fundador de los jesuitas realizó esta peregrinación como parte de un viaje más largo hacia Tierra Santa, justo después de caer herido durante la defensa de Pamplona frente a las tropas francesas y sufrir, durante la convalecencia, una "profunda transformación espiritual", lo que se conoce como la "conversión" de Ignacio de Loyola.
Su trayecto fue largo, en torno a los dos meses, hasta que llegó a Montserrat, el 21 de marzo de 1522. Desde allí bajó hacia Manresa, donde permaneció unos diez meses orando, meditando y recogiendo sus "profundas reflexiones" en un escrito que dio lugar luego a los conocidos Ejercicios Espirituales.
Horizonte manresa 2022
27 etapas, 650 kilómetros
Basándose en ese experiencia vital que tuvo San Ignacio, la Compañía de Jesús ha vuelto la mirada a sus "orígenes" para, apoyándose "en la historia", lanzar este proyecto, que se fija como horizonte para su consolidación 2022, fecha en la que se conmemorará el 500 aniversario del peregrinaje original.
La ruta comienza en la casa natal de Ignacio de Loyola en Azpeitia y se desarrolla a lo largo de 27 etapas que atraviesan la CAV, La Rioja, Navarra, Aragón y Catalunya hasta la Cova de San Ignacio en Manresa. Son 650 kilómetros que visitan zonas con una gran carga de espiritualidad, como los santuarios de Loiola, Arantzazu y Montserrat, o simbolismo, como Navarrete, el lugar donde "Ignacio arregla las cuentas con el mundo", expuso Iriberri en alusión al momento en que el fundador de los jesuitas se despide de su protector, el duque de Nájera.
No obstante, Lowney dejó claro ayer, que al igual que en el Camino de Santiago hay muchos que realizan la peregrinación por motivos distintos al religioso (espiritualidad, ejercicio, ocio), también el Camino Ignaciano nace con la vocación de ser "para todos". Todavía más, recalcó el experto en liderazgo empresarial, "las circunstancias de hoy son perfectas para convertirlo en un tesoro vivo".
Entre otras ventajas, Lowney expuso que es una oportunidad perfecta para conocer lugares de "una belleza natural espectacular o de un significado religioso o histórico", sin olvidar, el impacto económico que puede suponer para los municipios que atraviesa.
en desarrollo
Tras la flecha naranja
No obstante, la ruta está todavía en su fase inicial de desarrollo. Así, para finales de abril prevén tener marcado el tramo que pasa por Catalunya. Las señales distintivas serán unas flechas naranjas o, bien, carteles con el logotipo de la ruta, que reproduce la silueta del santuario de Loiola, Montserrat y la Cova de San Ignacio de Manresa.
Respecto a la infraestructura, es escasa. Existen algunos albergues, puesto que comparte trayectoria con el Camino de Santiago que se inicia en Catalunya. No obstante, esa cierta precariedad también lo hace interesante como alternativa al masificado Camino Francés.
Aún así, desde la Compañía de Jesús reclaman la colaboración de las Comunidades Autónomas que atraviesa la ruta para que tengan en cuenta la vertiente económica del proyecto. "El camino puede ser un activo para la marca Gipuzkoa y Euskadi", dijo en este sentido Etxeberria.
Una idea que estuvo muy presente en el acto oficial de la tarde. "Debemos cambiar para mejorar, tal y como le ocurrió a Ignacio en su peregrinaje. Hacer el camino cambió su vida, la mejoró y él, a su vez, cambió el mundo a mejor. Esto puede ocurrirles a los peregrinos modernos y turistas que hagan el camino. Sus vidas pueden cambiar a mejor. Y, por nuestra parte, podemos mejorar la economía y el concepto turístico de esta zona realizando un camino exitoso", expuso, por su parte, Lowney, durante su intervención vespertina, a la que asistieron diversas personalidades del ámbito vasco, incluido el primer peregrino ignaciano, el zumarragarra Fermín Lopetegui.
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